La cooperativa San Francisco, en el norte de Guayaquil, vive en zozobra luego de que sicarios asesinaran a dos niños dentro de su casa.
Era sábado 16 de julio. En una angosta calle de tierra, un grupo de niños de la cooperativa San Francisco, en Pascuales, al norte de Guayaquil, pasaba la tarde jugando. Entre ellos estaban Mayte (8 años) y Alexander (10 años), que fueron asesinados por sicarios.
El sector nació de una invasión hace más de 15 años, recuerdan los moradores, quienes compraron unos pocos metros de tierra por USD 2.000, y levantaron sus casas de madera y caña en medio del polvo y el abandono que todavía persiste.
La mayoría del tiempo, los habitantes de la cooperativa San Francisco permanecen encerrados en sus casas, que aseguran con pedazos de madera o zinc. Las ventanas y las puertas tienen candados. “Es tierra de nadie”, dice un morador.
En un cuarto de bloque y cemento vivían los hermanos Alexander, Mayte y Emilio (5 años) junto a sus padres, hasta el 16 de julio cuando sicarios dispararon contra la casa.
Ellos son parte de los 42 niños y adolescentes asesinados en Guayaquil, en lo que va de 2022. En el siguiente video, PRIMICIAS relata el temor en el que viven los habitantes de este sector, olvidado por las autoridades.
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