Viernes, 19 de abril de 2024

Salario emocional: la herramienta para evitar la deserción laboral

Autor:

Xavier Letamendi

Actualizada:

2 Mar 2020 - 0:01

Trabajo

Autor: Xavier Letamendi

Actualizada:

2 Mar 2020 - 0:01

En los trabajos, para reducir los índices de estrés, se diseñan áreas de juego o descanso. - Foto: Cortesía

Esta práctica empieza a usarse con mayor regularidad en Ecuador. Es una herramienta útil cuando las dificultades económicas impiden los aumentos de sueldo.

La modernidad trajo cambios al mundo laboral. El cargo y el salario ya no son los únicos aspectos que sirven para retener a un trabajador.

El clima laboral, sobre todo en la generación milenial, es un factor determinante a la hora de decidir quedarse en una empresa.

Así lo asegura Gabriel Tomalá, un joven de 24 años que egresó de la carrera de Comunicación Social. Él no renuncia a los beneficios tradicionales, pero dice que el clima es un factor determinante.

“Quisiera un ambiente agradable en el que pudiera sentirme cómodo y crecer. Si hay beneficios extra sería grandioso”, comenta.

De allí surge el concepto de salario emocional que podría definirse como una forma de compensación no económica, pero que satisface necesidades personales y la salud mental.

Y ese es un valor importante para los milenials. Según el INEC, en Ecuador hay 3,9 millones de personas que forman parte de esta generación, es decir el 23,2% de la población.

Alexander Córdova es sicólogo organizacional y trabaja en el área de recursos humanos de una empresa guayaquileña. Él considera que el salario emocional no es nuevo, pero sigue siendo una novedad en el mundo laboral ecuatoriano.

El principal objetivo de esta retribución es reducir los índices de estrés. “Se busca mitigar los efectos en la salud que la carga laboral podría traer”, explica.

Algunos ejemplos

El más conocido es la flexibilidad laboral, por ejemplo salir los viernes más temprano, dar días libres adicionales o entrar más tarde.

También se incluyen actividades recreativas como torneos internos. Incluso la creación de salas de juego o descanso dentro de las oficinas.

Roberto Estrada, director del Área de Comportamiento Humano de IDE Business School, aclara que el salario emocional no busca reemplazar al sueldo. Se trata de algo complementario.

Él compara la práctica de esta política con el lanzamiento de un nuevo producto. “Lo primero que tú haces es un estudio de mercado para saber qué expectativas tiene el consumidor y luego tratar de llenarlas”.

Estrada dice que el salario emocional es parecido porque parte de que el empleador debe conocer a su fuerza laboral y proponerle beneficios.

Además, da otro ejemplo basado en su experiencia: había una empresa que entregaba alrededor de 100 dólares en beneficios como seguro de vida, uniforme y alimentación.

Pero al ver que sus empleados tenían distintos intereses amplió las opciones y permitió a los trabajadores escoger beneficios.

Además de los tradicionales se incorporaron nuevos, como la suscripción a Netflix o la matrícula del gimnasio.