Biess: Nueva ley le permite vender créditos en mora, pero no todos resultarían atractivos
El Biess solo podría vender una parte de su cartera vencida o préstamos impagos, tras la aprobación de una reforma legal. Hay hipotecarios difíciles de recuperar.

Jornada informativa del Biess, el 21 de junio de 2025.
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Biess (red X)
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El Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess) podrá vender los créditos que no ha logrado cobrar. La reciente Ley de Fortalecimiento y Sostenibilidad Crediticia le abre esa posibilidad para generar liquidez y sanear sus cuentas.
En teoría, esta medida busca que el banco del IESS obtenga liquidez o recursos frescos de manera inmediata al desprenderse de créditos difíciles de cobrar.
Pero en la práctica, la operación es compleja y el número de préstamos que realmente podría vender sería mucho más reducido de lo que parece.
Requiere un análisis técnico detallado, pues no toda la cartera puede venderse y su valor real es muy inferior al monto total de los créditos, dice el economista Francisco Bolaños.
Según explica, el Biess debe distinguir entre los distintos niveles de mora y vencimiento, porque no todos los créditos vencidos tienen la misma probabilidad de recuperarse ni el mismo valor en el mercado cara una operación de venta.
Qué tipo de créditos podría vender el Biess
Lo primero que se debe tener en cuenta es que, según la nueva ley, el Biess solo está autorizado a vender la cartera vencida, es decir, aquellos créditos que se encuentran en mora. Un crédito entra en mora desde el primer día de retraso en el pago de la cuota por parte del afiliado.
Esto reduce considerablemente el universo de la operación, dice el economista Francisco Bolaños.
Citando datos de los balances del Biess disponibles en la Superintendencia de Bancos, Bolaños dice que de los USD 12.746 millones correspondientes a créditos del Biess, únicamente una fracción: USD 1.612 millones se encuentra en mora o atraso en los pagos.
Esta cifra de USD 1.612 millones en préstamos en mora corresponde principalmente a créditos hipotecarios o de vivienda. De hecho, los hipotecarios registran los niveles más altos de morosidad, como se observa en el siguiente gráfico proporcionado por Bolaños:
Pero no todos los USD 1.612 millones entrarían en la operación de venta. El gerente de la empresa de cobranza Libera, José Patricio Moreno, explica que “seguramente el Biess venderá la cartera que no ha podido ser recuperada y que lleva mucho tiempo vencida”.
En una operación de este tipo se suele escoger la cartera más difícil de cobrar, que es la que tiene atrasos en los pagos de más de 360 días y que suma USD 663 millones, principalmente de hipotecarios como se dijo antes, dice por su parte Bolaños.
Pero incluso esa porción no necesariamente será atractiva para un comprador. “Esa parte con más de un año de mora es muy difícil de vender; quien la compre tendrá que revisar documentación, garantías, respaldos… y si ve que no puede recuperar, simplemente no la comprará”, sostiene, por su parte, el economista Francisco Bolaños.
Y aun en los casos en que haya interés, el comprador, que podría ser un banco o una empresa especializada en cobranza, aplicará un “castigo” o descuento, es decir, pagará un valor mucho menor al saldo original de los créditos. Esto ocurre porque el riesgo de recuperar ese dinero es alto, y el precio se ajusta al grado de dificultad para cobrar esas deudas antiguas.
Hay préstamos prácticamente imposibles de cobrar
Además de la cartera vencida, el Biess tiene una cartera o préstamos castigados, que incluye créditos que ya fueron dados de baja del balance activo porque se consideraron irrecuperables.
“Significa que después de hacer todas las acciones posibles para recuperar, finalmente no se pudo y la norma obliga a castigarla”, explica el economista Francisco Bolaños. “Es una cartera casi perdida”.
A junio, esa cartera castigada ascendía a unos USD 405 millones, frente a unos USD 211 millones en 2021.
“El Biess ha ido castigando más créditos porque no ha podido recuperarlos”, señala Bolaños.
Y añade que puede haber múltiples razones: mala evaluación del sujeto de crédito, problemas con las garantías, deudores que perdieron su empleo, crisis económica o debilidad en la gestión de cobro.
