El milenario arte del lacado japonés urushi ha evolucionado de una artesanía tradicional a una forma de arte de prestigio mundial.
El arte del lacado japonés urushi ha trascendido desde su origen como una artesanía tradicional para convertirse en una forma de arte de gran prestigio. Desde hace miles de años, esta técnica se ha utilizado en las artes y artesanías de Asia Oriental, y ahora Mazda lo ha llevado a un nuevo nivel al aplicarlo en la creación de automóviles de ensueño.
El urushi fascina por la profundidad de color única que se logra al aplicar innumerables capas de laca extremadamente finas. Es un símbolo emblemático de Japón y, al igual que Mazda, valora el cuidado y la dedicación a los detalles.
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La marca se inspira en las técnicas ancestrales del urushi para desarrollar colores de pintura perfectos, con un brillo genuino que resalta los sutiles detalles de su reconocido diseño Kodo.
"Kodo" significa "alma del movimiento" en japonés y se basa en la idea de capturar la esencia de la energía dinámica en el diseño de sus vehículos.
El arte del urushi: una combinación de funcionalidad y belleza
El lacado japonés urushi es una combinación fascinante de arte y funcionalidad. Utilizando la savia del árbol urushi, que se extrae de un árbol endémico de Asia Oriental, se han protegido y decorado objetos durante más de 10.000 años.
Las superficies pintadas con urushi son resistentes a los ácidos y álcalis corrosivos, lo que les confiere una gran durabilidad. Además, el urushi se seca al absorber la humedad del aire, lo que resulta en un delicado brillo que le da a las piezas un aspecto húmedo y suave.
Naoya Takayama, un reconocido artista del urushi, explica que la habilidad de un artesano reside en realzar la textura a través de un meticuloso proceso. Cada capa de revestimiento de urushi se aplica con paciencia y se deja secar durante días antes de ser suavemente lijada hasta alcanzar un espesor de 0,03 mm.
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La tecnología Takuminuri de Mazda
Mazda ha llevado la técnica del urushi a un nuevo nivel con su tecnología de pintura robotizada Takuminuri. Esta tecnología imita el toque y la técnica de un pintor humano para lograr un grado de detalle increíblemente preciso. La técnica Takuminuri de Mazda combina una estética excepcional con una huella medioambiental reducida.
Dentro del diseño de Mazda, el color no es solo un toque de acabado, sino un elemento esencial de la forma misma. Por esta razón, Rhodium White es un color blanco impecable que resalta las sombras y resalta los contornos tridimensionales del diseño Kodo. Con su brillo metálico especial, profundidad, resplandor y textura.
Cuando la innovación se encuentra con la tradición para lograr la excelencia
Aunque las piezas de urushi se han elaborado durante siglos, el artista Naoya Takayama destaca la importancia de la innovación en el diseño. Takayama cree en desarrollar el diseño utilizando técnicas atemporales y mirando hacia el futuro. Este compromiso con la innovación también se encuentra en el corazón de Mazda.
De esta forma, los ingenieros de la marca desarrollaron una técnica para controlar el espesor de la pintura a escala nanométrica, reduciéndolo en un 30% y logrando una distribución precisa de las partículas de aluminio. Gracias a esto, Mazda puede producir en serie una pintura que antes solo estaba al alcance de un maestro takumi.