Domingo, 28 de abril de 2024
Canal cero

'Somos como la paja del páramo'

Enrique Ayala Mora

Enrique Ayala Mora

Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.

Actualizada:

21 Ago 2022 - 5:20

Dolores Cacuango

No sabía ni leer ni escribir. Trabajó como empleada doméstica y como agricultora. Tuvo nueve hijos, aunque solo logró sobrevivir uno

Y, sin embargo, se convirtió en pionera de la educación indígena bilingüe en Ecuador y, al mismo tiempo, fue una de las dirigentes campesinas de nuestra historia. Dolores Cacuango es, por ello, una gran figura nacional.

Dolores nació en San Pablo Urco, cerca de Cayambe, en 1881. Su padre era peón de hacienda y su madre le ayudaba en las faenas de campo, además de cumplir con las pesadas labores domésticas.

Su familia y su comunidad fueron su escuela, ya que nunca pudo ingresar en la educación regular. Nunca aprendió a leer y escribir. Pero, en cambio, desarrolló sus dotes de liderazgo.

Siendo niña trabajó en Quito como empleada doméstica y aprendió a hablar en castellano. Pero dejó la capital y se instaló de nuevo en el cantón Cayambe.

En 1919 participó en la protesta contra un terrateniente de la zona y ya para 1926, cuando tenía 44 años, era una dirigente reconocida.

Colaboró con Jesús Gualavisí en las actividades del Sindicato de Trabajadores Campesinos. Formó grupos de mujeres que promovieron acciones en las haciendas de la zona. Contó con la colaboración de su gran amiga, también activista, Luisa Gómez de la Torre.

Para 1944 sus actividades habían fructificado y en la coyuntura de la 'Gloriosa', que fue la mayor movilización social de la historia republicana, se dieron condiciones para la creación de la FEI, Federación Ecuatoriana de Indios.

Dolores participó activamente en el proceso y fue su dirigente por muchos años. Sus demandas fundamentales fueron: tierra y educación.

La lucha por la tierra se intensificó en los años cincuenta y las organizaciones demandaron la Reforma Agraria. Cuando en 1964 la dictadura militar emitió una ley estableciéndola, muy tímidamente por cierto, las organizaciones de Cayambe lideraron su aplicación.

Las organizaciones a las que estaba vinculada Dolores Cacuango hicieron grandes esfuerzos por reclamar la tierra para los trabajadores indígenas de todo el país. Y lograron algunos éxitos en ese sentido.

La otra consigna era conseguir escuelas para las comunidades en las que se enseñara en Quichua y Castellano. Se logró que se establecieran las primeras, lo cual fue un referente para el Ecuador y América Latina. Hasta sus últimos días se mantuvo en la lucha, pese a que le aquejaba una dolorosa enfermedad.

Murió en 1971. Para entonces era ya una figura legendaria del movimiento popular.

Era consciente de que las metas que se proponía eran muy difíciles de conseguir. Pero seguía bregando.

Cuando la gente se desanimaba o trataba de apuntalar sus luchas decía: "Somos como la paja del páramo que se arranca y vuelve a crecer…" Y es verdad. Han crecido su figura y su memoria con tanta fuerza y persistencia como la paja del páramo que sigue allí desafiando al sol y al frío.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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