El Estado estimaba ingresos por USD 27.439 millones este 2025; el gasto va más rápido de lo que se recauda
El Gobierno anuncia bonos sociales y adelanta sueldos a semanas del referendo, mientras los ingresos fiscales caen. Entre enero y agosto de 2025, el Presupuesto General del Estado recaudó 1% menos que en 2024, frente a un gasto que sube 10%.

Un billete de dólar rasgado revela la palabra “déficit”.
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En 2025, el Gobierno ha creado ocho nuevos bonos sociales con un costo de USD 755 millones. Las ayudas van desde pagos únicos de USD 1.000 a agricultores hasta transferencias mensuales de hasta USD 1.800 para transportistas por la eliminación del subsidio al diésel.
Además, el Ejecutivo anunció el adelanto del décimo tercer sueldo para empleados públicos, que se pagará el 14 de noviembre, dos días antes del referendo y consulta popular convocados para el 16 de noviembre. El presidente Daniel Noboa señaló que esta medida busca fomentar la economía, "así las familias tendrán más dinero durante el Black Friday y el Cyber Monday".
Sin embargo, los ingresos fiscales no crecen. Según el último boletín fiscal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), entre enero y agosto de 2025 los ingresos totales del Presupuesto General del Estado (PGE) se redujeron 1% respecto al mismo período del año anterior. En contraste, el gasto subió 10%, ampliando el déficit a más de USD 2.200 millones, cinco veces mayor al registrado en 2024.
El Gobierno asegura que algunos de los bonos recientes se financiarán con el ahorro derivado de la eliminación del subsidio al diésel, estimado en más de USD 400 millones para lo que resta del año.
El despliegue de ayudas no responde únicamente a emergencias económicas. El programa Jóvenes en Acción, por ejemplo, se activó en dos ocasiones: primero en noviembre de 2024 y luego en agosto de 2025 (con pago en octubre).
El problema de fondo no es únicamente el aumento del gasto, sino la capacidad real de generación de ingresos del Estado. Las cifras del MEF confirman un desequilibrio: mientras se reparten beneficios en efectivo, se incumplen transferencias a los gobiernos locales, se acumulan deudas con proveedores y el déficit fiscal se amplía mes a mes.
El Estado recauda casi lo mismo desde hace más de una década
Entre enero y agosto de este año, el PGE recaudó USD 15.638 millones, lo que representa una caída de USD 120 millones o el equivalente a una reducción del 1%, frente al mismo período de 2024.
El dato se explica principalmente por la caída del 23% en los ingresos petroleros, que pasaron de USD 1.147 millones a USD 885 millones en el acumulado a agosto. A pesar de una leve mejora en precios internacionales, el volumen exportado y los márgenes fiscales han disminuido por mayores costos operativos y menor participación del Estado en la renta petrolera.
Los ingresos no petroleros crecieron un 1%, y, dentro de estos, los ingresos tributarios subieron un 2%, impulsados en parte por el IVA, que creció 7% interanual. Sin embargo, esta mejora fue contrarrestada por una caída en otros montos, como el impuesto a la renta (-2%), el ICE (-6%) y tributos emergentes (-32%).
En términos históricos, los ingresos públicos muestran una marcada rigidez. Con excepción de 2022, cuando superaron los USD 26.800 millones, el país no ha logrado romper el techo de USD 25.000 millones en más de una década. En 2024, los ingresos llegaron a USD 22.611 millones, y si la tendencia actual se mantiene, 2025 cerraría con un nivel similar.
Según estimaciones del MEF, los ingresos totales previstos para el cierre de 2025 alcanzarían USD 27.439 millones. Hasta agosto solo había recaudado el 57% de ese total.
En los últimos 12 años, la distribución mensual de ingresos muestra un patrón estable. Abril se destaca como el mes con mayor recaudación (en promedio, más del 10% del total anual), explicado principalmente por el pago del impuesto a la renta.
Sin embargo, los otros meses presentan una distribución bastante simétrica, oscilando entre el 7% y el 9% del total. Esto implica que los ingresos restantes entre septiembre y diciembre representan poco más del 30% del total anual combinado.
La tendencia basada en los datos históricos no da señales de un repunte significativo en los últimos meses que permita al Estado cumplir su meta. Si el ritmo actual se mantiene, lo más factible es que bordee los USD 24.000 millones.
La sostenibilidad del modelo fiscal
El Estado ecuatoriano tiene egresos permanentes, como salarios, transferencias y pago de intereses. En 2024, el gasto en salarios superó los USD 9.800 millones, el nivel más alto registrado, y los pagos por intereses alcanzaron más de USD 3.500 millones, más del doble que en 2013.
En cambio, la inversión pública se ha convertido en la variable de ajuste. En 2013 se destinaban más de USD 4.300 millones a inversión en activos no financieros; en 2024, esa cifra cayó a menos de USD 450 millones, un desplome de casi 10 veces. La política de bonos sociales ha aumentado desde 2022, con transferencias que ya bordean los USD 1.300 millones anuales.
¿Es sostenible? El MEF tiene un análisis para responder esta pregunta. Usando un modelo econométrico, evaluó si los ingresos y los gastos del Estado tienen una relación estable en el tiempo. En términos simples: si los ingresos tienden a crecer cuando el gasto crece, existe cierta sostenibilidad fiscal; si no lo hacen, el modelo es insostenible.
Actualmente, por cada 1% que crece el gasto público, los ingresos solo aumentan un 0,18%. Es decir, el Estado gasta más rápido de lo que puede recaudar. Técnicamente, esto se traduce en una política fiscal “débilmente sostenible”: hay cierto ajuste, pero no es suficiente para garantizar equilibrio a largo plazo.
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