Pese a estar fuera del balance, el Biess sigue obligado a intentar su recuperación, de ahí que esta cartera también podría entrar a un proceso de venta, pero esto también dependería de que tantas garantías tiene para ejecutar el cobro y el castigo que aplicaría el comprador, desde luego, sería mayor.
La coactiva: una ventaja que el Biess no ha aprovechado
Una de las particularidades del Biess es su facultad coactiva, que le permite cobrar directamente las deudas sin necesidad de acudir a un juicio ordinario.
“Esa potestad coactiva solo la tiene el Biess” porque es un banco público, precisa Bolaños. “Puede recuperar incluso las carteras castigadas, porque la ley lo obliga a intentar recuperar todo lo posible”.
Sin embargo, el experto considera que la existencia de una cartera tan alta con más de 360 días de mora refleja también problemas de gestión interna. “El Biess tiene capacidad coactiva, no debió dejar pasar tanto tiempo sin ejecutar”, advierte.
"Hay casos de personas que no pagan desde hace mucho y siguen ocupando los inmuebles, lo que no debería ocurrir”.
Lo político pesa más que lo técnico en el Biess
Para José Patricio Moreno, gerente de Libera, hay un factor dentro de la gestión del Biess que hay que tener en cuenta y es el político. Aplicar coactivas a una cartera vencida tan grande dejaría a mucha gente en la calle y eso tiene un costo político que muchas veces pesa más que lo técnico.
Y añade que incluso si ejecutara las garantías, el Biess enfrentaría otro problema: administrar los bienes recuperados.
Por ejemplo, si se dividen los USD 663 millones de créditos vencidos, principalmente hipotecarios, para el promedio de costo de vivienda que financia el Biess que son USD 59.374, el número de viviendas que entrarían en coactivas sería de 11.166. “Se convertiría casi en un negocio inmobiliario”, advierte.
Además, dice Moreno, el Biess “tendría que vender esas casas, que probablemente valen menos de lo que valían antes”.
El dilema: vender o cobrar
Tanto Bolaños como Moreno coinciden en que la decisión de vender o ejercer la coactiva dependerá del contexto financiero del Biess y de su necesidad de liquidez.
“Si tengo una cartera sobre la que ya hice todos los esfuerzos de cobro y me ofrecen comprarla con un descuento razonable, podría venderla. Pero si el descuento es muy alto, quizá sea mejor gestionarla directamente”, opina Bolaños.
Moreno agrega que vender la cartera no es ni bueno ni malo en sí mismo. “Depende de muchos factores. Puede ser positivo si genera liquidez de activos que ya no están en el balance, incluso si el dinero viene de inversionistas extranjeros”, afirma.
Sin embargo, advierte que antes de decidir, el Biess debería realizar un análisis técnico completo de los beneficios y riesgos.
“No se puede simplemente decir: ‘tengo USD 900 millones en mora y los voy a vender’. Hay que definir qué parte se va a vender, en función del plazo, las garantías y la calidad de la cartera”, sostiene.
“No es soplar y hacer botellas”, advierte Juan Patricio Moreno, gerente de Libera.
“El Biess debería buscar un asesor corporativo que evalúe la viabilidad de la venta, estructure un proceso transparente y competitivo, y provea información a los posibles compradores”, dice Moreno.
Ambos expertos coinciden en un punto esencial: el Biess maneja los recursos de los afiliados y jubilados, por lo que debe ser extremadamente cuidadoso con sus decisiones.
El reto está en mejorar la gestión
La posibilidad de que el Biess venda parte de su cartera vencida puede darle liquidez a corto plazo, pero no resolverá los problemas estructurales de su gestión crediticia, dicen ambos expertos.
Los expertos insisten en que el verdadero reto está en mejorar la gestión de riesgo, fortalecer los procesos de cobro y prevenir que la morosidad siga creciendo.
“Si se evalúa bien al prestatario y a las garantías, y se da seguimiento adecuado al crédito, se mantendrá una cartera sana. Pero si se otorgan créditos mal evaluados o se descuida la recuperación, inevitablemente se acumularán morosidad, castigos y pérdidas”, dice Bolaños.
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