TLC de Ecuador con China: ¿qué ha dejado el primer año del acuerdo?
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Ecuador y China cumple su primer aniversario con un balance comercial desafiante. Aunque las exportaciones no petroleras ecuatorianas hacia el gigante asiático han disminuido un 17,1% desde 2022, sectores estratégicos como la pitahaya muestran crecimiento y productos como madera y camarón comienzan a estabilizarse tras el acuerdo

La falta de nuevos productos y la lenta gestión fitosanitaria limitan el aprovechamiento del acuerdo.
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El 1 de mayo de 2023 marcó un hito histórico en las relaciones comerciales entre Ecuador y la República Popular China con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC), el primer acuerdo de esta naturaleza firmado por el gigante asiático con un país latinoamericano mediano.
Un año después de su implementación, es momento de realizar un análisis objetivo sobre los resultados de este instrumento comercial que prometía generar miles de empleos y aumentar las exportaciones no petroleras ecuatorianas en hasta USD 4.000 millones.
El TLC con China llegó en un momento estratégico para Ecuador, cuando el país buscaba diversificar sus mercados y equiparar condiciones de competencia con países vecinos que ya contaban con acuerdos similares.
Adicionalmente, representó una oportunidad sin precedentes para acceder a un mercado de 1.400 millones de consumidores con alto poder adquisitivo, mediante la eliminación inmediata y gradual de aranceles para el 99,6% de las exportaciones ecuatorianas en un plazo máximo de 10 años.
Comportamiento de las exportaciones
A un año de la firma del acuerdo, los datos revelan un panorama con luces y sombras. Las exportaciones totales no petroleras de Ecuador a China han experimentado una tendencia decreciente durante los últimos años. Según los últimos datos de Trade Map, las exportaciones totales de Ecuador a China han experimentado una disminución sostenida, pasando de USD 6.241,76 millones en 2022 a USD 5.089,82 millones en 2024, lo que representa una contracción del 18,5% en el período analizado (Gráfico 1).
Esta tendencia decreciente se mantiene cuando analizamos las exportaciones no petroleras, que representan prácticamente la totalidad de las ventas a China, pasando de USD 6.137,68 millones en 2022 a USD 5.085,30 millones en 2024 (una reducción del 17,1%). Estos datos confirman que, a diferencia de otros socios comerciales, las exportaciones a China son predominantemente no petroleras.
Sin embargo, el panorama más preocupante se observa en las exportaciones no petroleras y no mineras, que han descendido de USD 4.721,01 millones en 2022 a USD 3.700,73 millones en 2024, lo que supone una contracción del 21,6%. Esta caída más pronunciada indica que el sector minero ha mantenido cierta estabilidad en comparación con otros sectores productivos.
Según Francisco Rivadeneira, exministro de Comercio Exterior y académico, en entrevista con GESTIÓN, “la razón principal se debe a la poca diversificación de las exportaciones ecuatorianas hacia el mercado chino por este momento. Seguimos siendo esencialmente exportadores de camarón y banano de manera sustancial, y uno de otro producto más, entonces, depende mucho las exportaciones, de cómo se desempeñan, de cómo se mueven, de cómo se comportan esos productos”.
En el caso específico del camarón, Rivadeneira señala que “hay un problema de sobreoferta en el mercado y eso ha hecho que básicamente la participación del comercio ecuatoriano en el camarón, y eso debe incluir sin duda el caso de China, haya bajado pero seguramente de manera temporal”.
China sigue siendo un socio comercial prioritario
Al analizar la participación por países en las exportaciones no petroleras ecuatorianas, se observa que China mantiene una posición relevante, aunque con una disminución notable. En 2023, China representaba el 25,57% del valor FOB (Free On Board) de las exportaciones no petroleras de Ecuador, mientras que para 2024 esta participación se redujo al 20,47%, prácticamente igualando a Estados Unidos, que pasó del 19,91% al 20,49% en el mismo período (Gráfico 2).
Esta contracción en la participación china contrasta con el crecimiento experimentado por otros socios comerciales como los Países Bajos, que incrementaron su participación del 3,85% al 4,56%, y España, que pasó del 3,85% al 4,06%. Rusia, por su parte, redujo su participación del 4,16% al 3,61%.
