La Policía también investiga presuntas extorsiones a comerciantes de Conocoto y Sangolquí. Los robos a personas y viviendas se registran a diario.
Los habitantes del valle de los Chillos, ubicado al suroriente de Quito, miran con tristeza cómo la tranquilidad con la que convivían años atrás se va perdiendo por el aumento de la delincuencia.
El secuestro exprés que sufrió una mujer, el 7 de abril de 2023 en Conocoto, incrementó el miedo y la preocupación, pues es la primera vez que ocurre un evento de estas características, dice el comandante del Distrito Valle de Los Chillos de la Policía Nacional, Pablo Argoti
El oficial está a cargo de la seguridad de las seis parroquias rurales que pertenecen al cantón Quito: Conocoto, Amaguaña, Guangopolo, Alangasí, La Merced y Píntag.
Argoti aclara que, si bien los secuestros exprés todavía no son un problema, el robo a personas, vehículos y viviendas sí es preocupante.
Según el ECU-911, en lo que va de 2023 se han registrado 155 emergencias diarias en esas seis parroquias. De ese número, 100 corresponden a robos.
Una situación similar vive los habitantes del cantón Rumiñahui, que también pertenece al valle de los Chillos.
En ese sector, se contabilizan 121 emergencias cada día y el 66% se relacionan con robos.
El comandante del Distrito Rumiñahui, Mario Jaramillo, explica que se han establecido cinco puntos críticos:
"La violencia se ha incrementado, pero estamos tratando de controlarla con los recursos que disponemos", asegura.
Mario Jaramillo
Entre los dos circuitos, la Policía tiene 300 efectivos, 28 patrulleros y cerca de 30 motocicletas.
Pero, no todos están operativos. Argoti dice que, de los 15 vehículos que disponen las seis parroquias del cantón Quito, solo seis están operativos.
"Los demás patrulleros están en los talleres y esperamos que sean repotenciados para que puedan servir a la comunidad", dice.
Mauro Aguirre, habitante de Conocoto desde 1975, lamenta la situación que enfrentan las casi 200.000 personas que viven en este sector.
"Conocoto era un lugar tranquilo. No había problemas y peor aún robos o extorsiones. La realidad de ahora es terrible".
Extorsiones en el valle de Los Chillos
Tradicionalmente, la calle Sucre ha sido el centro del comercio formal e informal en Conocoto. Farmacias, panaderías, ferreterías y restaurantes ocupan las dos aceras, en las que también se ubican vendedores de cigarrillos, helados y aguas medicinales.
El presidente del GAD parroquial, Diego Pérez, dice que a inicios de abril recibió denuncias de supuestas extorsiones a propietarios de locales comerciales ubicados en esa calle.
"Notificamos a la Policía y nos dijeron que están en investigaciones para confirmar la veracidad de esas denuncias".
El problema, agrega, es que hasta el momento no hay resultados.
Negocios en la parroquia Conocoto, en el valle de Los Chillos, el 13 de abril de 2023.
En Rumiñahui, el problema tiene otras dimensiones. La Policía tiene en su poder panfletos con amenazas a los comerciantes que trabajan en los alrededores del Parque Turismo.
"Todavía no están comprobadas las extorsiones, pero estamos trabajando en identificar su origen", dice el comandante Jaramillo.
Una comerciante, que pidió la reserva de su nombre, dice que recibió amenazas de dos hombres que le prometieron darle seguridad a cambio de pagarles USD 70 semanales.
"No accedí y por suerte no volvieron. Espero que no regresen", dice.
Robos con drones
Habitantes del valle de Los Chillos también denuncian que delincuentes están utilizando drones para sobrevolar conjuntos residenciales y obtener información para robar sus viviendas.
El comandante Jaramillo dice que, a inicios de abril, interceptaron uno de estos artefactos en el cantón Rumiñahui.
"Detuvimos a nueve personas porque pudimos rastrear su ubicación. En su poder tenían un dron, un inhibidor de señal, autopartes y vehículos desmantelados", detalla.
Y agrega que "esto es solo una muestra que la delincuencia busca nuevas metodologías para conseguir sus objetivos".
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