Ecuador ante el reto arancelario de Estados Unidos: priorizar la productividad para sobrevivir
La reciente política arancelaria impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, representa un punto de inflexión para el comercio global y plantea desafíos significativos para economías dependientes de exportaciones como Ecuador. Frente a este nuevo panorama, la apuesta por la productividad emerge como estrategia fundamental.

La nueva política arancelaria de EE.UU. no solo encarece nuestras exportaciones, sino que también expone la fragilidad de una economía poco competitiva.
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Ecuador necesita priorizar urgentemente la productividad para sobrevivir en un mundo comercial que se torna cada vez más hostil. Las recientes medidas arancelarias anunciadas por Estados Unidos, con un arancel base del 10% para todas las importaciones y aranceles diferenciados por país, transforman las reglas del juego en el comercio internacional. Este cambio representa un desafío que obliga a repensar las estrategias comerciales, productivas y diplomáticas del país.
Según Augusto de la Torre, profesor de la School of International and Public Affairs de la Universidad de Columbia y exgerente general del Banco Central del Ecuador, estamos presenciando “un golpe para el comercio internacional de una relevancia histórica enorme”, comparable únicamente con los aranceles Smoot-Hawley impuestos por Estados Unidos durante la Gran Depresión en los años 30, que lejos de proteger su economía, agravaron la crisis.
Un giro radical con pausa temporal
Estados Unidos, el arquitecto del sistema multilateral de comercio basado en reglas tras la Segunda Guerra Mundial, ha dado un giro de 180 grados en su política comercial. Aunque recientemente, el 9 de abril, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para implementar una pausa de 90 días en los aranceles superiores al 10% para países que han buscado negociar con EE.UU. antes de implementar tarifas de retaliación, el cambio de dirección sigue siendo significativo.
Antes de las nuevas políticas, los aranceles en Estados Unidos, en promedio, estaban cercanos al 3%. Con la nueva política, el piso es del 10% para la mayoría de países, mientras que China enfrenta un incremento adicional del 125%, llegando a un total de 145% de aranceles adicionales. Esta significativa diferenciación muestra el enfoque particular de la administración Trump hacia su principal competidor comercial.
El presidente Trump ha justificado esta medida bajo el lema “Make America Great Again”, argumentando que los déficits comerciales bilaterales son perjudiciales para la economía estadounidense y que estos aranceles ayudarán a recuperar empleos manufactureros perdidos. Sin embargo, como señaló De la Torre en el webinar ‘Política arancelaria de EE.UU.: impactos globales y desafíos para Ecuador’, “es muy difícil darle razón a este argumento, pues confunde un problema de déficit fiscal y bajo ahorro nacional con un problema comercial”.
La fórmula para el cálculo de estos aranceles “recíprocos” ha sido objeto de crítica por parte de los expertos. El mecanismo divide el déficit comercial que Estados Unidos tiene con cada país entre las importaciones que realiza, produciendo resultados que varían significativamente entre países -desde el 10% para Ecuador, Colombia, Perú y Chile, hasta el 49% para Camboya o el 46% para Vietnam-, según los datos proporcionados (Tabla 1).
Impacto inmediato para Ecuador
Para Ecuador, cuyo segundo socio comercial es Estados Unidos, el impacto es inmediato y significativo. Según Ana María Gallardo, decana de Ciencias Económicas y Empresariales de Ecotec y exviceministra de Promoción de Exportaciones e Inversiones, Ecuador exportó USD 5.092,1 millones en productos no petroleros a Estados Unidos en 2024, manteniendo un superávit comercial con este país (Gráfico 1).
Los datos más recientes del Banco Central del Ecuador muestran que en los primeros dos meses de 2025, Ecuador mantuvo un superávit comercial no petrolero con Estados Unidos de USD 676,7 millones, exportando productos por valor de USD 1.128,8 millones e importando USD 452,1 millones.
Según datos de Trade Map a 2024, los principales productos de exportación ecuatorianos a Estados Unidos son pescados y crustáceos con USD 1.728,8 millones, representando el 23,51% de las exportaciones mundiales ecuatorianas en este rubro; frutas y frutos comestibles, con USD 922,1 millones (21,61% de las exportaciones mundiales); cacao y sus preparaciones con USD 540,9 millones (14,96%); metales preciosos, con USD 458,1 millones (42,97%); y plantas vivas y productos floricultores, con USD 356,5 millones (34,28% de las exportaciones globales) (Gráfico 2).
Estos productos han pasado de un arancel del 0% a un 10%, según datos oficiales de la Casa Blanca. El incremento arancelario afecta de manera diferenciada a varios productos clave:
- Camarón: del 0% al 10%
- Banano: del 0% al 10%
- Cacao: del 0% al 10%
- Rosas: del 6,80% al 16,8%
- Otras flores: del 6,40% al 16,4%
- Conservas de atún: del 12,50% al 22,5%
- Plátanos: del 0% al 10%
- Brócoli: del 14,90% al 24,9%
El impacto es particularmente notable en productos como las rosas y conservas de atún, que ya pagaban aranceles y ahora enfrentarán tarifas que superan el 15%, comprometiendo seriamente su competitividad en el mercado estadounidense.
