Mafias balcánicas establecen compadrazgos con narcos de Ecuador y contribuyen a “epidemia de violencia” en el país
Capos de las redes balcánicas del narcotráfico apadrinan a los hijos de los cabecillas de las bandas criminales locales, según Iniciativa Global. La competencia por satisfacer demanda detona violencia.

Collage con el albanés Dritan Rexhepi, como figura central. El criminal escapó de la cárcel en Europa en tres ocasiones y en 2021 huyó de su arresto domiciliario en Guayaquil
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PRIMICIAS
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Redacción primicias
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Las redes criminales de los Balcanes, conocidas por su flexibilidad y pragmatismo, están forjando vínculos cada vez más estrechos y profundos con las bandas de Ecuador, al punto que establecen compadrazgos y apadrinan a los hijos de los cabecillas criminales ecuatorianos.
La confiabilidad y la voraz demanda de cocaína de estas redes balcánicas, que operan en Ecuador a través de organizaciones como la “mafia albanesa”, ha provocado una feroz competencia entre los grupos locales, exacerbando la inestabilidad y provocando una “epidemia de violencia” en Ecuador.
Las dos caras de la moneda -las relaciones de compadrazgo, por una parte; y, por otro lado, el violento estímulo competitivo que provocan en Ecuador- son abordados en el informe Redes de Cocaína, Vínculos entre los Balcanes Occidentales y Sudamérica, de la Iniciativa Global Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI–TOC, por sus siglas en inglés).
Estos grupos criminales transnacionales están blanqueando anualmente unos USD 3.500 millones a través del sistema financiero de Ecuador, una tendencia en aumento desde 2021, según la Iniciativa Global con sede en Ginebra, que pide a los gobiernos ir tras el dinero y no solo tras las drogas.
El informe, de abril de 2025, detalla que las conexiones comerciales son tan profundas que los líderes de pandillas ecuatorianas han solicitado a sus homólogos de los Balcanes que sean padrinos de bautizo de sus hijos, según fuentes cercanas a las redes criminales albanesas que operan en Ecuador.
Estos compadrazgos tendrían como objetivo estrechar lazos de confianza, pues las mafias y protomafias balcánicas -que se organizan también como clanes- suelen compartir lazos sociales, familiares, culturales y también unos códigos de conducta criminal.
"En varias ocasiones, líderes de pandillas ecuatorianas han solicitado a sus homólogos de los Balcanes que sean los padrinos de sus hijos".
Informe de la Iniciativa Global GI-TOC.
Mafias discretas y violencia tercerizada
El tráfico de cocaína es un negocio de gran rendimiento económico para las organizaciones de los Balcanes Occidentales. Compran la cocaína a productores en Colombia, Perú y Bolivia por entre USD 1.500 y 4.000 el kilogramo. Los costos de transporte y almacenamiento casi duplican ese monto inicial. Sin embargo, como mayoristas, venden cada kilo de coca por entre USD 30.00 y USD 60.000 en Europa.
Estas mafias organizadas como sindicatos criminales multinacionales se han tornado cada vez menos violentas, orientadas al mercado, con “una estructura organizacional horizontal que ofrece una mayor flexibilidad”. De hecho, operan a menudo como "empresas conjuntas" o en "proyectos" que agrupan a criminales de diversas procedencias y nacionalidades.
Según el estudio de la GI–TOC, estos grupos de los Balcanes mantienen una "política de no confrontación" y su éxito se debe en gran medida a que han reconocido “la importancia de cultivar relaciones no conflictivas con actores locales”, a lo que contribuyen los compadrazgos.
Tampoco buscan el control territorial en Ecuador o en Sudamérica, lo que minimiza los roces con las bandas o pandillas locales. Y evitan confrontar con actores extranjeros como los cárteles mexicanos o grupos colombianos que operan en Ecuador.
Se trata de rutas de narcotráfico distintas: los mexicanos se centran en el mercado estadounidense usando lanchas rápidas, mientras que los balcánicos aprovechan los envíos de contenedores y carga hacia los puertos europeos.
¿Pero entonces por qué la GI–TOC responsabiliza en gran medida a estas redes balcánicas de la "epidemia de violencia" que atraviesa Ecuador y que ha recrudecido desde inicios de este año?
Los grupos de los Balcanes subcontratan servicios de encadenamiento logístico del narcotráfico a organizaciones locales rivales como Los Lobos, Los Choneros o Los Tiguerones, que terminan compitiendo violentamente por servir a sus socios del sureste europeo.
Condiciones de negocio "inmejorables"
El estudio destaca su estrategia de pagos de los albaneses y sus socios. A diferencia de los criminales mexicanos y colombianos, que a menudo pagan con drogas o armas, los balcánicos son "confiables y siempre pagan rápido y en efectivo", según una de las fuentes citadas en el estudio.
Generalmente, cubren el 50% de los costos de transporte por adelantado (desembolsos que pueden alcanzar los USD 2.000 por kilogramo para el encadenamiento logístico en Ecuador) y el resto del pago lo desembolsan una vez que la mercancía llega a Europa.
Incluso, su estatus como vendedores mayoristas en Europa les permite negociar acuerdos alternativos, como distribuir la cocaína a nivel minorista para sus contrapartes en Ecuador y en la región, lo que les puede permitir a las bandas locales obtener incluso precios más favorables.
Estos grupos han logrado explotar las vulnerabilidades institucionales de Ecuador y el informe ahonda en casos de infiltración en círculos políticos cercanos incluso a un expresidente de la República, por ejemplo, así como la elusión de la justicia mediante reducciones de condenas o la concesión de arrestos domiciliarios que resultaron en fugas.
Desde 2017, al menos siete personas de los Balcanes, presuntamente vinculadas al tráfico de cocaína, han sido asesinadas en Ecuador, específicamente en el área metropolitana de Guayaquil. La mayoría de estos asesinatos se atribuyen a disputas internas entre los propios grupos balcánicos, más que a conflictos con actores ecuatorianos.
Los países de la región enfrentan dificultades para frenar la operación de grupos del crimen organizado de Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia, en medio de la falta de articulación internacional de los países involucrados. Los operadores utilizan múltiples identidades y pasaportes falsos para evadir la detección, lo que agrava el problema, señala el estudio.
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