Viernes, 19 de abril de 2024

Las armas llegan por aire, río y tierra a la Penitenciaría de Guayaquil

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

3 Oct 2021 - 10:00

Desde junio se investiga el uso de drones para introducir armas a las cárceles del país, se han registrado 10 casos durante este año. El 1 de octubre la Policía incautó armamento militar que pretendía ingresarse a la cárcel.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

3 Oct 2021 - 10:00

El alto mando policial, en uno de los patios de la Penitenciaría del Litoral, tras la masacre de 118 personas ocurrida el 28 de septiembre de 2021. - Foto: Policía Nacional

Desde junio se investiga el uso de drones para introducir armas a las cárceles del país, se han registrado 10 casos durante este año. El 1 de octubre la Policía incautó armamento militar que pretendía ingresarse a la cárcel.

Nota actualizada el 3 de octubre de 2021 con la orden de prisión en contra de siete personas que pretendían ingresar armas a la Penitenciaría.

Los responsables de la masacre de 118 personas en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, registrada la mañana del 28 de septiembre, usaron armas letales como granadas, machetes, fusiles, pistolas y otros artefactos prohibidos para asesinar a sus adversarios.

Las armas ingresan, no solo gracias a la complicidad de guardias penitenciarios que han sido detenidos en este intento, sino también por aire y vía fluvial.

La madrugada del 29 de junio de 2021, un hombre fue detenido afuera de la Penitenciaría del Litoral. En su poder tenía una escalera metálica, tipo telescópica que ocupa poco espacio y logra una altura considerable.

También llevaba un costal, en el que se encontraron armas, municiones, droga y hasta una consola de juegos de video.

Esta captura se produjo 13 días después de un mega operativo en este centro carcelario, en el que 1.500 policías incautaron armas, destruyeron garitas de observación y hasta desmantelaron una fábrica artesanal de armas.

El 12 de julio, otra persona fue detenida en las inmediaciones de este centro de detención, llevaba un saco de yute con dos fusiles, armas, municiones y droga. Había pasado un mes del mega operativo y 15 días de la captura de otro mensajero.

“Es como un delivery de armas, droga y municiones”, comentó una alta fuente policial, quien prefiere no ser identificado por seguridad.

“Llegan en canoa por el río (Daule), se esconden en la maleza y luego intentan entregar su carga”, añadió.

'Delivery' por el aire

Las autoridades investigan un singular método de entrega: el uso de drones. En 2021 se han registrado unos 10 casos en los que se ha visto a estos aparatos sobrevolando los pabellones y dejando caer su carga.

Estos aparatos son poco usuales en el mercado, debido a su costo, que supera los USD 5.000. Además, pocas personas tienen la capacidad de operarlos.

Las pistas apuntan hacia los cárteles mexicanos de la droga, que han utilizado esta tecnología para el abastecimiento de sus aliados detenidos.

“Se necesita buena coordinación desde adentro hacia afuera, para asegurar que se entrega la carga a la persona correcta”, comentó un investigador.

La madrugada del 13 de septiembre, un pabellón de la Penitenciaría fue atacado con explosivos.

Para el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), el ataque fue hecho con drones.

Pero la Policía Nacional aseguró no tener evidencias de que un artefacto no tripulado haya realizado ese ataque.

Sin polemizar, el entonces director del SNAI, Fausto Cobo, pidió presupuesto para comprar inhibidores de señal, con el fin de impedir que esos aparatos vuelen sobre el centro carcelario.

Banda planificaba una venganza

Fuentes del Ministerio de Gobierno y de la Policía dieron detalles a PRIMICIAS sobre la incautación de más armamento, que la banda Los Tiguerones pretendía ingresar a la Penitenciaría.

Según información policial, durante el operativo Impacto 752 se conoció de una reunión que mantendrían integrantes de esta banda en un barrio del sur de Guayaquil.

En esta reunión se planificaría el "ingreso de las armas de fuego a la Penitenciaría con la finalidad de tomar represalias por los hechos suscitados anteriormente".

Pero este intento de venganza fue frustrado el 1 de octubre tras la detención de siete personas y la incautación de cuatro fusiles de uso militar, dos rifles, una pistola y más de 140 municiones, chalecos antibalas, cuatro vehículos y hasta uniformes policiales.

Siete personas fueron detenidas en un operativo de incautación de armas, el 1 de octubre de 2021.

Siete personas fueron detenidas en un operativo de incautación de armas, el 1 de octubre de 2021. Cortesía Policía

Tras la detención, la Fiscalía informó que se dictó orden de prisión preventiva para siete personas, entre ellos un ciudadano venezolano. "Fueron detenidos ayer con armas de fuego en el sector Cristo de Consuelo, en el sur de Guayaquil", recordó la Fiscalía.

La institución precisó que se está investigando un presunto delito de delincuencia organizada.

Mejorar controles

Ramiro Mantilla, excomandante de la Policía, considera que una de las posibilidades para mejorar el control es mantener la presencia de policías y militares en los centros de control.

En la mayoría de centros, los escáneres y detectores de metales están dañados, por lo que el control a los visitantes es manual.

“Cuando nosotros vamos a la visita nos revisan todo, lo mínimo nos revisan, hasta nos hacen desnudar”, dice la madre de un detenido, que busca noticias de su hijo, tras la masacre de 118 personas ocurrido el 28 de septiembre en la Penitenciaría del Litoral

“Yo no sé cómo entran las armas, pero adentro todos están armados”, añadió.

A pesar de esos controles, armas de todo tipo entran a la Penitenciaría.

“Si la Policía y las Fuerzas Armadas no toman el control, me refiero al control de la seguridad interna, seguirá la misma historia”.

Ramiro Mantilla, excomandante de la Policía.

Mantilla agregó que si no hay una decisión política para que estas dos instituciones participen directamente en las operaciones de seguridad carcelaria, "esto no cambiará”.

A inicios de agosto, Fausto Cobo reconoció las debilidades de los guías penitenciarios. “Un guía penitenciario gana 700 dólares y no tiene armas", comentó.

“Al frente de él se encuentran 100 o 150 presos que tienen el poder del narcotráfico, el dinero y las armas”, puntualizó.