Más de 1.900 temblores frente a Manabí en menos de dos meses revelan un “sismo lento” bajo el mar
Entre septiembre y octubre de 2025, los instrumentos del Geofísico detectaron 1.972 sismos frente a Manabí, pero no fueron sentidos por la población. Los científicos explican a qué se debe este fenómeno, que ocurre con frecuencia frente a la Isla de la Plata.

Zona del enjambre sísmico frente a Puerto López, Manabí, en un mapa difundido por el Instituto Geofísico en septiembre de 2025.
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Instituto Geofísico
Autor:
Redacción Primicias
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Entre el 5 de septiembre y el 21 de octubre de 2025, se registraron 1.972 temblores frente a las costas de Puerto López, en la provincia de Manabí, reveló este miércoles 29 el Instituto Geofísico en un informe especial sobre este fenómeno.
Según el organismo, lo que en un inicio parecía solamente un enjambre sísmico, resultó estar asociado a un fenómeno geológico más complejo y silencioso, denominado un “sismo lento”.
A diferencia de los terremotos comunes, los sismos lentos no generan sacudidas fuertes ni ondas sísmicas destructivas. En lugar de liberar energía de golpe, lo hacen poco a poco a lo largo de semanas o meses, lo que los hace imperceptibles y nada destructivos.
En este caso, las estaciones GPS instaladas en la costa manabita registraron desplazamientos de hasta 38 milímetros hacia el oeste, una señal clara de que la placa de Nazca se movió bajo la placa Sudamericana sin producir un gran terremoto.
Casi 2.000 sismos en poco más de un mes
Durante este episodio se contabilizaron 1.972 sismos, aunque solo 302 pudieron ser localizados con precisión. La mayoría fueron de baja magnitud, entre 1,1 y 5,6, siendo el más fuerte el registrado el 5 de septiembre (que alcanzó 5,6), señala el Geofísico.
El 19 de septiembre fue el día más activo, con 306 sismos detectados, y la actividad comenzó a disminuir gradualmente después del 26 de septiembre.
Cómo se movió el enjambre
Los primeros sismos se concentraron frente a Puerto López, cerca de la fosa oceánica, y luego la actividad se desplazó hacia el este y el norte, alcanzando su máxima extensión el 16 de septiembre.
La mayoría de los temblores fueron superficiales, con profundidades menores a 15 kilómetros, lo que los hace fácilmente detectables por los instrumentos, aunque imperceptibles para la población.
Este tipo de sismos lentos no son nuevos en la costa ecuatoriana. Los científicos han identificado que se repiten cada tres o cuatro años en el entorno de la Isla de la Plata, un área clave dentro de la zona de subducción del país.
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