Viernes, 26 de abril de 2024

Ecuador refuerza cooperación regional en la lucha contra el narcotráfico

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

30 Oct 2021 - 0:04

Grupos especiales de la Policía y la Armada de Ecuador concretaron dos operativos contra organizaciones del narcotráfico con la colaboración de países como Colombia y Estados Unidos.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

30 Oct 2021 - 0:04

Una lancha de bajo perfil fue capturada por la Armada de Ecuador, el 27 de octubre de 2021. - Foto: Armada Nacional

Grupos especiales de la Policía y la Armada de Ecuador concretaron dos operativos contra organizaciones del narcotráfico con la colaboración de países como Colombia y Estados Unidos.

La cooperación internacional, el fortalecimiento de las labores de inteligencia policial y el radar ubicado en el cerro de Montecristi (Manabí) para detectar narcoavionetas en territorio ecuatoriano, son los tres ejes del plan de lucha contra el narcotráfico en Ecuador.

En 2021, la Policía Nacional ha desarticulado 17 organizaciones narcodelictivas, muchas de ellas presuntamente relacionadas con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. El primero operaría en Manta y el segundo en Guayaquil.

En el último operativo antidrogas, efectuado el 27 de octubre de 2021, el más grande del año, las autoridades nacionales tuvieron la colaboración de Estados Unidos, quienes aportaron información para desarticular a esta organización delictiva.

Un año y tres meses le tomó a la Policía identificar los movimientos de 14 personas procesadas por su presunta participación en el delito de organización o financiamiento para la producción o tráfico ilícito de estupefacientes.

Los implicados, entre los que constan dueños y capitanes de barcos, así como un dirigente pesquero, fueron detenidos en el operativo Poseidón, ejecutado en Manta y Jipijapa (Manabí), así como en Guayaquil (Guayas).

Agentes de Inteligencia policial siguieron los movimientos de los implicados por mar y tierra, luego de detectar actividades sospechosas en los puertos de las dos provincias.

Las investigaciones se centraron en el presunto tráfico de combustibles y de drogas por vía marítima. Se presume que los detenidos planificaban el abastecimiento de combustible a las narcolanchas que salen desde Ecuador y Colombia hacia Estados Unidos.

Los estupefacientes eran embarcados en lanchas hacia barcos más grandes en altamar, para luego ser transportados hacia Centroamérica y Estados Unidos, país que realizó dos asistencias penales en este caso y que fueron presentadas en la audiencia.

Los implicados fueron detenidos en 19 allanamientos ejecutados la madrugada del 27 de octubre en Manabí y Guayas, en los que se incautaron 50 teléfonos celulares, ocho computadoras, diez vehículos y dos armas de fuego.

En uno de los inmuebles intervenidos se decomisaron 37.937 dólares y gran cantidad de documentación, que fueron ingresados en cadena de custodia y que sirvieron para sustentar la acusación fiscal.

La operación, en la que participaron 120 uniformados, se extendió en altamar, donde también capturaron 11 barcos pesqueros.

La Fiscalía solicitó prisión preventiva para todos los involucrados, lo cual fue aceptado por el juez, quien dispuso la prohibición de enajenar bienes inmuebles y vehículos, la retención de cuentas bancarias e inmovilización de fondos y la incautación de las embarcaciones.

Agentes de la Policía, en uno de los allanamientos realizados en Manabí, el 27 de octubre de 2021.

Agentes de la Policía, en uno de los allanamientos realizados en Manabí, el 27 de octubre de 2021. Fiscalía

Operativos en el mar

Aunque aún no existen indicios de que este caso esté relacionado con la captura de una lancha de bajo perfil (LBP) en aguas internaciones, específicamente en las zonas económicas exclusivas de Costa Rica, Colombia y Ecuador, la Policía no lo descarta.

En la lancha iban cuatro personas -tres ecuatorianos y un colombiano-, quienes viajaban con 486 galones de gasolina. Se presume que cuando el Buque Escuela Guayas los detectó el 22 de octubre, los detenidos ya habían logrado deshacerse de la droga.

Estas lanchas son construidas en astilleros clandestinos, en la zona sur del Pacífico colombiano y tienen características similares a las de un semi sumergible, pero usan motores fuera de borda, por lo que navegan casi al nivel de la superficie del mar.

Estas embarcaciones son regularmente empleadas por organizaciones delictivas transnacionales para el transporte de narcóticos. Las LBP alcanzan velocidades de hasta 20 nudos.

En este operativo, liderado por la Armada Nacional, participaron agentes de la Policía Nacional, tras compartir información con Estados Unidos y Colombia.

El general Manuel Iñiguez, director general del Investigaciones de la Policía, destacó las labores realizadas en el último año, así como el trabajo coordinado con autoridades internacionales.

"Trabajamos con la Armada, Fiscalía, Fuerza Aérea y un gran equipo. Esperamos ser cada día más efectivos en la lucha contra el crimen organizado transnacional".

General Manuel Iñiguez, director de Investigaciones de la Policía.

Informes de inteligencia calculan que de las 1.800 toneladas de cocaína que produce Colombia al año, el 50% sale por Venezuela; el 15%, por Brasil; y el 35%, por los puertos ecuatorianos de Manta y de Guayaquil, lo que origina el conflicto entre las bandas organizadas.

En Ecuador, la Policía ha decomisado 151 toneladas en lo que va del año.

Una de las propuestas para reforzar el combate al narcotráfico, según el exjefe de Inteligencia Mario Pazmiño, es la de militarizar los puertos y aeropuertos del Litoral ecuatoriano "para taponar la salida de droga en el territorio".

Pese a que Ecuador ha afianzado la cooperación internacional, dice Pazmiño, hacen falta recursos y tecnología para identificar posibles amenazas.

"Estados Unidos apoya a Colombia en la conformación de las fuerzas de tarea conjunta, que es lo que necesita el país, una fuerza de tarea del Litoral ecuatoriano".

Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia

Agrega que la Infantería de Marina debería tener la misión de patrullar los esteros y ríos que desembocan en el Océano Pacífico, zona de influencia del crimen organizado.