Miércoles, 24 de abril de 2024

Entrevista: qué pasa en Colombia y quién está detrás del violento paro

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

1 Jul 2021 - 0:05

El embajador colombiano en Ecuador, Manuel Enríquez, explica las implicaciones de largo plazo de mantener cerrada la frontera con Colombia y habla de la lógica de la crisis en el vecino país, incluyendo el papel del líder de extrema izquierda, Gustavo Petro.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

1 Jul 2021 - 0:05

El embajador colombiano en Ecuador, Manuel Enríquez, explica las implicaciones de largo plazo de mantener cerrada la frontera con Colombia y habla de la lógica de la crisis en el vecino país, incluyendo el papel del líder de extrema izquierda, Gustavo Petro.

Entre la crisis sanitaria y económica, el cierre de fronteras y dos meses de manifestaciones sociales, Colombia enfrenta un momento inédito en el último año de gestión del presidente Iván Duque.

El embajador colombiano en Quito, Manuel Enríquez, habla con PRIMICIAS sobre las implicaciones de este escenario para Colombia, para la relación bilateral con Ecuador y para la región.

La frontera terrestre entre Ecuador y Colombia sigue cerrada ¿cuáles son las consecuencias?

La frontera se cerró hace más de un año, el 14 de mayo de 2020. En su momento, la medida tuvo razón de ser porque nadie tenía experiencia en esto (el manejo de la pandemia, ndr) y pensamos que esa era la mejor decisión.

Hoy creo que, si bien se justificó el cierre en el momento, nos está generando problemas que se han venido agravando y que no será fácil desmontar. Por ejemplo, en ese entonces se hablaba de siete u ocho pasos informales, por los que transitaban las personas que diariamente tienen que pasar la frontera, como campesinos, trabajadores, dueños de tierras.

¿Cuál es la situación ahora?

A raíz del cierre de la frontera, como la gente tenía que seguir pasando y, de alguna manera, ir y regresar especialmente entre el departamento de Nariño y la provincia de Carchi, pues se ha incrementado el número de pasos irregulares.

Existe un incremento del contrabando de productos por los pasos irregulares. Y estos pasos irregulares se ha multiplicado. Ahora, sin exagerar, debe haber más de 100.

Todo el río (Mataje) prácticamente se convirtió en zona de pasos irregulares.

Más allá del contrabando común, también pasan los migrantes.

Hoy si uno viene de Tulcán ve las filas de inmigrantes venezolanos que vienen a pie, en camiones y camionetas que los recogen. Es una situación muy dolorosa.

Cuando se cerraron las fronteras muchos regresaron a Colombia y a Venezuela, pero con el paso del tiempo la inmigración se ha reanudado, yo diría que desde finales del año pasado (2020).

¿Son solo migrantes venezolanos?

Las autoridades de Pasto (en Colombia) han informado que reaparecieron inmigrantes que vienen de varios países de África y que pasan, a través de Ecuador, hacia Colombia, se internan en el Urabá antioqueño y de ahí intentan llegar a Panamá para alcanzar Centroamérica.

Pasan todos los días sin ningún control, sin papeles, sin nada.

¿Estos nuevos pasos irregulares benefician a la trata de personas y el narcotráfico?

Sí, lamentablemente. Por ejemplo, también se aprovechan para el lavado de activos, la minería ilegal, el contrabando de combustibles. En Colombia, el lavado de activos ha crecido enormemente por temas de narcotráfico, que llega desde Ecuador a Colombia.

El cierre de la frontera terminó exacerbando cierta dinámica de delitos.

¿Qué ha pasado con el tráfico de armas y uniformes para las fuerzas irregulares en Colombia?

Hay informaciones de que, a través de estos pasos irregulares de los que hablábamos, están llegando a Colombia uniformes y armas. Se han hecho decomisos por parte de las autoridades colombianas. Esto es un secreto a voces.

También se habla ya de la existencia de mafias, laboratorios y hasta de cultivos de coca en Ecuador.

De hecho, en Ecuador las autoridades han aumentado el decomiso de sustancias prohibidas como la cocaína y la heroína. También han encontrado laboratorios y cultivos que han tenido que destruir.

Hay muchos ecuatorianos dedicados al narcotráfico, son personas y grupos con vínculos del lado colombiano, que ya están haciendo presencia del lado ecuatoriano de la frontera.

Desde el punto de vista epidemiológico ¿este paso irregular de personas, especialmente inmigrantes, qué implicaciones tiene?

Antes del cierre de fronteras, Colombia sabía cuántas personas, incluyendo inmigrantes, pasaban y Ecuador sabía cuántas entraban, les tomaban los datos, la temperatura, podíamos darles suministros de alcohol por lo menos.

Pero ahora no hay ningún tipo de control, Colombia no sabe en qué condiciones salen los inmigrantes hacia Ecuador y Ecuador no sabe en qué condiciones llegan a su territorio.

Sería imposible controlar la cantidad de pasos irregulares que hay.

Solo las autoridades del Carchi tienen un estimativo de que por esa zona pasan unas 400 o 500 personas cada día.

¿Qué pueden hacer las autoridades de ambos países frente a esto?

