"Solo se que no se nada", "Errar es humano", "Divide y vencerás", "Pienso luego existo", "Proletarios de todos los países del mundo uníos", "Sangre, sudor y lágrimas".
O "Tengo un sueño", "La madre de todas las batallas", son frases que se repiten con frecuencia, a veces sin saber quien las dijo, pero sirven para recordar momentos de la historia o para enfatizar nuestras propias afirmaciones.
Porque las palabras son poderosas, sobre todo en nuestro tiempo en que la comunicación es esencial.
Las frases sentenciosas permiten ver problemas, caracterizar a personas y pueblos, entender mejor los acontecimientos, defender o combatir tesis, mirar lo que sucedió o prevenir el futuro.
Cuando las recordamos abrimos una ventana al pasado para entenderlo, para tratar de no repetirlo, para mirar a sus protagonistas o para proyectarlo al porvenir. Tienen poder y trascendencia.
"Hombres nacidos para la servidumbre", "Mi pluma lo mató", "Viva Alfaro carajo", "El día en que me faltes", "Las cruces sobre el agua", "Volver a tener patria", "Sembrar petróleo", "Ni un paso atrás", "Devuelvan lo robado", son freses que marcan hitos en nuestra historia y en esta columna aparecieron en secuencia para recordarlos y si es posible explicarlos.
No remplazan, desde luego, una necesaria versión de nuestro devenir histórico, que no puede formularse a partir de lo que dijeron los individuos, sino desde la acción de grandes actores colectivos. Pero ayudan a ver mejor ciertos hechos y coyunturas.
Pensé que las frases notables de la historia de nuestro país nos permitirían conocer mejor su trayectoria en el tiempo, sus actores individuales y colectivos, sus avances y retrocesos, sus logros y conflictos.
En esta columna las presenté en orden cronológico, desde la Independencia hasta nuestros días, tratando de ubicarlas en su momento, caracterizando a quien las dijo y esbozando las consecuencias, las polémicas y los resultados que tuvieron.
Las elegí por su impacto, porque fueron dichas en momentos clave, pero también por ser quienes eran las personas que las pronunciaron.
La mayoría se refieren a la política, pero también hay otras relacionadas con la situación de grupos sociales, con la literatura, la religión, la vida cotidiana y los deportes.
En una realidad histórica de predominio masculino, es esperable que la mayoría hayan sido dichas por hombres, pero también hay frases de mujeres, algunas por muy famosas y otras importantes por quien las dijo, en su gran mayoría destacadas protagonistas de nuestra sociedad, luchadoras por su identidad y derechos.
No tengo la pretensión de pensar que incluí todas las frases famosas de nuestra historia. Habrá muchas que no recogí. Pero las que cité son representativas en diversos aspectos. Su importancia en cada caso queda a criterio de los lectores.
Desde que los escribía, pensé que los artículos debían publicarse en un medio de comunicación. A María Teresa Escobar, editora del periódico digital PRIMICIAS, le pareció que podían incluirse en este medio y gracias a su interés se publicaron todos los domingos durante el pasado año.
Si queremos hacer bien nuestro trabajo, los historiadores debemos esforzarnos por llegar a la gente, por interesarla en nuestro pasado colectivo y las preguntas que levanta ese pasado sobre el presente y el futuro. Por eso publiqué las frases que hicieron historia.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
Lo último