Sábado, 20 de abril de 2024

Cómo abordar la diversidad de género desde el lenguaje

Autor:

Fátima Cárdenas

Actualizada:

19 Ago 2022 - 5:25

Este tema es un terreno minado, pero también es necesario de caminar. ¿Por qué? Porque el lenguaje nos permite nombrar el mundo. Y lo que no tiene nombre no existe, sale de escena y muere.

Como bordar la diversidad de genero desde el lenguaje

Autor: Fátima Cárdenas

Actualizada:

19 Ago 2022 - 5:25

Este tema es un terreno minado, pero también es necesario de caminar. ¿Por qué? Porque el lenguaje nos permite nombrar el mundo. Y lo que no tiene nombre no existe, sale de escena y muere.

Esta nota está basada en el artículo "Nuevas nomenclaturas del alma", de Ivonne Guzmán, publicado en la revista Mundo Diners, de agosto de 2022.

Los hispanohablantes nos erizamos cada vez que nos tocan el idioma. Nos perturba incorporar a nuestra cotidianidad discursiva palabras que consideramos ajenas o extrañas, dice María Amelia Viteri, PhD en Antropología Cultural.

Nos confundimos cuando nos vemos en la tarea de abordar conjuntamente identidades de género y lenguaje.

No es la solución al problema

No es la solución al problema

¿Incorporando todes, tod@s, todxs a nuestro lenguaje cotidiano solucionamos la desigualdad, la injusticia, la falta de derechos y oportunidades para todos? Claro que no.

Es cierto que los problemas de fondo van a persistir, pero damos un primer paso para poner nombre y rostro a aquellos asuntos que como sociedad debemos resolver.

¿A qué se debe la perplejidad?

Las disidencias no son cómodas; y las de género no son la excepción. Las razones son casi siempre religiosas.  

Dicho esto, cabe mencionar un estudio publicado por Amelia Viteri, en 2020, en el marco de una investigación regional sobre retroceso de los derechos de género. En el documento se hace referencia a un concepto muy popularizado actualmente y originado en 1990: ideología de género.

Con este panorama como telón de fondo, una disidencia frontal y hasta estridente como la de género sacude desde los cimientos.

Sin embargo, nombrar la diversidad de género desde el lenguaje no es una obligación. Se trata más bien de una propuesta nueva para que muchos otros, otras, otrxs, otr@s y otres sientan que, finalmente, pueden hablar y que se habla de ellos.

Estamos hablando de personas

Cuando las propuestas de cambios lingüísticos en torno a la diversidad de género se despojan de la humanidad que les corresponde, pueden parecer pesadas.

Una forma de abordarlas en la interacción entre personas con distintas identidades de género es preguntar con qué pronombre se identifica nuestro interlocutor. Y aquí una guía infalible: actuar con respeto, reconociendo la dignidad humana.

Es curioso el clima de incomodidad frente a lo diferente, aunque estas realidades hayan existido desde siempre.

De hecho, la identidad de género es una realidad con la que convivimos, desde hace siglos, en todo el planeta. Entonces, ¿qué sucede ahora?

Simple: con las plataformas digitales y las redes sociales han ganado más exposición y notoriedad.

Algunos casos históricos

Algunos casos históricos

Las familias 'muxes', en Oaxaca, se sienten bendecidas cuando entre sus integrantes hay alguien del tercer sexo. Para ellas, esa persona está más cerca de Dios.  Otro caso es el de las 'hijras' en India que, antes del colonialismo inglés, eran consideradas deidades.

En Ecuador, en Engabao, los enchaquirados dan testimonio de una práctica milenaria en la que las relaciones homoeróticas y homoafectivas son cotidianas. No se censuran y cumplen una función social perfectamente aceptada por la sociedad engabadeña