Defensa venderá helicópteros Dhruv y chatarrizará fusiles chinos

Tres helicópteros Dhruv se ofrecerán a otros Gobiernos. Y 10.000 fusiles AK-47 serán chatarrizados en el horno de la fábrica Andec.

Dos episodios polémicos de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) están por terminar. Se trata de la posesión de los helicópteros Dhruv, comprados en el gobierno de Rafael Correa; y de los 10.000 fusiles AK-47 que fueron donados por China, en el mismo período.

En una rueda de prensa, Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa, explicó cuál será el futuro de este equipamiento militar.

Los Dhruv

En 2009, durante la ceremonia de celebración de los 89 años de la FAE, uno de los helicópteros Dhruv que participó en la demostración se precipitó al suelo. Cortesía Expreso

En 2008, la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y la empresa hindú Hindustan Aeronautic Limited (HAL) suscribieron un contrato por más de USD 45 millones para la adquisición de siete helicópteros Dhruv.

Cuatro de los siete helicópteros comprados se accidentaron, entre 2009 y 2015. Varios soldados murieron. Y, las tres aeronaves restantes fueron retiradas de circulación.

Jarrín dijo que luego de estos inconvenientes, el Gobierno ha decidido vender esos tres helicópteros restantes. Así como nueve motores y los repuestos y accesorios que forman parte del lote.

Según el funcionario, no hay ningún impedimento, por parte de la Contraloría o de la Fiscalía, para que se concrete la venta. En diciembre de 2020, el Ministerio Público reabrió la investigación por este caso.

En primer lugar, se había planteado la venta a la casa HAL, fabricante de las aeronaves. Pero, la empresa descartó participar en esa operación.

Por esta razón, los helicópteros serán ofrecidos a las embajadas acreditadas en Ecuador: la venta de este tipo de artefactos se puede hacer solo de gobierno a gobierno.

Fusiles AK-47

Además, Jarrín informó que se ha aprobado una resolución para dar paso a la chatarrización de 10.000 fúsiles AK-47. Estos fueron donados por China al Ecuador, en 2016.

Las armas llegaron al país y fueron almacenadas en reparto militar de Guayaquil. Se esperaba capacitar al personal militar sobre su uso y, luego, distribuirlos a diferentes destacamentos.

Sin embargo, en 2017 -antes de dar paso al uso y repartición- se pidió una evaluación técnica del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y de la empresa pública Santa Bárbara.

Los informes detallaron que las armas tienen problemas en los disparadores y no tienen seguro. Esto generaría graves riesgos para los militares ecuatorianos. Además, las armas fueron diseñadas para uso de zurdos. Según Jarrín esto no se acopla a las características de las tropas ecuatorianas.