Jueves, 28 de marzo de 2024

Integrar la ciencia en la educación, un desafío pospandemia

Autor:

Thalíe Ponce

Actualizada:

6 Ene 2021 - 0:03

La pandemia evidenció una debilidad en la educación científica del país. Dos expertos consultados por PRIMICIAS plantean los principales retos y opciones para enfrentar esta realidad.

Autor: Thalíe Ponce

Actualizada:

6 Ene 2021 - 0:03

La científica ecuatoriana Linda Guamán trabaja en un laboratorio. - Foto: EFE

La pandemia evidenció una debilidad en la educación científica del país. Dos expertos consultados por PRIMICIAS plantean los principales retos y opciones para enfrentar esta realidad.

La pandemia de Covid-19 reveló en Ecuador una falta sistémica de pensamiento científico en el razonamiento para la toma de decisiones.

Así lo asegura Daniel Orellana, investigador en ciencias geográficas y ambientales.

Esa realidad —opina— se presentó tanto a nivel individual y familiar, como a nivel institucional.

“Si es que no hay una masa crítica de pensamiento científico, es muy difícil presionar a las autoridades para que las decisiones que se tomen estén basadas en evidencia”, dice.

De allí uno de los "terribles fracasos" como país en el manejo de la crisis sanitaria.

Patricia Castillo, de la Red de Mujeres Científicas del Ecuador (Remci), tiene una lectura similar.

La experta en biomedicina considera que, en general, Ecuador no tiene una familiaridad con el quehacer científico.

Y por lo tanto, no se ve como algo necesario para las actividades diarias y para el desarrollo del país. Algo que se evidenció, más que nunca, con la pandemia.

"Solo por la situación actual se ha retomado la discusión sobre la importancia de la ciencia", afirma Castillo. "Pero aún así muy enfocado en el coronavirus y poco en otros aspectos".

¿Cuáles son, entonces, los desafíos y aprendizajes que deja este escenario?

Transvesalizar la ciencia en el aprendizaje

Orellana afirma que la ciencia debe ser parte integral de la educación, es decir que el proceso educativo responda al pensamiento científico. Sin embargo, apunta que son pocos los esfuerzos locales de buenas prácticas en ese sentido.

Además, esas excepciones suelen estar en la educación privada.

Como un ejemplo a seguir menciona el método de 'Educación en el patio de la escuela', originado en Chile.

Se trata de una pedagogía basada en la curiosidad y el descubrimiento y que Orellana aplica incluso en sus clases como profesor universitario.

"El desarrollo de la ciencia y el conocimiento no es conocer las respuestas, sino saber hacer las preguntas adecuadas".

Por su parte, Castillo cree que los esfuerzos deben enfocarse en cuatro acciones principales:

  • Planificación de la educación. Tener un eje conductor desde los primeros niveles de formación y continuar hasta el nivel universitario.
  • Crear referentes. Exponer constantemente tanto a personas claves en la historia, como a quiénes trabajan actualmente en estos campos en Ecuador y fuera del país. Es clave, además, explicar los distintos roles que se pueden ejercer dentro de los diferentes campos.
  • Acercar la ciencia a lo cotidiano. Poner ejemplos reales y prácticos de cómo la ciencia influye en la vida y acciones del día. Esto permitirá ver la ciencia no como algo abstracto, sino cercano y fácil de entender.
  • Transversalizar las ciencias básicas. Física, matemáticas, química, biología, son elementos que deberían estar integrados totalmente a la educación, independientemente del área de especialización.

Mujeres y ciencia, otro pendiente

Otro de los retos ligados a la educación cuando se habla de ciencia, es la igualdad.

Castillo ve como fundamental incluir en los pénsums académicos los aportes, logros y avances no solo de científicos hombres, sino también de científicas.

"Debe haber un balance en el que veamos igual número de referentes femeninos que masculinos", dice.

Es importante generar espacios de educación no formal en los que las mujeres estén representadas. Por ejemplo, en foros, charlas, talleres, paneles e incluso en las exposiciones y museos.

Este tipo de actividades pueden ayudar a reducir la brecha existente.

Y Castillo va más allá: la representación no solo debe ser de género, sino que se debe apostar por una diversidad total, también en el aspecto étnico, racial, entre otros.

"No podemos esperar a que se dé de una forma orgánica, necesitamos acelerarlo", concluye.

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