100 barrios de Quito son considerados de alta peligrosidad

La parroquia Quitumbe se ha convertido en uno de los centros de operación de los grupos de delincuencia organizada que tienen presencia en los barrios de Quito.

En una vivienda de ese sector, ubicado en el extremo sur de la capital, se planificó el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, según el testimonio de una de las personas que habría participado en el crimen.

No es coincidencia que el Índice de Seguridad Ciudadana del Municipio de Quito haya incluido a algunos barrios de Quitumbe en la lista de los más peligrosos de la ciudad.

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Según el documento, de los 1.300 barrios que hay en Quito, 100 fueron calificados como de alta peligrosidad por el elevado número de delitos, que van desde peleas entre vecinos hasta asesinatos a manos de grupos de delincuencia organizada.

"De acuerdo a los niveles y a la prevalencia de la violencia, se ubica a cada barrio en un nivel de peligrosidad, que puede ser alto, medio o bajo", explica el Índice.

La secretaria de Seguridad, Carolina Andrade, dice que el Índice ha permitido tener una valoración de los 1.300 barrios de Quito. "Hemos priorizado 100 en los que se necesita mayor presencia de las instituciones, más organización barrial y atención prioritaria. No queremos dar los nombres para evitar una discriminación de sus habitantes".

Agrega que estos barrios se ubican a lo largo de la ciudad, pero, sobre todo, en Quitumbe y Calderón.

En estas dos parroquias también se registran delitos relacionados con violencia sexual, violencia intrafamiliar, amenazas e incidentes contra la convivencia ciudadana.

"Ahí tenemos 20 barrios en los que trabajaremos directamente con la Policía para saber lo que está pasando", dice Andrade. Aunque la Secretaria agrega que la presencia de grupos de delincuencia organizada es uno de los detonantes de la violencia.

En Quitumbe, por ejemplo, sus habitantes tienen miedo de denunciar los robos que se comenten a diario o los lugares dónde se vende droga, pese a que saben quiénes están detrás de esos delitos.

Los pocos que se animan a hablar lo hacen con miedo y soltando pocas palabras. "Todos sabemos que hay bandas criminales que se han tomado el sector, pero nadie hace nada", dice un vendedor de frutas.

La Policía, por su parte, sospecha que en los últimos años las bandas criminales utilizan negocios, como barberías y peluquerías, para el cometimiento de delitos, sobre todo para la venta de drogas.

Solo en julio de 2023, cinco personas fueron asesinadas en tres peluquerías que funcionaban en Caupicho y Nueva Aurora, en el sur de Quito, y en Guaylllabamba, en el norte.

Las autoridades también creen que la necesidad de las bandas por ganar nuevos mercados ha provocado un incremento de la violencia.

Consumo de alcohol en barrios de Quito

La recuperación del espacio público es una de las estrategias con que las autoridades policiales y municipales buscan reducir los índices de violencia en los barrios de Quito.

La secretaria de Seguridad del Municipio de Quito, Carolina Andrade, dice que el consumo de alcohol es una de las principales causas que disparan los niveles de violencia en los barrios.

"En algunos barrios, más que homicidios por violencia criminal, tenemos fallecidos con armas blancas por consumo excesivo de alcohol", dice la funcionaria.

Por eso, el Municipio realizará operativos en los parques, plazas y calles de los barrios más peligrosos, con el objetivo de reducir las riñas callejeras.

Además, se prevé implementar cursos de defensa personal, derechos humanos y de prevención de violencia contra las mujeres.

"También vamos a reactivar los sistemas de cámaras de videovigilancia y de alarmas comunitarias en la mayoría de barrios" agrega Andrade.

Mientras tanto, la Policía concentrará sus esfuerzos en la investigación y desarticulación de bandas de delincuencia organizada.

Según el Municipio, la ciudad contará con USD 250 millones hasta 2027 para la implementación del Plan de Seguridad y Convivencia Ciudadana que busca, entre otras cosas, reducir el reclutamiento de personas en grupos delictivos.