Viernes, 26 de abril de 2024

Ribadeneira: "No vamos a permitir que existan universidades de garaje"

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

20 Ago 2021 - 0:05

El titular de la Secretaría de Educación Superior, Alejandro Ribadeneira, dice que el Gobierno apunta a que la universidad pública deje de funcionar como un espacio de beneficio político.

Autor: Jonathan Machado

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20 Ago 2021 - 0:05

El titular de la Senescyt, Alejandro Ribadeneira en el Palacio Presidencial, durante una reunión con la academia, el 17 de junio de 2021. - Foto: Senescyt

El titular de la Secretaría de Educación Superior, Alejandro Ribadeneira, dice que el Gobierno apunta a que la universidad pública deje de funcionar como un espacio de beneficio político.

El 17 de agosto de 2021, el presidente de la República, Guillermo Lasso, entregó a la Asamblea Nacional el proyecto de reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).

Lasso explicó que el documento se sustenta en tres pilares: autonomía y libertad; ampliar la oferta académica; y mejorar los procesos de admisión a las universidades.

En su discurso, el mandatario anunció que el proyecto es solo una de las reformas que debe sufrir el sistema de educación superior para "que los jóvenes tengan más oportunidades".

El titular de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), Alejandro Ribadeneira, conversó con PRIMICIAS para profundizar el objetivo de la reforma.

Además, habló sobre los problemas que atraviesan los becarios y del examen Transformar, que servirá para el acceso a la universidad pública.

El proyecto de reformas está en manos de la Asamblea ¿qué otros cambios busca el Gobierno para el sistema de educación superior?

El proyecto que fue presentado por el Presidente de la República es una reforma parcial a la ley.

Hemos empezado a trabajar en una segunda fase: una nueva ley de educación superior más moderna, más acorde con los tiempos actuales. El objetivo es que el sistema de educación superior ecuatoriano se ponga a la altura de los sistemas que hay en el mundo.

No podemos tener un sistema con un estrangulamiento casi absoluto de las instituciones educativas. Hay que dar lugar a la autonomía plena, real y efectiva, especialmente, en el área académica.

Cuando hay autonomía académica, las universidades son capaces de generar una nueva oferta pertinente y de calidad. Si seguimos con los procesos estranguladores no vamos a estar a tono con los avances de la ciencia y de la tecnología.

Algunos investigadores ya critican el proceso enviado por el Presidente. Aseguran que no habrá ningún control a las universidades

Eso es una falacia. Van a existir regulaciones como en todo sistema. Pero, serán mínimas. No son regulaciones excesivas que limitan la iniciativa de las universidades.

No estamos diciendo que cada institución va a hacer lo que quiera porque también habrá un control de calidad. Este control será posterior a su funcionamiento.

¿Control posterior a la creación de nuevas universidades o de carreras?

Actualmente, una universidad presenta una solicitud de creación de nueva carrera al Consejo de Educación Superior (CES). Este organismo envía un informe de pertinencia a la Senescyt. Ahí ya tenemos una demora.

A su vez, técnicos del CES opinan sobre todas las carreras que hay en el país y son quienes dicen: "no me gusta", "cambien el contenido", "cambien el nombre de la asignatura". Eso es lo que no queremos. Pero, tampoco queremos una irresponsabilidad de las universidades para proponer cualquier cosa.

El control previo que se hace en la actualidad pasará a ser un control posterior con modelos diferentes de calidad.

Además, tenemos que dejar de tener miedo a la acreditación internacional. Debemos ir para allá.

¿Qué hará la Senescyt para evitar nuevas universidades de garaje?

Cuando fui rector de una universidad privada recibimos a estudiantes de las universidades que cerraron sus puertas.

Se veía a todas luces las deficiencias que habían tenido en su formación. Eso no puede volver a suceder. Creo que algunas de esas universidades debieron haberse cerrado, pero otras no. Lamentablemente el proceso tuvo un enfoque político.

Creo que el sistema de educación superior ha madurado. Han pasado 14 años de opresión y tenemos la oportunidad de resurgir el sistema de educación superior.

No vamos a permitir que en el país existan universidades de garaje. Es por eso que las instituciones deben cumplir con requerimientos mínimos.

No creo que haya rectores irresponsables de proponer carreras mediocres que arriesguen el futuro y prestigio de las universidades.

Otra de las críticas apunta a que el proyecto elimina la gratuidad de la educación al permitir que las universidades cobren los cursos de nivelación cuando actualmente son gratuitos.

El presidente ha dicho que cada año se gradúan 200.000 bachilleres y que solo 90.000 acceden a la universidad. ¿A cuánto espera reducir esta cifra?

El acceso a la educación superior, en cualquier país del mundo, es limitado. No todos acceden.

Nosotros no solo queremos ofrecer carreras y títulos. Lo que queremos es una reestructuración total del sistema educativo. Desde la educación inicial hasta la superior para mejorar la calidad de vida de las personas.

Las carreras deben estar orientadas al área técnica, pero sin descuidar las que sirven para los sectores públicos y social.

Pero, ¿se han planteado alguna meta?

Lo que estamos tratando de hacer es cerrar las brechas. La oferta de cupos en el último semestre fue de 95.000 cupos. En dos meses de gestión, ese número se incrementó a 115.000. Eso significa que 20.000 jóvenes han ingresado a la universidad.

¿Cuántos cupos más aspira crear el Gobierno?

Es bien difícil saber eso. Tenemos que ir apuntando a lo que las universidades miran desde su propia autonomía. Por eso queremos impulsar la autonomía y cambiar el modelo actual de financiamiento que tienen las universidades.

La pandemia del Covid-19 cambió muchas cosas, una de ellas es la educación. ¿Se potenciará la educación virtual?

Si la pandemia no hubiera llegado no hubiésemos aumentado los cupos en las universidades. El Covid-19 impulsó la oferta virtual. Eso nos hace pensar que la inversión ya no debe ir demasiado a la infraestructura, sino en tecnología y en capacitación de profesores.

¿Qué está haciendo la Senescyt para solucionar el tema de los becarios?

Existe un reglamento que demanda la compensación de la beca. Esto significa que la Senescyt entregaba una beca y el estudiante debía regresar al país para compensar ese beneficio.

Esto produce distorsiones muy grandes. Hay personas que están por graduarse en las mejores universidades del mundo y a las que les ofrecen pagarles el doctorado. Pero, la Senescyt les dice: debes regresar a compensar la beca.

Estamos trabajando en la modificación de ese reglamento para que la compensación pueda hacerse en el país o en el extranjero. Por ejemplo, siendo profesor a distancia, con investigaciones o seminarios.

Otro problema que tenemos es el tema de los créditos educativos. Estamos buscando salidas para que los estudiantes que quieran pagar la totalidad del crédito no paguen los intereses. El actual mecanismo es perverso e injusto y por eso queremos alivianar el peso de este crédito.

Estamos a poco de un nuevo proceso de ingreso a las universidades. La Senescyt creó un nuevo examen. ¿Qué es lo que busca?


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