Rivadeneira también atribuye parte de esta contracción a la situación económica interna de China: “Ha habido una reducción significativa de manera progresiva del crecimiento de la economía. Ahorita están creciendo solo a un dígito. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero sobre todo el FMI, en reuniones de primavera en Washington DC, mencionaron que China va a crecer este año más o menos entre 4% a 5%”.
El experto añade que “lógicamente, con la reducción del crecimiento y los problemas internos, se reduce también la demanda”.
Esta visión coincide con el análisis publicado por ANEFI, administradora de fondos y fidecomisos, que en su informe “El mal momento de China golpea a las exportaciones ecuatorianas” señala que el gigante asiático enfrenta un escenario económico complejo.
Según ANEFI, China, uno de los principales compradores de materias primas ecuatorianas, ha experimentado en los últimos años desafíos económicos significativos derivados de múltiples factores, entre ellos la pandemia de COVID-19, las crecientes tensiones comerciales internacionales y una pronunciada desaceleración en su sector inmobiliario, factores que impactan directamente en la demanda de productos ecuatorianos.
Los productos estrella
Al examinar la canasta exportadora de Ecuador hacia China, se observa una concentración en productos primarios con bajo valor agregado. Los datos de Trade Map muestran que los “pescados, crustáceos, moluscos y demás invertebrados acuáticos” continúan siendo el principal rubro de exportación, aunque con una tendencia decreciente, pasando de USD 4.320,35 millones en 2022 a USD 3.260,33 millones en 2024, lo que representa una caída del 24,5% (Gráfico 3).
El segundo producto más exportado es “madera y sus manufacturas”, el cual mostró signos de recuperación en 2024, alcanzando USD 134,27 millones tras caer a USD 113,79 millones en 2023. Sin embargo, aún se mantienen un 10,2% por debajo de los niveles de 2022 (USD 149,47 millones), lo que sugiere un aprovechamiento parcial de las preferencias arancelarias del TLC.
Por su parte, el sector de frutas y frutos comestibles, que incluye la pitahaya (beneficiada con una desgravación del 20% en el TLC), experimentó un comportamiento mixto: un espectacular crecimiento inicial del 52,7% en 2023 (USD 155,52 millones) seguido de una contracción en 2024 (USD 117,89 millones). Aun así, mantiene un crecimiento del 15,8% respecto a 2022, evidenciando un impacto positivo del acuerdo.
Finalmente, el sector de cobre y sus manufacturas mostró una recuperación parcial en 2024 (USD 57,31 millones) tras una fuerte caída en 2023 (USD 44,20 millones), aunque aún se mantiene un 23,1% por debajo de los niveles de 2022 (USD 74,56 millones), indicando que el proceso de recuperación continúa en desarrollo.
Sobre los obstáculos que enfrentan los exportadores ecuatorianos, Rivadeneira explica que “por más que se tenga cero arancel o se vaya reduciendo el arancel en el calendario previsto de desgravación de muchos productos agropecuarios de alimentos del Ecuador, no basta simplemente eso sino que además se tiene que cumplir con los requisitos de carácter fitosanitario y zoosanitarios y habilitarlos para poder ingresar a mercado chino y eso no es un tema que se puede resolver de un minuto al otro”.
La balanza comercial: Ecuador depende de los manufacturados
Un análisis completo del impacto del TLC requiere examinar no solo las exportaciones, sino también las importaciones provenientes de China. La canasta importadora ecuatoriana está dominada por productos manufacturados y bienes de capital.
El principal rubro de importación corresponde a “reactores nucleares, calderas, máquinas, aparatos y artefactos mecánicos”, que aumentó de USD 1.206,39 millones en 2022 a USD 1.243,34 millones en 2024, con un incremento del 3,1%. Le siguen “máquinas, aparatos y material eléctrico”, que pasaron de USD 1.080,36 millones a USD 1.177,93 millones en el mismo período, con un crecimiento del 9% (Gráfico 4).
