César Farías: "Pasaron 77 años, pero la copa ya está en casa"

El Aucas fue un antes y un después con su llegada. 22 partidos invicto y un título histórico, César Farías será para siempre parte de los corazones de la hinchada del 'Ídolo del Pueblo'.

Ni bien el árbitro pitó el final del partido, el venezolano fue a buscar a su madre, quien desde pequeño le enseño a ser una persona trabajadora y perseverante.

El entrenador la abrazó y se desahogó con ella. Un abrazo que no pudo darle en el partido de ida, en el estadio Banco Pichincha, ya que su familia no viajó a Guayaquil.

Pero este domingo la historia fue diferente y Farías logró dedicarle el triunfo más importante de su carrera a la persona más especial de su vida.

"Es un muy buen hijo", decía la señora, que se quedaba sin palabras ante la emoción y el festejo del equipo.

Farías, entre lágrimas, agradeció a todo el mundo. A la hinchada, a los jugadores, a la directiva, a sus compañeros del cuerpo técnico. "Agradecido con todo el Ecuador", en definitiva.

"Pudimos acompañar nuestro discurso con hechos. Muchas gracias a la hinchada, que hizo una fila en toda la cuadra del estadio, que lo disfruten de corazón".

En la semana pasada, Farías se había hecho una promesa, su nieto había nacido recientemente. "Ojalá él pueda saber que su abuelo fue campeón cuando él nació, porque de los campeones no se olvida nadie", había expresado y lo cumplió.

Después llegó el momento de recibir las medallas y levantar el trofeo. En ese momento, Farías agarró el micrófono, señaló hacia la copa y gritó a la hinchada: "¡77 años, pero ya está en casa!".

Con esa ilusión, ese carisma y esa emoción festejó el director técnico del mejor Aucas de la historia.

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