Jueves, 18 de abril de 2024

Hospital del IESS en Guayaquil pagó USD 11,9 millones de más por medicamentos

Autor:

Karla Pesantes

Actualizada:

10 Sep 2019 - 0:03

Teodoro Maldonado Carbo

Autor: Karla Pesantes

Actualizada:

10 Sep 2019 - 0:03

Unidades del Seguro Social realizarán simulacros de detección de coronavirus a partir de este 13 de marzo. - Foto: Flickr IESS

Un examen de Contraloría al hospital Teodoro Maldonado Carbo revela que los administradores compraron fármacos utilizando una declaratoria de emergencia que no existió. Además, señala que varias firmas involucradas en las irregularidades aún son proveedores del hospital.

Alopurinol, usado para atender enfermedades renales, es uno de los 14 medicamentos que compró el hospital Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) de Guayaquil sin subasta ni análisis de proveedores.

El medicamento se adquirió de forma directa vía resolución administrativa en el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), luego de que los directivos argumentaron una declaratoria de emergencia. 

La declaratoria, debido a una supuesta escasez de fármacos, nunca fue aprobada por el Consejo Directivo del IESS.

Esa es una de las irregularidades que encontró la Contraloría General tras las revisión a 18 contratos firmados entre enero y junio de 2018 en el referido hospital.

Las compras de estos fármacos causaron un perjuicio económico de USD 11,9 millones al IESS, según el informe de Contraloría.

Esto porque los precios de los insumos comprados de forma directa fueron más altos que los ofertados a través del portal de compras públicas.

Para el vocero de la Comisión Anticorrupción en Guayas, Ricardo Ramírez, es común este tipo de declaratorias sin sustento en el hospital Teodoro Maldonado. Se aprovechan de denuncias de jubilados que demandan medicinas o de cirugías que se postergan, así compran fármacos sin concurso”, añade Ramírez. 

Otras irregularidades detectadas en los contratos

  • Para realizar las compras de emergencia, los administradores del hospital utilizaron una requisición interna. Pero este formulario no incluyó un presupuesto referencial, ni un estudio del precio de cada medicamento. 

  • Los fármacos fueron comprados a intermediarios, que los compraron a una tercero. Al no ser distribuidores directos no ofertaron los precios más convenientes del mercado. 

  • Las compras finales nunca fueron publicadas en la página de transparencia del hospital Teodoro Maldonado. 

  • Varios de los medicamentos no se usaron en su totalidad desde su ingreso a la bodega y en el tiempo que dispone una declaratoria de emergencia, el cual es de dos meses.

¿Quiénes son los proveedores del IESS?

Según el portal de transparencia del hospital Teodoro Maldonado, entre abril y julio de este año se destinó USD 14,5 millones a la compra de medicinas a través de 68 proveedores.

En ese listado aparecen dos que también fueron proveedores del hospital durante la inexistente emergencia observada por Contraloría. Se trata de las empresas Corporación Propharmes y Burtokec S.A.

La primera tiene su domicilio en Quito y en 2018 reportó a la Superintendencia de Compañías ingreso por USD 3,6 millones, de los cuales USD 2 millones fueron gracias a contratos con el hospital Teodoro Maldonado.

Burkotec tiene como principal actividad económica el comercio al por mayor de productos naturales, curativos y aromáticos, sin embargo hasta julio de 2019 aparece como proveedor de medicinas del IESS con órdenes de compra por USD 22.400. El año pasado facturó USD 2,8 millones.

Además de los contratos de emergencia hechos en 2018, el hospital del IESS adquirió fármacos a 108 proveedores ese año, mediante el sistema de compras públicas. La inversión superó los USD 64 millones.

Entre los proveedores del IESS en 2018 también figura Judith Andrade Ochoa, cuya actividad registrada en el Servicio de Rentas Internas (SRI) es la venta de equipos quirúrgicos y dentales.

El IESS le compró USD 1,6 millones en fármacos a través de concurso en 2018. Pero también le compró otros medicamentos a través de la emergencia observada por Contraloría por un valor de USD 119.000.

En el informe de la Controlaría se detalla que la proveedora no justificó cómo y dónde adquirió los medicamentos para venderlos al Seguro Social.