Resumen 2025 | El Municipio de Quito al ritmo de Pabel Muñoz: entre rupturas políticas, crisis de gestión y una fallida revocatoria

2025 terminó convirtiéndose en un año difícil para el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, cuando todavía no completa los tres años de su administración —que se cumplirán en mayo de 2026—.

La gestión municipal se vio rodeada de crisis operativas, polémicas por contrataciones y rupturas políticas en su movimiento, la Revolución Ciudadana, y con el Gobierno Central. La secuencia de hechos dejó a Quito en medio de discusiones sobre liderazgo, ejecución y capacidad de respuesta institucional.

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La conflictividad comenzó temprano. El 25 de enero de 2025 Pabel Muñoz exigió respuestas al Gobierno de Daniel Noboa, sobre la extensión del Metro de Quito y la asignación de recursos a los municipios. Esto puso en evidencia la ruptura con el mandatario, una jugada que, durante el resto del año, fue desgastando su figura política. 

1. Proceso de revocatoria que se cayó a última hora

El 14 de marzo de 2025, el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) dispuso al CNE la entrega de formularios para iniciar el proceso de revocatoria de mandato impulsada por el ciudadano Néstor Marroquín. El proceso avanzó con la aprobación del CNE el 7 de abril, y el 2 de junio los promotores entregaron un primer paquete de 5.000 firmas de ciudadanos que estaban de acuerdo con la salida de Pabel Muñoz.

Sin embargo, el esfuerzo se diluyó: el 5 de octubre. Al concluir el plazo legal, Marroquín no presentó las firmas válidas ante el CNE —argumentó que no quería exponer a los voluntarios a tener que afrontar procesos penales— y la revocatoria quedó sin efecto. Fue un golpe fallido para sus detractores, pero también expuso la fragilidad política del alcalde.

2. Disputas dentro de casa 

A mitad de año se abrió otro frente. La relación entre Muñoz y Rafael Correa, líder de la Revolución Ciudadana —el movimiento que lo llevó al Palacio Municipal— se tensó como no ocurría desde el inicio de su administración.

En abril de 2025, tras las elecciones presidenciales, Muñoz fue uno de los primeros en reconocer el triunfo de Daniel Noboa: en franca contradicción con Luisa González, candidata del correísmo quien se negó a reconocer los resultados oficiales. "Al presidente Daniel Noboa le deseo lo mejor por el bien de nuestro país", dijo entonces. Y fue más allá y reveló que las autoridades del correísmo no sabían que González iba a desconocer la victoria de Noboa.

El 17 de julio de 2025, varios dirigentes de alto perfil, entre ellos Paola Pabón, Juan Cristóbal Lloret, Leonardo Orlando, Marcela Aguiñaga y el propio Muñoz, enviaron una carta a Rafael Correa solicitando un espacio de diálogo. La misiva buscaba frenar el creciente distanciamiento interno, pero terminó profundizando la fractura. 

Correa calificó la acción como "desleal", habló de traición y mandó un mensaje directo a los firmantes: "Para ser un 'partido más' es mejor desaparecer", escribió en redes.

Pero, la tensión entre Muñoz y Correa tuvo se episodio más álgido el 26 de noviembre, cuando Correa escribió en X: “Me opondré a cualquier candidato tibio”, en alusión directa a la intención de Muñoz de buscar la reelección para la alcadía de Quito.

3. Quito sin agua

En paralelo —con la fractura dentro de su movimiento—, la ciudad atravesaba una de las peores emergencias de infraestructura de la última década: el 6 de julio, una rotura en el sistema La Mica–Quito Sur dejó sin agua a extensas zonas del sur de la capital. 

El propio alcalde calificó la situación como “la mayor emergencia de agua potable” en Quito. Durante semanas, tanqueros y planes de contingencia intentaron suplir la demanda. Sin embargo, los habitantes reclamaban que no podían lavar su ropa, consumir alimentos, ni satisfacer necesidades básicas, porque los tanqueros no llegaban a sus barrios. 

La crisis también fue aprovechada por el Gobierno que criticó la lentitud de la respuesta municipal y activó, por su lado, un operativo para abastecer agua a la población.

El agua regresó a los hogares de manera progresiva, desde el 23 de julio. La crisis se dio por cerrada el 1 de agosto, cuando el COE Metropolitano declaró restablecido el servicio.

4. Contratos cuestionados

La gestión administrativa también quedó bajo la lupa por decisiones de los funcionarios del equipo de Pabel Muñoz. Una de las más criticadas fue la contratación de alimentación y logísitca para la organización de una “jornada de integración institucional”. ¿El problema? El contrato incluía 4.800 platos de hornado a USD 15 cada uno.

El proceso fue adjudicado el 22 de octubre, pero tras cuestionamientos públicos y observaciones del Servicio de Contratación Pública (Sercop), el Municipio lo declaró desierto el 13 de noviembre. El caso se convirtió en uno de los símbolos del desgaste político del alcalde.

Pero, el panorama se complicó diciembre. La Contraloría General del Estado emitió observaciones a contratos del Metro de Quito y a la adquisición de 60 buses eléctricos para el sistema Trolebús. Los informes señalaban inconsistencias y exigían aclaraciones técnicas y presupuestarias. La entidad de control aseguró que, en los dos procesos, la administración de Muñoz esquivó los procesos de contratación pública.

Eso, sin contar con el perjuicio económico que esos contratos habrían causado a la ciudad.

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Aunque el Municipio rechazó los dos informes, la Contraloría informó que incluso encontraron indicios de responsabilidad penal que serán enviados a la Fiscalía. El alcalde y varios gerentes de empresas públicas deberán defenderse en el campo penal. 

5. Disputas con el gobierno

Las tensiones también escalaron con el Gobierno de Daniel Noboa. Aunque la relación fue distante desde el inicio del año, el quiebre más evidente ocurrió en las fiestas de Quito, por problemas con contratos para los eventos, al punto que Muñoz suspendió la tradicional serenata Quiteña el primer mandatario.

El Municipio culpó al Sercop, el Gobierno aseguró que, en su momento, advirtieron al Municipio de los errores que se estaban cometiendo en los procesos.

En la sesión solemne por los 491 años de fundación de Quito, el 6 de diciembre de 2025. La vicepresidenta María José Pinto asistió al evento, pero no fue ubicada en la mesa principal, rompiendo el protocolo habitual, y se retiró al poco tiempo. Muñoz presidió la mesa principal  junto a la vicealcaldesa y un concejal. 

El alcalde aprovechó la sesión solemne para reclamar de manera directa al Gobierno Nacional. Afirmó que este “no ha sido un año normal”, sino uno marcado por “ataques burdos” y un uso político de las instituciones que —según dijo— han afectado tanto a la gestión municipal como a la vida de la ciudad.

Noboa no estuvo presente, evidenciando un desacuerdo político que se venía gestando desde meses atrás, aunque también coincidió con una agenda internacional.

Con un año cargado de frentes críticos —desde disputas internas y enfrentamientos externos hasta emergencias operativas y fallas administrativas—, Muñoz entra a su último tramo de gestión con un escenario fragmentado.

2026 será un periodo de recuperación o de mayor presión, dependerá, en gran medida, de cómo el alcalde reorganice su relación con su movimiento, con el Gobierno Central y con la ciudad que gobierna. Todo esto, pensando en la reelección.