Ecología industrial: área ejecutora de la sostenibilidad empresarial
La simbiosis industrial reduce la cantidad de desechos. En Ecuador se impulsa la primera iniciativa, bajo los principios de economía circular, planteando una solución viable para el aprovechamiento de residuos sólidos urbanos del norte del país.
Un operario de la planta de Unacem, en Otavalo.
Cortesía Unacem
Autor:
Actualizada:
Compartir:
El cambio climático apremia a los sistemas de producción a encontrar alternativas para hacerse cada vez más sostenibles. Representa todo un desafío diseñar e implementar estrategias que se ajusten a la ecología industrial, con el fin de mitigar emisiones contaminantes.
La ecología industrial, como un área de la ingeniería, aparece como alternativa a los sistemas industriales actuales. Es un ecosistema que conecta a empresas, para que sus residuos se conviertan en materia prima de nuevos recursos.
Si bien la ecología industrial tiene su trayectoria en sociedades con mayor progreso, en Ecuador existen empresas que pueden dar testimonio de su aporte al desarrollo, pero adaptándose a procesos innovadores.
Simbiosis industrial en beneficio mutuo
El término simbiosis, trasladado al campo de la industria cementera, es la interrelación de empresas para obtener ventajas competitivas en el intercambio de materiales. Este instrumento consiste en mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, mediante la creación de redes de intercambio y cooperación entre zonas industriales.
Los elementos para intercambiar son materiales, entre los que constan residuos, subproductos, etc. También, la energía proveniente del calor, frío o electricidad, y el agua.
Sin embargo, también se pueden compartir activos como equipamientos y maquinaria; transporte y medios logísticos: rutas, vehículos o almacenes; experiencias, u otras necesidades puntuales.
Por consiguiente, este modelo ecoinnovador, enfocado en la economía circular, concibe al "residuo" como un recurso al que le otorga valor y le reinserta al sistema de producción. Así se da paso al intercambio de materias primas.
Esta simbiosis persigue la creación de valor, a través de la reutilización de los residuos y subproductos generados en el proceso de producción, que opera a nivel interempresarial. Por ende, inspira al desarrollo sustentable en el país.
Para llevarla adelante, desde hace tres años, se implementó la plataforma digital Simbiosis Industrial EC, con el apoyo de UNACEM Ecuador.
Por ejemplo, el óxido de hierro, un recurso mineral no renovable, importante en la industria cementera, ahora se reemplaza con un 98% de los residuos de la siderurgia.
Se ha evitado que alrededor de 35.000 toneladas de desechos terminen en quebradas o basureros.
Patricio Díaz, gerente de Ecología Industrial y Ambiente - UNACEM Ecuador
También son reutilizados los residuos de yeso que quedan tras la elaboración de inodoros y lavabos.
Descarbonizando la producción del cemento
La generación de residuos sólidos en las urbes, comúnmente conocidos como basura y su manejo inadecuado, son parte de los grandes problemas ambientales y de salud pública, que han tomado mayor visibilidad en los últimos años.
Según datos del Programa Nacional de Gestión Integral de Desechos Sólidos (2020), en Ecuador se producen diariamente 14.000 toneladas de desechos.
Lo que representa más de 5 millones de toneladas anuales.
Ante esta problemática, UNACEM Ecuador desarrolló en la provincia de Imbabura, al norte del país, el primer proyecto público-privado para una gestión responsable de los residuos sólidos urbanos no reciclables.
La implementación de este sistema de gestión permitirá la industrialización de los desperdicios para transformarlos en Combustibles Derivados de Residuos (CDR).
Para Díaz, los CDR serán los combustibles del futuro en muchas industrias, en especial en la cementera.
"Se aspira utilizar el 30% de CDR, en sustitución de los combustibles fósiles".
Hasta mayo de 2023, el reemplazo de los combustibles fósiles por alternos es del 25,2%, superando el 15%, que es la media en América Latina.
Con ello se estaría impulsando la descarbonización de las empresas, al abreviar las emisiones contaminantes de CO2, por el consumo de los combustibles derivados del petróleo.
Este proyecto se aspira formalizar con los gobiernos autónomos descentralizados de Ibarra, Antonio Ante, Cotacachi y Otavalo. Se espera que más municipios se sumen a esta solución, que contribuye a la reducción sustancial del agotamiento de rellenos sanitarios y al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Otro combustible que es utilizado en la industria cementera es la biomasa, con los residuos que dejan las empresas madereras, como: raíces, cortezas o ramas.
En el 2022, UNACEM Ecuador logró reducir las emisiones de CO2, en más del 6% en comparación con el año anterior. Se utilizaron cerca de 25.000 toneladas de biomasa.
Adicional a estas propuestas de fuente de energía, también se usa el aceite de los vehículos, indica Díaz.
Brechas por superar
Para alinearse a la ecología industrial no todo es fácil. A más de la tecnología que se requiere implementar, están brechas que no permiten avanzar más rápidamente.
Aquí, se encuentran los largos procesos para obtener permisos ambientales para las empresas. De otro lado, está la falta de capacitación a las personas, para que aprendan a clasificar la basura al momento de botarla.
- "El mundo está enfocado en disminuir los residuos y nosotros no podemos quedarnos atrás. El gran objetivo es, que poco a poco, desaparezcan los rellenos sanitarios como en Europa, donde el costo de manejo de residuos es alto para quien los genera, por eso ahí nada se entierra, todo se recicla y se reutiliza".
Patricio Díaz
Foto: Cortesía UNACEM
Estas iniciativas demuestran el compromiso de UNACEM Ecuador, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS. Especialmente al presidir la Mesa 9 sobre Industria, Innovación e Infraestructura, las empresas miembros pudieron aportar en la construcción de la Ley Orgánica de Economía Circular Inclusiva y con el Libro Blanco de Economía Circular.
Los primeros pasos están dados para llegar a un ecosistema apropiado, donde el país pueda desarrollar una economía circular, con una administración eficiente de recursos e innovación. Integrarse a este proceso refleja el alto grado de responsabilidad social de reconciliarse con el planeta y preservarlo para las generaciones actuales y futuras.
Compartir: