Ecuatorianos ven frustrado su sueño de estudiar en Estados Unidos por suspensión de entrevistas de visa para estudiantes extranjeros
La administración de Donald Trump ha implementado nuevas políticas migratorias que afectan directamente a estudiantes internacionales, incluyendo a aquellos de Ecuador que aspiran a estudiar en Estados Unidos.

En días pasados el consulado ecuatoriano en Nueva York, realizó una feria estudiantil, donde varias universidades pudieron promocionar sus carreras.
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Cortesía Ministerio Relaciones Exteriores.
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Nueva York, Estados Unidos. Valeria, quiteña de 23 años, ya tenía comprado su vuelo a Estados Unidos, sus cartas de aceptación universitaria, el pago de matrícula hecho y una maleta repleta de libros. Su destino: estudiar Comunicación en una universidad en Pensilvania. Pero en los últimos días, su proyecto se volvió incierto, en medio de la batalla del gobierno de Donald Trump contra la universidades.
“Llamé al consulado, contacté a más de cinco abogados migratorios, incluso mi universidad está confundida. Nadie puede darme luces porque nadie sabe nada. No sé si al llegar me van a dejar entrar o me van a deportar”, relata.
Su preocupación está relacionada con una nueva directiva del gobierno estadounidense. La administración de Donald Trump ha ordenado suspender las entrevistas en embajadas y consulados para la emisión de visas estudiantiles. La medida afecta directamente a miles de jóvenes extranjeros que buscan ingresar al país con visas F-1, M-1 y J-1, utilizadas por estudiantes universitarios, técnicos y de intercambio académico.
Aunque no es una ley permanente, esta decisión ya está teniendo efectos reales. “No se trata de una amenaza abstracta. Se trata de decisiones ejecutivas con consecuencias inmediatas”, recalca Pablo Acosta, consultor de temas migratorios en Estados Unidos.
“Esta suspensión no solo bloquea nuevas visas, sino que siembra un enorme manto de incertidumbre sobre los procesos en curso y quienes ya tienen visa aprobada”.

Estados Unidos ha sido históricamente uno de los destinos más populares para los estudiantes internacionales. Según el Institute of International Education (IIE), en el año académico 2022-2023, más de un millón de estudiantes internacionales estaban inscritos en instituciones de educación superior en Estados Unidos, lo que representa alrededor del 5.6% del total del alumnado universitario del país.
En promedio, cada universidad estadounidense acoge a unos 400 estudiantes extranjeros, aunque las cifras varían según el tamaño y prestigio de la institución, según Open Doors Report, IIE. En 2023, los estudiantes internacionales aportaron más de USD 38.000 millones a la economía de Estados Unidos., según datos de Nafsa, la Asociación de Educadores Internacionales.
“La decisión más difícil no es cambiar de país, sino renunciar a un sueño por razones ajenas a tu esfuerzo
Valeria, estudiante
Valeria no es la única afectada. José Villamar, un estudiante de Guayaquil que planeaba estudiar ingeniería ambiental en Texas, detalla: “Había separado mi cupo, pero la universidad me advirtió que sin la entrevista de visa, no pueden emitir el I-20, el documento clave. Todo está paralizado”.
Ante este escenario incierto, muchos ecuatorianos están comenzando a mirar otras alternativas. Canadá, por ejemplo, ofrece procesos de visa más predecibles y políticas de trabajo post-estudio que han ganado atractivo. Países europeos como Alemania, España y los Países Bajos también están promoviendo programas internacionales con becas y facilidades de residencia.
“La ventaja de Canadá es su consistencia: puedes estudiar, trabajar y luego aplicar a residencia. Estados Unidos está poniendo en pausa ese sueño”, dice Norman Ordóñez, asesor de visados en Ecuador. “Europa también se está convirtiendo en una opción para quienes quieren calidad educativa sin tantos obstáculos”.
El panorama aún puede cambiar, pero no a corto plazo. Mientras tanto, estudiantes como Valeria y José, deben decidir si esperan —con el riesgo de perder semestres— o si buscan una vía alterna a su formación académica.
“La decisión más difícil no es cambiar de país, sino renunciar a un sueño por razones ajenas a tu esfuerzo”, concluye Valeria. Su caso resume la frustración de cientos de jóvenes ecuatorianos cuyas oportunidades educativas penden hoy de una orden ejecutiva con alcance global.
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