Pese a los grandes bloques de ADN y el correísmo, otros 19 legisladores dirimirán las votaciones en la Asamblea
La Asamblea Nacional, para el periodo 2025-2029, arrancó funciones con dos bancadas de 66 legisladores. Pero ninguna alcanza, por sí sola, la mayoría simple de 77 votos.

Una de las votaciones de la primera sesión del Pleno de la Asamblea Nacional período 2025 - 2029, en Quito, el 14 de mayo del 2025.
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API / Rolando Enríquez
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La sesión inaugural de la nueva Asamblea Nacional, el 14 de mayo de 2025, mostró cómo será la gestión de los siguientes cuatro años:una pugna constante por conseguir los votos necesarios. Es que ni Acción Democrática Nacional (ADN) ni la Revolución Ciudadana (RC) consiguieron llegar con una mayoría al Legislativo.
En un escenario que no se ha visto desde el retorno a la democracia, el Parlamento está dividido en dos bloques principales, que acaparan el 88% de las curules en idéntica proporción. Sin embargo, ninguno tiene los votos necesarios para aprobar nada.
Es por eso que en este periodo, la atención estará centrada en los movimientos de los 19 legisladores que representan apenas el 12% del pleno, pero que definirán, votación a votación, quien logre sumar -al menos- una mayoría simple de 77 votos.

Fueron tan endebles los respaldos que consiguió el oficialismo que hasta la misma madre del presidente Daniel Noboa, la legisladora Annabella Azin, tuvo que acercarse a los curules de los legisladores que titubeaban al momento de votar con ADN en sus mociones.
Así, las votaciones para elegir a las autoridades de la Asamblea estuvieron llenas de suspenso. La demora de los legisladores del Partido Social Cristiano y de Pachakutik dieron paso a presiones por parte de ADN e incluso a dos suspensiones de la sesión hasta garantizar los votos necesarios.
Pero, finalmente, ¿cómo votaron los 19 legisladores que no pertenecen a ninguna bancada (todavía)?
Hubo siete asambleístas que decidieron respaldar completamente al oficialismo: Elías Celleri, Mónica Salazar, Jorge Cerda, José Nango, José Nantipia, Edwin Jarrín Rivadeneira y Aníbal Jurado. Mientras que Rosa Baltazar y Carmen Tiupul lo hicieron en nueve de las 10 votaciones.
De esos legisladores, oficialmente dos anunciaron que dejaban sus partidos para ponerse la camiseta morada de ADN: Mónica Salazar, electa por el correísmo, y Elías Celleri, electo por el PSC. Tras su acercamiento con el gobierno de Noboa, cada uno recibió una vocalía en el Consejo de Administración Legislativa (CAL).
Los demás, aunque todavía no han abandonado sus organizaciones políticas, dejaron clara su tendencia inicial: sus votos pueden cambiar, con negociaciones previas a las sesiones o, incluso, sobre la marcha.
Por ejemplo, entre la primera y la segunda votación para que Carmen Tiupul ocupe la segunda Vicepresidencia, hubo cuatro votos que cambiaron. Algo similar pasó en la votación para designar al Secretario y Prosecretario, en la primera hubo 72 votos a favor, después del receso hubo 78.
Por lo tanto, Acción Democrática Nacional parece haber conseguido ocho aliados adicionales que fueron electos por otros partidos: cinco de Pachakutik, uno de Construye, uno de un movimiento local y otro de una alianza múltiple.
Pero quedan también legisladores que no han tomado ninguna posición y resta ver cómo serán sus futuras votaciones o su presencia en las comisiones legislativas.
Por ejemplo, Dina Farinango de Pachakutik prefirió abstenerse en todas las votaciones de la inauguración, mientras su compañero Manuel Choro se dividió entre el apoyo a ADN y las abstenciones. Lo mismo hizo Marco Gonzaga, de un movimiento local.
Otto Vera y Alfredo Serrano, del PSC, también le dieron más espacio a las abstenciones. Y, sorpresivamente, la legisladora correísta reelecta, Ana María Raffo también prefirió abstenerse en las tres primeras votaciones en las que participó su bancada, posteriormente siguió la manifestación de queja de su bancada y no participar en las votaciones.
A este inestable escenario se suma la intención de Renovación Total (RETO), que llegó a la Asamblea en alianza con Revolución Ciudadana, de conformar una bancada propia de 18 legisladores. De ahí nacen incógnitas sobre su futuro, puesto que si, en algún momento, deja de votar con el correísmo, este se quedaría solamente con los 48 legisladores que oficialmente inscribió en su bancada.
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