Así fue como un agente encubierto destapó la red que estafó a migrantes de Ecuador con visas falsas para Estados Unidos
Una investigación internacional destapó la operación criminal más sofisticada de fraude migratorio de los últimos años: una red que operó durante cuatro años con operadores y testaferros en Ecuador. Prometía falsas visas de trabajo H-2B, suplantaba a funcionarios consulares y usaba sitios falsos que imitaban a los oficiales del gobierno estadounidense.

El 4 de diciembre de 2025, ocho personas fueron detenidas en Ecuador, como parte de una banda delictiva transnacional que estafó a personas que querían migrar a Estados Unidos.
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Cortesía / Policía Nacional
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La trampa se había tendido para cientos de víctimas, pero a finales de 2024, la propia red criminal cayó en una. La historia comenzó el 20 de noviembre de 2024, cuando un agente encubierto, un oficial de policía salvadoreño, hizo una consulta en la página de Facebook Visa Solutions Assist.
La respuesta fue inmediata y protocolaria: solicitaron el nombre, el teléfono y el país de residencia del interesado. Una semana después, el 27 de noviembre de 2024, la operación subió de nivel. Un miembro de la red, bajo el alias de ‘Lic. William Smith Miller’, contactó al agente encubierto y, fingiendo ser un abogado, le envió los formularios iniciales para la solicitud de una visa H-2B.
El engaño al agente encubierto alcanzó su punto culminante el 15 de enero de 2025, cuando recibió una llamada crucial:
Un miembro de la red, suplantando a un funcionario consular de Estados Unidos, en Nueva York, le notificó la "aprobación" de una visa de 18 meses, proporcionando un número de seguimiento y un número de caso del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés).

Al día siguiente, el 16 de enero, la red le envió el enlace a un sitio web falso para que el agente pudiera "confirmar" su estado.
A partir de ahí, la fase de cobro se aceleró. El 17 de enero de 2025, el agente depositó USD 250 por Western Union a una operadora de la red en Minneapolis, Minnesota. Y el 24 de enero hubo otro pago del mismo valor.
En menos de tres meses, el agente había inyectado USD 1.750 en la red criminal, proporcionando a las autoridades federales la evidencia irrefutable de cada paso de la estafa.
Así, entre los chats cifrados y dominios web clonados y clandestinos, las autoridades de Estados Unidos descubrieron como se tejió una red transnacional de fraude migratorio que, por cuatro años, captó y malversó los ahorros de personas en Ecuador, Honduras, El Salvador, Guatemala y otros países en Centro y Sudamérica, con la falsa oferta de migrar legalmente a Estados Unidos.
Esta sofisticada estructura criminal operó una estafa millonaria, prometiendo visas de trabajo H-2B para Estados Unidos mediante la suplantación de identidad federal y un enredado sistema de blanqueo de capitales.
Las visas H-2B son un tipo de visa temporal de trabajo en Estados Unidos para trabajadores no agrícolas. Permiten que empleadores estadounidenses contraten a personas extranjeras para labores estacionales, pico de demanda, eventuales o intermitentes, cuando no hay suficientes trabajadores locales disponibles.
La mañana del 4 de diciembre de 2025, el Gobierno de Estados Unidos anunció la captura de 19 personas en varios países, ocho de estos en Ecuador. PRIMICIAS accedió a la acusación completa en la Corte del Distrito de Florida, dónde están todos los detalles de la que ha sido bautizada como la Empresa de Fraude de Visas.
La operación del fraude
La mente operativa de la red, que funcionó desde diciembre de 2021, se concentraba en figuras como Edwin Alberto Correa, quien desde Medellín, Colombia, recibía la mayoría de los fondos ilícitos y ejercía un control absoluto sobre su red de oficinas operadores, conocidos internamente como "secretarias".
Según la acusación estadounidense, los involucrados utilizaban mensajes, llamadas y videollamadas de WhatsApp para comunicarse entre sí. Además, recurrieron a llamadas telefónicas desde fuera de los Estados Unidos utilizando teléfonos con números de Estados Unidos y mensajería de texto, incluidos iMessages, Facebook Messenger y correo electrónico para contactar a las víctimas.
Las investigaciones determinaron que los miembros de la 'empresa' utilizaron lenguaje codificado para evitar la detección de sus actividades ilegales. Por ejemplo, una transferencia bancaria a menudo se describía usando la palabra "código" o por el término "giro". Mientras que a las víctimas se les denominaba de diversas maneras como solicitantes, clientes, pacientes y "giles".
Todo comenzaba en las redes sociales, donde nombres falsos como 'Lic. Leonardo Zapata' o 'Lic. William Smith Miller' pescaban víctimas en países como Ecuador, El Salvador, Honduras y Guatemala, utilizando páginas de Facebook como Visa Solutions Assist y Trámites Migratorios.
La clave del engaño era la fachada de legitimidad proporcionada por Danna Pamela Porras, la artífice digital de la red. Ella registraba y mantenía una batería de sitios web fraudulentos idénticos a los del gobierno de Estados Unidos o de grandes corporaciones, como ucsisworld.us (clonando a USCIS) o flourservices.us (clonando a Fluor Corporation).
Los operadores, a cargo de Andrés Giraldo, alias 'Flaco' y Esteban Robledo, utilizaban estos sitios falsos, con credenciales distribuidas diariamente por Correa, para mostrar a las víctimas una falsa pista de aprobación, documentos con sellos clonados del Departamento de Estado o USAID, e incluso extractos bancarios falsos de Wells Fargo para probar una solvencia inexistente. Hoy estas páginas han sido incautadas por las autoridades norteamericanas.

