Tras la fallida investidura del líder del conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el Rey Felipe VI propuso a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia de España.
El actual jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, afronta un duro periodo de negociación, para conseguir formar un nuevo Gobierno en España y ser Presidente, tras ser designado formalmente este martes por el rey Felipe VI como candidato.
La decisión del Rey ocurre tras la investidura fallida la semana pasada del líder conservador, Alberto Núñez Feijóo, porque no logró los votos suficientes del Parlamento.
Por ello, tras haberse reunido con los representantes de los partidos políticos parlamentarios españoles, tal y como dicta la Constitución, el monarca español ofreció a Sánchez la posibilidad de revalidar su cargo.
"Acepto, con ilusión y responsabilidad, el encargo del Rey como candidato a ser investido presidente del Gobierno", dijo Sánchez, este martes.
Pero el actual presidente, Sánchez, no la tiene fácil, puesto que las negociaciones para lograr su investidura se terminan el 27 de noviembre. Luego de esto, se convocarán a nuevas elecciones.
¿Con quién debe Sánchez negociar?
A partir de ahora se abre un periodo en el que Sánchez deberá negociar con los grupos más cercanos a los socialistas, como la coalición de izquierda Sumar, con quien espera revalidar un gobierno progresista. Esta primera tarea se vislumbra sencilla.
Mientras que las negociaciones con los partidos regionalistas, nacionalistas e independentistas no dan por seguro un apoyo a Sánchez.
El Partido Socialista cuenta con los apoyos de sus 121 diputados, a los que uniría los 31 de la formación de izquierdas Sumar y previsiblemente otros 11 entre independentistas y nacionalistas vascos.
En plena negociación están los votos de dos partidos independentistas catalanes, que cuentan con siete parlamentarios cada uno.
Ambos exigen a Sánchez aprobar una ley de amnistía a los políticos condenados por el intento secesionista de Cataluña en octubre de 2017 y avanzar en el reconocimiento del derecho de autodeterminación para celebrar un referéndum de independencia.
Estos temas son innegociables para la derecha, y por ello el conflicto político en España.
En un primer llamamiento, Sánchez necesita la mayoría absoluta (176 escaños) y, de no prosperar, a las 48 horas habría una segunda votación en la que solo precisaría la mayoría simple.
En caso de fracasar, se disolverían las Cortes y se repetirían las elecciones generales el 14 de enero del próximo año.
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