Yo creo que más grave que el propio contrabando es el riesgo sanitario, es algo que los dos países deben evaluar muy bien.

Sería preferible abrir la frontera y por eso Colombia tomó la decisión de reabrirla y del lado colombiano está abierta. Pero, como la decisión de cerrar fue de común acuerdo, para abrirla hay que tener el beneplácito del gobierno ecuatoriano.

¿Cómo conseguir ese beneplácito?

Estamos trabajando en eso. Hay una propuesta de protocolos que presentó Ecuador a principios de año. Colombia ha hecho algunas observaciones. El 21 de junio el gobierno ecuatoriano entregó una nueva propuesta con adiciones de temas, que está en manos de la Cancillería colombiana. Y ayer (lunes) me informaron que ya respondieron a ese requerimiento.

La idea es que nos pongamos de acuerdo sobre cuáles deberían ser los protocolos a observar tanto para el tránsito de personas como de vehículos.

El tránsito de vehículos comerciales está reglamentado, pero subsisten problemas. Allí está estipulado que los vehículos que van a Colombia deben ser entregados en la frontera para que los recoja un conductor colombiano.

Y esto ha generado dificultades, porque para los transportistas es muy difícil entregar su vehículo a una persona que no conocen y no han faltado problemas de accidentes y de demoras.

Estamos a la espera que muy pronto se logre una reunión técnica con las Cancillerías y se pongan de acuerdo, para armonizar las propuestas para que se reabra la frontera.

Una vez que se reabra la frontera ¿los nuevos pasos irregulares seguirán siendo un problema?

Vamos a tener que trabajar muy a fondo y de común acuerdo con las autoridades militares y de policía para hacer un estricto control. Porque si la persona hoy ya sabe que, utilizando un paso irregular, no tiene que cumplir con la Ley, si se reabre la frontera va a querer seguir haciendo lo mismo.

Será un proceso largo y nada fácil. Va a implicar un mayor número de personal y de recursos importantes.

En medio de la crisis sanitaria, económica y social que vive Colombia ¿cómo se perfila el último año del gobierno de Iván Duque?

Diría que, lamentablemente, las marchas y los paros y el vandalismo que no cesa han desgastado la acción del gobierno. Lo han obligado a centrar la atención en estos temas, sin querer decir que se hayan descuidado los problemas sociales.

Esto no obedece a la decisión que tomaron los jóvenes o los dirigentes del paro, en su momento. El problema no son las marchas y los reclamos, que seguramente tienen justificación.

Pero no dudo de que esas marchas están siendo infiltradas por sectores políticos, de extrema izquierda, que quieren sembrar el caos. Porque, seguramente, quieren impulsar una propuesta política para acceder al poder en 2022.

No tengo ninguna duda de que detrás hay intereses políticos alimentados por otros países.

Coincide con las declaraciones del líder chavista Diosdado Cabello, de que iba a llevar la guerra a Colombia.

Así es. Y eso es lo que está pasando. Él no estaba lanzando frases, sabía lo que estaba diciendo y no tengo ninguna duda de que hubo una preparación previa. Incluso, de gente que ha venido de otros países.

Ocurrió en Ecuador, ocurrió en Chile y ahora pasa en Colombia y ojalá no llegue a otros países. Eso obedece a directrices de sectores de extrema izquierda.

Colombia es un país que venía superando los niveles de desempleo, de pobreza.

El gobierno del presidente Duque ha sido uno de los que más han invertido en los jóvenes, ofreciendo subsidios a las empresas que les dan empleo, ha incrementado el presupuesto para la educación pública, para la alimentación de niños en etapa preescolar, primaria y secundaria.

Hay un poco de injusticia en estos reclamos.

Si el presidente Duque hizo tantos esfuerzos ¿de dónde viene toda esa rabia?

Como lo dije, hay muchos intereses políticos que sabían que el del presidente Duque iba a hacer un gran gobierno. Que el plan de desarrollo iba a bajar los niveles de desempleo y de pobreza.

Pero muchos sectores de izquierda empezaron a radicalizarse y empezaron las protestas y a moverse a través de redes sociales, con una estrategia muy bien organizada.

¿Cómo avanzar en las negociaciones si son tan diversos los actores de las protestas?

Ese ha sido el grave inconveniente para el gobierno. El fracaso de las negociaciones con los dirigentes del paro ha sido porque no hay unidad de criterio entre quienes reclaman.

Una cosa piden los estudiantes, otra los campesinos, otra los jóvenes, otra los maestros, otra las comunidades indígenas. Y gran parte de ellos también tiene motivaciones políticas para el próximo año.

Por eso el gobierno ha optado por los diálogos regionales. Porque no todos los actores del paro tienen las mismas necesidades y angustias.

¿En qué punto se equivoca el gobierno del presidente Duque?

Tal vez, el gobierno del presidente Duque, ante la grave crisis que se nos vino por la pandemia, frente a la ausencia de recursos y a la necesidad de apoyar a los sectores más vulnerables presentó una reforma tributaria necesaria, pero demasiado ambiciosa.

