En Manglaralto sus pobladores 'siembran agua' y la Unesco reconoce este innovador proyecto
La Unesco reconoció el innovador acuífero que desarrollaron pobladores de la parroquia Manglaralto en Santa Elena, un proyecto que contó con la colaboración de docentes y estudiantes de la ESPOL.

Varios pobladores de la parroquia Manglaralto en Santa Elena junto al sistema hídrico reconocido por la Unesco, marzo de 2025.
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Autor:
Karla Pesantes
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El agua es vida, pero no siempre es accesible para los ciudadanos en Ecuador. Solo en Guayaquil, gran parte de la población de zonas empobrecidas de Monte Sinaí no tiene acceso al líquido en sus casas. Hasta hace unos años, tampoco había agua en Manglaralto y seis comunas de Santa Elena.
¿Qué cambió? Era 2016 cuando arrancaron los primeros pasos de un proyecto innovador llamado Sistema de Río – Acuífero de Manglaralto, y que en palabras sencillas, permite a sus pobladores 'sembrar agua' para utilizarla en tiempos de sequía.
El proyecto está a cargo del departamento de Manejo Integral Costero de la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL) y cuenta con el apoyo del Decanato de Vinculación de la misma universidad de Guayaquil.
Técnicamente, es una muestra de cómo la sinergia entre la Academia y la comunidad pueden alcanzar grandes hito.
Con la iniciativa en marcha, el Ph.D. y profesor investigador de la ESPOL, Paúl Carrión, comenta a PRIMICIAS que seis comunas rurales de Santa Elena y unos 40.000 usuarios tienen agua en sus casas.
"El agua que sacamos es para consumo humano en la casa, para cocinar, para beber, y la tienen todo el año", dice Carrión, quien también es director del CIPAT (Centro de Investigaciones y Proyectos Aplicados a las Ciencias de la Tierra de la ESPOL).
Debido a su importancia para la comunidad, el proyecto fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como un "Sitio Demostrativo de Ecohidrología" o SDE.
"Con esta distinción, Manglaralto se suma a la red internacional de iniciativas ecohidrológicas de la UNESCO, consolidándose como un referente en la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza para la gestión del agua y la adaptación al cambio climático", dice el organismo internacional sobre el proyecto ecuatoriano.
¿En qué consiste el sistema?
Los sitios demostrativos de ecohidrología (SDE) son áreas específicas donde se aplican y prueban principios de ecohidrología para la gestión sostenible del agua y los ecosistemas, como una forma de beneficiar tanto a las personas y el ambiente.
A nivel mundial, solo existen 63 de estos sitios, y Ecuador cuenta con solo tres: Loja, Galápagos y ahora en Manglaralto.
Gracias a este proyecto miles de usuarios han podido abastecerse de agua para uso doméstico en seis comunas de Manglaralto, Olón y Valdivia, zonas por lo general secas y con problemas de acceso al líquido en Santa Elena.
Por lo general, en lugares así, la solución es construir represas o trasvases que luego lleven agua a los pobladores, pero son esctructuras grandes, costosas y con un impacto ambiental.
Con el sistema acuífero de Manglaralto, los pobladores tomaron conocimientos ancestrales de la cultura Valdivia y reutilizaron técnicas heredadas de sus abuelos.

Técnicamente, la solución comprende varios diques o tapes, que llevan el agua del río Manglaralto, se la almacenan en un pozo subterráneo, y luego se abastecen los puntos de captación de las comunas, cuando es necesario.
Para crear este ‘tape’ se utilizaron estas técnicas ancestrales, combinadas con estudios técnicos y tecnológicos de la actualidad, una unión del pasado con el presente.
"Hoy los ingenieros proponen obras millonarias, pero esto tiene un impacto severo en el ambiente, mientras que el conocimiento ancestral es eco-amigable y no necesita tanto dinero", sostiene el profesor Carrión de la ESPOL.
Solo la construcción del dique en Manglaralto costó USD 140.000, que fue financiado con ayuda internacional, como los fondos provenientes de la Usaid, la agencia de cooperación de Estados Unidos.
Pero, comparado con un trasvase o represa, la estructura siguen "siendo mucho más barata y amigable con el ambiente", asegura el investigador ecuatoriano.
Un ejemplo para el mundo
El reconocimiento internacional de la Unesco se entregó oficialmente el pasado 21 de marzo de 2025 en Manglaralto, y con presencia de los habitantes de la parroquia rural, que son parte vital del proyecto.
Según rescata la Unesco, hay varios componentes que hacen innovador y pionero a la propuesta ecuatoriana. Una de ellas es que vinculó a la comunidad con estudiantes, y se estima que, al menos, unos 300 alumnos de la ESPOL, futuros ingenieros, han aprendido en este 'laboratorio viviente' y en contacto con la población.

Al otorgar el distinto de 'sitio demostrativo', la Unesco también le está diciendo al mundo entero que en Ecuador hay un lugar "donde se ha rescatado el conocimiento ancestral, y es la vez un sitio turístico para conocer y apreciar", añade el profesor Carrión.
"Es una manera de poner los ojos sobre Ecuador y decir:'miren este ejemplo de cómo se hace gestión del agua'".
Paúl Carrión, profesor investigador de la ESPOL.
De acuerdo con información de los investigadores, un acuífero y dique similar se podría repetir en otros lugares de la zona costera de Ecuador, e incluso del norte de Perú.
Y no menos importante, el sistema contempla la reforestación de las riberas con caña bambú o guadúa, y educación ambiental a los pobladores de Manglaralto, Olón y Valdivia.
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