Por el contrario, las importaciones de “vehículos automóviles, tractores, velocípedos y demás vehículos terrestres” han experimentado una reducción significativa, pasando de USD 1.121,92 millones en 2022 a USD 916,03 millones en 2024, lo que representa una disminución del 18,4%.
Similar comportamiento han tenido las importaciones de “fundición, hierro y acero”, que cayeron de USD 500,04 millones a USD 405,01 millones (-19%), y “plástico y sus manufacturas”, que se redujeron de USD 441,34 millones a USD 368,18 millones (-16,6%).
Los beneficios más allá de las cifras
Si bien las cifras agregadas muestran una contracción en el comercio bilateral, es fundamental destacar que el TLC ha abierto oportunidades para productos específicos que anteriormente enfrentaban barreras arancelarias significativas.
Como se estableció en el acuerdo, varios productos ecuatorianos pasarían a pagar 0% de arancel al ingresar a China, como la pitahaya (que gravaba un arancel del 20%), cacao en polvo (15%), atún y preparados (5%), sombreros de paja toquilla (8%), entre otros.
Este acceso preferencial beneficia directamente a sectores específicos de la economía ecuatoriana. Por ejemplo, la exportación de pitahaya involucra el trabajo de aproximadamente 15.000 familias, mientras que la industria del sombrero de paja toquilla genera empleo para unos 2.500 ecuatorianos, principalmente en las provincias de Cañar, Azuay, Manabí y Santa Elena.
Esta visión optimista es compartida por otros actores del comercio bilateral. Según el portal Xinhua Español, el presidente de la Cámara de Comercio Ecuador-Shanghai-China, Darío Regalado, califica este primer año de vigencia del TLC como “transformador” y señala que “cada nuevo producto que logremos colocar en China no solo será un éxito comercial, sino también una fuente de empleo. Hoy, más empresarios, más emprendedores, están mirando hacia Asia como un socio posible”.
Productos interesantes para el mercado chino
Rivadeneira identifica algunos productos con potencial: “Un ejemplo de eso que es interesante son los lácteos. Ecuador podría exportar lácteos a la China. Otro son los cárnicos, que también hay mucha demanda de cárnicos. Otro es el tema de algunas frutas como la pitahaya, que ya está entrando, pero donde se podría tratar de crecer. También arándanos, aguacate, entre otros productos”.
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Sin embargo, advierte que “son productos que aún no existen en los volúmenes, las calidades necesarias como para de manera significativa, sustancial y permanente en el tiempo comenzar a exportar a China. Hay que trabajar eso tanto en arándanos como en aguacate”.
El primer año del TLC entre Ecuador y China muestra resultados mixtos que deben analizarse con una perspectiva de largo plazo. Si bien las cifras agregadas reflejan una contracción en el comercio bilateral, algunos sectores específicos muestran signos de recuperación y crecimiento que podrían consolidarse en los próximos años.
Es importante recordar que la implementación efectiva de un acuerdo comercial de esta magnitud requiere tiempo y adaptación por parte de los sectores productivos. Adicionalmente, factores externos como la desaceleración de la economía china han influido en los resultados observados durante este primer año.
Mirando hacia el futuro, Rivadeneira considera que lo que no se ha hecho con suficiente dinamismo y voluntad es “obligar a las instituciones de aquí a nivel nacional que aceleren justamente los procesos del lado nuestro para obtener las certificaciones para que estos nuevos productos puedan entrar a la China”.
También recomienda “seguir avanzando en las negociaciones desde la China a través de nuestra embajada y de las oficinas comerciales para lograr que también el proceso no se quede estancado del lado chino”.
El verdadero potencial del TLC se materializará en la medida en que Ecuador logre diversificar su oferta exportable, fortalecer sus capacidades productivas y desarrollar estrategias efectivas de promoción comercial que le permitan posicionar sus productos en el exigente mercado chino.
El camino hacia una relación comercial equilibrada y mutuamente beneficiosa entre Ecuador y China apenas comienza. El TLC proporciona el marco jurídico para avanzar en esa dirección, pero su éxito dependerá de la capacidad de Ecuador para capitalizar las oportunidades que ofrece este acuerdo histórico.
(*) Economista, analista económica Revista Gestión.
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