Ese fue el detonante. Ante el inconformismo el gobierno decide retirar la propuesta de reforma, pero las protestas siguieron. En vez de bajar, se incrementaron y degeneraron en vandalismo.

Ahí se ve que no necesariamente era un descontento social, sino que había intereses políticos por detrás.

¿Cómo superar la crisis social en Colombia si detrás están estos intereses políticos?

Un gran número de la población colombiana ya no quiere más bloqueos, ni más manifestaciones, ni más vandalismo. Y, ante la destrucción de edificios públicos simbólicos, han rechazado las violencia.

Es lo que acaba de hacer la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que ha estado apoyando la manifestación pacífica. Ella dice que detrás hay intereses políticos y responsabiliza al partido Colombia Humana, que es del candidato Gustavo Petro.

¿Qué papel juega ahora el pronunciamiento de estos otros sectores colombianos?

Los empresarios, que no estaban de acuerdo con la reforma tributaria que fue retirada por el gobierno, están dispuestos ahora a 'meterse la mano al bolsillo' para aportar y apoyar a los miles de hogares que están sin ingresos.

Se trata de mantener la política del ingreso solidario para cinco millones de hogares este año y el próximo y de vincular a nuevos hogares. Los empresarios están dispuestos a apoyar con recursos.

Por esa razón el gobierno se apresta a presentar un nuevo proyecto en materia de reforma tributaria que va a entrar en julio. Va a pedir a los sectores más pudientes que apoyen a los más pobres.

¿Por qué no lo apoyaron antes y ahora sí?

Lo que estamos viviendo mostró que hay un peligro institucional con consecuencias impredecibles. Un riesgo para la democracia y los empresarios son conscientes de esto.

Están dispuestos a apoyar al gobierno no solo con ingresos sino también con la vacunación, para lograr una pronta reactivación económica, como lo proyecta el Banco Mundial, con un crecimiento de 6% del PIB en 2021. Que obedece a la decisión del gobierno y el empresariado.

¿Está en juego la institucionalidad?

Hay sectores tan radicales que buscan debilitar nuestras instituciones y nuestro sistema democrático. Cuando esos sectores se juntan y atentan contra la vida del Presidente, como ocurrió en un hecho repudiable recientemente, ahí vemos la magnitud de hasta dónde quieren llegar.

¿Los actores políticos están 'preparando la cancha' para el año electoral?

No tengo ninguna duda de que hay sectores interesados en atravesarse en el trabajo del actual gobierno para obtener mayores réditos electorales el próximo año.

¿Se refiere a Gustavo Petro?

Lo acaba de decir la alcaldesa de Bogotá, que es una persona con mucha experiencia política, con visión e información. Cuando acusa ya concretamente a un sector, eso es delicado. No se puede seguir jugando con los intereses del país.

Petro estaba muy activo apoyando las manifestaciones, pero retrocedió.

Sirviendo de abogado del diablo, creo que empezó a incentivar a sus seguidores. Incluso desde la misma posesión del Presidente dijo que estarían en las calles y es lo que han venido haciendo. Desde Twitter, Petro, convoca a las marchas.

Pero cuando él sale a decir que no está de acuerdo con el vandalismo y con la destrucción de los bienes públicos, llega un poco tarde. Parece que se le salió de las manos y no calculó lo que podía pasar.

Parece que se le salió de las manos y no calculó lo que podía pasar.

¿Hay un nexo entre Petro y Venezuela?

Nicolás Maduro lo dijo y Diosdado Cabello lo dijo, que Petro siempre iba a pedir apoyo y respaldo (a Venezuela, ndr) y siempre se ha dicho que ha tenido ese apoyo económico.

Hay conexiones que hoy, por estrategia política, tratan de desconocer. Pero están los vídeos, las declaraciones, los mensajes, cuando en el pasado hubo gran cercanía con Hugo Chávez, Maduro y otros países del Foro de São Paulo.

Las elecciones del próximo año en Colombia impactarán en la región. ¿Podría haber un cambio de tendencia gubernamental como en Perú?

Yo pensaría que no, porque un vasto sector de la población colombiana tiene la foto de lo que está ocurriendo en Colombia y en otros países, en Venezuela, en Nicaragua. Y ya vamos para dos millones de venezolanos que están en el país, pasando necesidades pese al esfuerzo del gobierno en atenderlos.

Un esfuerzo humanitario muy grande, que lo vienen haciendo también Ecuador y Perú. Esa foto no es fácil de esconder para las próximas elecciones en Colombia.

No están dadas las condiciones para que estos sectores de extrema izquierda lleguen al poder. Sin embargo, las elecciones se ganan o se pierden el mismo día de las elecciones.

¿Hay una figura política de centro izquierda en Colombia que pueda representar el encuentro?

Por fortuna hoy en Colombia ya están asomando en la palestra pública muchos candidatos de centro, de izquierda, de centro derecha. Hay una gran posibilidad para que el pueblo escoja una buena opción.

Sin decir que el actual gobierno fuera inferior al compromiso que hizo en campaña y que tiene un gran liderazgo regional y mundial.

Y muchos de los candidatos que aspiran a sucederlo querrán seguir con esa línea.