El panorama comercial presenta un matiz interesante cuando se considera que competidores directos de Ecuador como Colombia y Perú, que gozaban de arancel cero gracias a sus acuerdos comerciales con Estados Unidos, ahora se encuentran en igualdad de condiciones arancelarias del 10%. Esto podría representar una oportunidad para Ecuador en términos de competitividad relativa, pero solo si logra superar sus problemas estructurales de productividad.
Estrategias para enfrentar el nuevo escenario
Según lo expuesto por Gallardo, sobre políticas arancelarias de Estados Unidos, Ecuador debe implementar varias estrategias concretas para adaptarse al nuevo entorno comercial global:
- Fortalecimiento de la diplomacia comercial: activar mecanismos como el Consejo de Comercio e Inversiones (TIC) entre Ecuador y Estados Unidos, reactivado en 2021.
- Diversificación de mercados: aprovechar los más de 13 acuerdos comerciales existentes y los acuerdos preferenciales regionales en el marco de ALADI, considerando que esta estrategia requiere tiempo y debe planificarse a mediano plazo.
- Transformación productiva: implementar urgentemente políticas que mejoren la productividad y competitividad, evaluando los rendimientos actuales, especialmente en el sector agrícola.
- Fomento a la asociatividad: promover modelos asociativos entre productores, siguiendo ejemplos exitosos como el del café colombiano.
- Cooperación público-privada: formar coaliciones regionales y procesos de integración donde sector público y privado trabajen coordinadamente para responder al nuevo escenario comercial.
Implicaciones a mediano y largo plazo
Las medidas arancelarias de Estados Unidos podrían tener efectos más allá del corto plazo, reconfigurando el comercio global.
Augusto de la Torre advirtió sobre el riesgo de “una gran recesión global” si estos aranceles se mantienen. En sus palabras, “de mantenerse los aranceles diferenciados y altos, se ve venir una gran recesión global que va a empezar, creo yo, a fines de este año, con una caída del comercio internacional”.
Por su parte, el exvicepresidente Alberto Dahik señaló que estas medidas podrían acelerar la pérdida de influencia estadounidense: “Mi apuesta es que esto va a significar un muy serio retroceso en el liderazgo de los EE.UU. en el mundo”, sugiriendo el surgimiento de un sistema multipolar con menor predominancia del dólar.
Para Ecuador, este escenario podría representar tanto riesgos como oportunidades:
Nearshoring
Gallardo destacó esta posibilidad: “Si lo vemos desde el lado de las oportunidades, pues hay un nearshoring, un cambio en la reconfiguración de las cadenas de valor, movimiento de Asia hacia los mercados latinos”. Esto podría permitir a Ecuador integrarse en cadenas productivas que se reubiquen más cerca de Estados Unidos.
Nuevos bloques comerciales
Augusto de la Torre advirtió sobre “una fragmentación del comercio internacional en bloques que les va a poner a los países ante la disyuntiva de si me uno al bloque de China o al bloque de Europa o me quedo con Estados Unidos”. Ecuador deberá posicionarse estratégicamente ante esta posible fragmentación.
Reconfiguración monetaria
De la Torre expresó su preocupación por “el futuro del dólar”, señalando que “misteriosamente, en este episodio, el dólar no se está fortaleciendo, se está depreciando. Y eso es muy preocupante porque puede marcar el inicio de la pérdida de calidad de moneda de reserva que el dólar ha tenido en el mundo hasta ahora”.
Esta situación tendría implicaciones particulares para una economía dolarizada como la ecuatoriana. Dahik cree, por ejemplo, que va a cobrar fuerza la idea de sustituir al dólar como moneda principal “o por lo menos que esta moneda ya no ocupe un rol tan preponderante en el comercio internacional”.
Así, estas circunstancias exigen comprender estas nuevas dinámicas comerciales y reconocer que Ecuador debe prepararse para un entorno comercial transformado a mediano y largo plazo. Las políticas arancelarias de Estados Unidos, lejos de ser un fenómeno pasajero, parecen marcar el inicio de una nueva era en el comercio internacional, caracterizada por mayor proteccionismo y fragmentación.
La historia económica demuestra que el proteccionismo rara vez logra sus objetivos declarados. Como advirtió De la Torre, “si estos aranceles tienen que instrumentarse en el tiempo, a Estados Unidos le va a tocar enviar gente a aprender de América Latina”, refiriéndose a los problemas de corrupción, contrabando y distorsiones económicas que los países latinoamericanos experimentaron durante la era de sustitución de importaciones.
El camino para Ecuador no está en imitar estas políticas fallidas, sino en aprovechar las lecciones aprendidas para forjar una economía más productiva, diversificada y resiliente ante los vaivenes de la geopolítica comercial global.
(*) Economista, analista económica Revista Gestión.
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