Por ejemplo, el 9 de diciembre de 2021, 'Flaco' registró el dominio del sitio web inmigrantesusa.org, que es una página web en la que se ofrece a los migrantes tres servicios: renovaciones de visas, ofertas de trabajo y abogados gratuitos en temas migratorios.

La Empresa de Fraude de Visas iniciaba contactando a cada víctima, estableciendo su interés laboral y dirigiéndola a un sitio web falsificado para recopilar información y documentos personales.
El proceso escalaba a través de múltiples videollamadas donde un miembro de la red, haciéndose pasar por un funcionario de inmigración o un asesor de Estados Unidos, revisaba los documentos y progresivamente exigía el pago de varias tarifas iniciales.
Una vez que la víctima pagaba, la red simulaba el procesamiento de la solicitud en un sitio web falso antes de realizar otra videollamada para anunciar la falsa aprobación de la visa, mostrando documentos y cartas de empleo adulterados, y solicitando inmediatamente pagos adicionales por conceptos como "prueba de solvencia económica", citas en la embajada e incluso "sellos de inmigración".
Dependiendo de las circunstancias de la víctima y su aparente disposición a pagar, las solicitudes de tarifas podían variar. Los asesores podían pedir que se pagaran tarifas adicionales o podían permitir que una tarifa se pagara en cuotas.
El falso proceso culminaba al indicar a la víctima una hora y fecha inexistentes para presentarse en la embajada de Estados Unidos. a recibir sus supuestos documentos aprobados. "En última instancia, ninguna de las víctimas obtuvo visas como resultado de la Empresa de Fraude de Visas", aclaró la acusación de la Fiscalía de Estados Unidos.
El lavado de los fondos del fraude
El fraude para las víctimas se consumaba con el pago, que podía ascender a miles de dólares en concepto de "tarifas" y "depósitos". Es aquí donde empezaba una operación financiera diseñada para ocultar el rastro del fraude electrónico y blanquear el dinero.
Dentro de los Estados Unidos, existía un proceso para recibir el dinero enviado por las víctimas y re-enrutar los fondos a Colombia. Los líderes de grupo eran responsables de reclutar y coordinar una red de proveedores en Estados Unidos para recibir los pagos presentados por las víctimas y enviarlos de vuelta a Colombia.
Estados Unidos recopiló evidencia de los pagos de una decena de víctimas, incluyendo al agente encubierto, que salían desde países como Ecuador y Centroamérica, llegando a una extensa red de "proveedores" ubicados estratégicamente en Texas, Florida, Illinois, Nueva Jersey, Minnesota, California.
La documentación judicial revela que la Empresa de Fraude de Visas movió una cifra mínima de USD 190.000 en un período de aproximadamente 40 meses, que se extiende desde diciembre de 2021 hasta marzo de 2025. Aunque todavía el monto no es definitivo. En Ecuador se calcula que la cifra total es de más de USD 2 millones.

La logística del blanqueo la manejaban Julian Giraldo, alias 'Julio', y 'Vivi', quienes se aseguraban de que los proveedores en Estados Unidos transfirieran el dinero a Colombia. 'Julio', por ejemplo, enviaba capturas de pantalla a su hermano, alias 'Flaco', con los cálculos matemáticos precisos de cómo se distribuirían las ganancias.
El dinero robado se inyectaba de nuevo en el sistema para pagar a los cómplices como los proveedores, que recibían pagos de 300.000 pesos (unos USD 80) por aprobación y 50.000 (unos USD 13), por llamada. Así como por mantener operativa la infraestructura criminal con la renovación de números de teléfono y sitios web.
Las transferencias finales de miles de dólares a Edwin Correa, en Colombia, a través de servicios como Dolex, cerraban el ciclo, moviendo dinero de origen ilícito a través de las fronteras.
El caso en Ecuador
La investigación de este caso se inició en Ecuador hace seis meses, tras la alerta del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El golpe policial, ejecutado el 4 de diciembre de 2025, culminó con la detención de ocho personas en el país, incluyendo a un ciudadano colombiano y siete ecuatorianos. Estos detenidos serán formalmente vinculados por la Fiscalía General del Estado a un caso por presunto tráfico de migrantes, estafa y usura.
El modus operandi de la red en Ecuador era sofisticado y estaba enfocado en generar absoluta confianza de las víctimas.
Al igual que en el caso madre en Estados Unidos, los operadores locales enviaban a las víctimas ecuatorianas enlaces a portales web falsificados de manera casi idéntica a los sitios oficiales de la Embajada o instituciones de Estados Unidos.
Asimismo, la red usaba llamadas telefónicas para simular entrevistas o conversaciones, empleando a interlocutores con acento extranjero y, en casos extremos, presentando a un integrante como un falso funcionario de la Embajada estadounidense en Ecuador, buscando eliminar cualquier duda de la víctima.
Según la Policía de Ecuador, la banda lograba persuadir a las víctimas a entregar altas sumas: se cobraba hasta USD 25.000 por persona bajo falsos pretextos como un seguro de vida (USD 5.000) o un contrato de inversión (USD 15.000).
La parte más delicada de la operación en Ecuador giraba en torno al lavado de activos y la recepción de fondos. De los ocho detenidos, cinco son presuntos testaferros de la banda. Estas personas se prestaron para recibir el dinero de las víctimas en cuentas bancarias alojadas en Estados Unidos, es decir, eran los llamados "proveedores"
Aunque en Estados Unidos se asegura que ningún viaje de las víctimas se concretó, en Ecuador -según la Policía- algunos migrantes sí lograron abordar vuelos comerciales a Estados Unidos. Pero, su viaje terminaba inmediatamente con la deportación, evidenciando que los documentos y las visas que portaban eran completamente falsos.
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