Desde el inicio de la pandemia en marzo, el Ministerio de Salud ha hecho poco más de 28.000 pruebas rápidas a los internos. En las cárceles hay escasez de mascarillas y de insumos de limpieza personal.
El exvicepresidente Jorge Glass, quien guarda prisión desde 2019 en el Centro de Rehabilitación de Cotopaxi, se convirtió en otro de los internos contagiados de Covid-19 en el país.
El Sistema de Atención Integral de Personas Privadas de la Libertad (SNAI) lo confirmó el 29 de enero a través de Twitter e indicó que recibe atención médica permanente del Ministerio de Salud.
#SNAI_Zona3 La #PPL Jorge G., recibe atención médica permanente por parte del Ministerio de @Salud_Ec en el #CPLCotopaxi N°1. Según el diagnóstico médico, el interno se encuentra estable.#YoMeRehabilito #SembramosFuturo pic.twitter.com/twzjAnx1nP
— Servicio Integral Ecuador (@SNAI_Ec) January 30, 2021
Pero esto no ocurre con todos los privados de libertad. El 20 de enero PRIMICIAS publicó la historia de un interno que llevaba semanas enfermo sin la debida atención médica.
De 37.676 internos que están en las cárceles del país, 17.042 han dado positivo para Covid-19 en el 2020.
Podrían ser más, pero el Ministerio de Salud ha hecho pruebas rápidas a 28.569 internos.
Según datos de esta institución 124 personas han muerto por Covid-19 en los centros penitenciarios durante 2020.
Al inicio de la pandemia, en marzo, 200 personas fueron diagnosticadas positivas. Un mes después la cifra aumentó a 815.
A partir de abril, el sistema penitenciario cerró sus puertas y no permitió las visitas. Los casos aumentaron en septiembre a 2.309, un número que se mantuvo cada mes hasta el final de 2020. Y que coincidió también con la autorización de las visitas a las cárceles.
La tasa del 30% de hacinamiento y la falta de recursos económicos hacen aún más compleja la situación de las cárceles en pandemia.
Una situación compleja antes de la pandemia
Desde 2019 y antes de la pandemia de Covid-19, la Defensoría del Pueblo, advirtió a las autoridades la necesidad de entregar kits de implementos de limpieza a los internos.
Según su informe, se entregaron apenas 500 kits de aseo personal distribuidos en seis centros. Una cantidad irrisoria, si se considera, por ejemplo, que solo el centro de rehabilitación de Cotopaxi alberga cerca de 5.000 privados de la libertad.
Mientras que el 19 de junio del año pasado, dice el informe, se hizo la entrega de 14.580 mascarillas para los cerca de 30 centros penitenciarios del país.
El Consejo de Discapacidades, Conadis, donó 6.000 más, pero seguía siendo insuficiente para alrededor de 38.000 presos. Sin considerar que las mascarillas deben ser reemplazadas inmediatamente después de usarlas.
Por otra parte, la Defensoría denunció en su informe sobre el Mecanismo Nacional de la Prevención contra la Tortura, el incumplimiento en tres ejes fundamentales al interior de las cárceles del país:
- El hacinamiento
- La situación de vulneración de derechos como alimentación y salud
- La seguridad y violencia
Otras enfermedades en las cárceles
Según el Ministerio de Salud Pública hay 45 unidades de atención integral para personas con VIH en todo el país, y en las cuales incluyen a los internos de las cárceles.
Durante la pandemia activaron un protocolo de atención para estos pacientes, como proveerlos de medicación al menos para dos meses.
En los datos enviados por esta institución, aseguran que están garantizando el tratamiento ambulatorio para pacientes con hipertensión arterial y diabetes. El 5% de la población carcelaria padece estas enfermedades.
Además, los pacientes con cáncer continúan con el tratamiento con quimioterapia o radioterapias, en los establecimientos de salud asignados.
Para la Defensoría del Pueblo ha sido difícil verificar el cumplimiento de esto, por la falta de acceso a información. Lo que ha corroborado en campo es que no hay médicos permanentes, ni medicinas para tratar todas las enfermedades.
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