Otavalo vota entre calma y reconstrucción tras el mes de paro: así se vive la jornada de Consulta Popular y Referéndum 2025
Lluvia en horas de la madrugada, recintos vacíos y una ciudad que intenta levantarse después de las protestas registradas, entre septiembre y octubre por la eliminación del subsidio al diésel y que causaron pérdidas de hasta el 95%.

Ciudadanos votan en el Colegio Otavalo en la jornada de consulta popular y referendo 2025, domingo 16 de noviembre de 2025.
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PRIMICIAS / Andrés Salazar
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La madrugada de este domingo 16 de noviembre de 2025 llegó a Otavalo, en la provincia de Imbabura, una lluvia persistente que golpeó techos y calles hasta poco antes del amanecer. Cuando el temporal finalmente cedió, la ciudad se encontró con una mañana nublada, húmeda, pero tranquila: el tipo de quietud que antecede a un día decisivo, la jornada de votaciones del Referéndum y Consulta Popular 2025.
A las 07:00, los 137 recintos electorales de Imbabura —y en particular los más grandes, en Ibarra y Otavalo— abrieron sin contratiempos para la jornada electoral.
En los primeros recorridos realizados por PRIMICIAS, el ambiente sorprendía por la baja concurrencia de votantes.
En los exteriores del colegio Otavalo, el recinto electoral más grande del cantón, apenas unas decenas de votantes llegaban en silencio, muchos aún abrigados por la humedad de la madrugada.
No obstante, allí se registró la única novedad relevante de la mañana: un ciudadano fotografió su papeleta dentro de la junta receptora del voto. El equipo de mesa notificó al coordinador y se cumplió el protocolo: emitir una citación, que podría derivar en una multa. Fuera de eso, la jornada avanzó con absoluta normalidad.
En el colegio República, los bloques para hombres y mujeres organizaron el ingreso y mantuvieron un flujo constante, aunque no masivo.
Los votantes se movían con calma, guiados por efectivos de la Policía Nacional desde el exterior y por personal militar dentro de los recintos.

El contraste era inevitable. En esta ciudad —que hace apenas tres semanas seguía con pasos cortados, zanjas, troncos y piedras producto del paro convocado por la Conaie— los uniformados ahora resguardaban a los votantes.
La provincia de Imbabura, con 400.271 electores empadronados —195.320 hombres y 204.951 mujeres—, es la provincia con mayor población indígena del país y una de las que más sintió el impacto del paro.
Otavalo, epicentro de los bloqueos y enfrentamientos, quedó prácticamente inmovilizada durante un mes. Las pérdidas económicas superaron el 95% en varios sectores.
Por eso, la escena de este domingo tenía un peso simbólico: la normalidad regresaba, aunque todavía con pasos cuidadosos.
Las calles que semanas atrás estaban vacías hoy tenían movimiento. Muchos comercios abrieron desde temprano, y la Plaza de los Ponchos —que lució desolada durante el paro— recuperó algo de su ritmo habitual. Los artesanos regresaron a colocar mantas, ponchos, figuras talladas, collares y tapices en sus cubículos.
“El feriado de Difuntos nos salvó un poco”, repetían varios comerciantes, recordando los cuatro días de asueto que les permitieron recibir turistas y reactivar mínimamente su economía.
Con esperanza moderada, esperaban que esta jornada electoral atrajera también visitantes nacionales y extranjeros. Otavalo sigue siendo uno de los destinos más buscados por quienes quieren conocer la cultura indígena del Ecuador.
Incluso las ventas ambulantes, controlada por agentes municipales para evitar aglomeraciones en los ingresos a los recintos, encontró su espacio a una cuadra de distancia.
Allí aparecieron los vendedores de alimentos, artesanías rápidas y los tradicionales “emplasticadores” de papeletas de votación, siempre atentos al paso del votante apurado.
Entre recintos casi vacíos, comerciantes reacomodando sus mesas y una ciudad que aún siente las secuelas del paro, la jornada electoral en Otavalo se vivió en un tono de sobriedad. Sin sobresaltos, sin incidentes y con la sensación clara de que, pese a la fragilidad económica y social, la vida empieza a recuperar su curso..
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