Llegaron las reformas salvavidas, pero desinfladas. Sin mejoras en lo laboral, sin cambios tributarios contundentes, sin incentivos para invertir y producir. El objetivo es otro, mejorar la situación fiscal aumentando la recaudación.
Que el trabajo y los salarios aumenten no será consecuencia de decretos presidenciales, acuerdos ministeriales o reformas legislativas tímidas. La única vía es que crezca la inversión. Para ello se requieren cambios de fondo y rápidos.
El economista Augusto de la Torre, profesor de la Universidad de Columbia, reconoce que un posible aumento del IVA (Impuesto del Valor Agregado) frenaría el consumo en el país. Pero agrega que en estos momentos “Ecuador no necesita consumir más, sino ahorrar para poder invertir”.
Los tributos y aranceles que pagan los vehículos elevan su precio en niveles que, en algunos casos, superan el 100% del valor con el que llega a puerto. El proceso de encarecimiento inicia el momento en que la empresa concesionaria hace la orden de compra al exterior.