"Seré el primer astronauta de Ecuador"; la historia de Juan Salinas, el ambateño que viajará en el cohete de Jeff Bezzos

Ecuador está a punto de lograr uno de los hitos más importantes en la industria aeroespacial. El piloto e ingeniero espacial Juan Salinas se convertirá en uno de los primeros ecuatorianos en llegar al espacio exterior. Si bien aún no está definida la fecha exacta de la misión, está confirmado que será en 2026.

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En entrevista con PRIMICIAS, Salinas cuenta que el viaje tiene dos objetivos: mostrar la bandera ecuatoriana al mundo y hacer un experimento con una rosa cultivada en el país. "Voy al espacio por un proceso de certificación que quiero realizar.  Vamos a ver el comportamiento de la rosa en cuanto a hidratación, exposición a radiación y gravedad cero porque queremos certificar rosas para el espacio".

Recuerda que planificó el viaje luego de que, a mediados de 2025, conoció a un empresario que certificó el primer maquillaje para el espacio. "Se viene un 'boom' de certificaciones de productos para el espacio porque en unos 10 o 15 años vamos a tener hoteles, residencias, gente viviendo ahí y hay que certificar todo para el espacio", avizora. 

Y detalla que se trata de una misión privada, en la que viajarán seis personas. "La empresa que organiza la misión es Blue Origin (propiedad Jeff Bezos) y viajaré con otras cinco personas de diferentes países y profesiones".

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Una misión de 30 minutos

Aunque no puede dar mayores detalles por el contrato de confidencialidad que firmó, Juan Salinas adelanta que la misión durará 30 minutos, aproximadamente. "Vamos a estar en el espacio flotando unos 15 minutos. Hacemos el experimento, muestro la bandera, envío saludos y regresamos", dice. Los otros 15 minutos será el tiempo que demoren en llegar y regresar del espacio.

Salinas también cuenta que la misión partirá en un cohete que despegará desde Texas. En la punta tendrá una cápsula que, a 100 kilómetros (km) de altura, se desprenderá para orbitar en el espacio. 

"100 km de altura es lo que se conoce como la línea de Kármán, que es la frontera entre la atmósfera y el espacio exterior. Todo ser humano que llegue a esta altitud es considerado astronauta. Para tener una idea, 100 km de altitud son más o menos 10 veces la altura a la que vuela un avión comercial", explica.

Preparación previa al viaje al espacio

Una misión espacial no es un viaje cualquiera. Exige una demandante preparación física y psicológica. Por eso, Salinas no debe alejarse de su actividad como piloto de acrobacias para mantener su tolerancia a las fuerzas G, que son las veces que se multiplica el peso del cuerpo por acción de la gravedad. "En el espacio se multiplican por cinco y hay que estar listo para eso", dice.

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Agrega que tres meses antes de la misión, cuando se conozca nombre y la fecha exacta, empezará una dieta estricta para evitar cambios bruscos de peso. Y, a falta de una semana, todos los tripulantes se mudan a un campus de aeroespacial en Texas hasta el día de la partida.

"Compré un avión de USD 350.000"

El amor de Juan Salinas por los aviones y el espacio se remonta a su infancia. Desde niño veía que algunos de sus familiares se convertían en aviadores. En su natal Ambato vivió hasta que terminó la escuela y luego se mudó a Quito para ingresar al colegio de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. "Esos fueron los cimientos de mi vida profesional", señala.

Apenas terminó la secundaria viajó a Estados Unidos. Su primer trabajo fue en el aeropuerto La Guardia de Nueva York, limpiando pisos. "Después tuve la oportunidad de estudiar ingeniería espacial y formarme como piloto comercial". Recuerda que fueron años difíciles, pues debía trabajar en dos sitios para pagar los casi USD 200.000 que le costó la carrera.

Tras cuatro años de estudio, y con el título de ingeniero espacial, fue contratado por la empresa Boeing. "Trabajé como ingeniero de diseño y después pasé a la fase de pruebas de vuelo. Ese cargo lo ejercí por algunos años en Seattle (Washington) y después me dieron la oportunidad de ser embajador de Boeing en Asia".

En ese continente vivió cuatro años, entre Taiwán, Singapur y Japón. Cuando se dio cuenta de que había cumplido sus metas en la empresa, renunció para dedicarse a proyectos personales. Es así que en 2022 compró un avión de acrobacias Extra 300, por USD 350.000. "Comencé en esta actividad y fui contratado como piloto de pruebas en las empresas Gulfstream y Piper Aircraft", cuenta con orgullo.

En ahí cuando hizo contacto con una empresa, que realiza campamentos de verano para niños en la NASA. "Después trabajé con una compañía que forma aspirantes a astronautas. Yo debía enseñarles a pilotear aviones", dice.

Lo que finalmente le impulsó a ingresar a la industria aeroespacial fue que esos aspirantes necesitaban las calificaciones y requisitos que había obtenido a lo largo de su carrera. "Por eso decidí realizar el proceso de selección y aquí estamos, listos para la misión que pondrá a Ecuador en la lista de los pocos países que han llegado al espacio", dice con satisfacción.