Se calcula que unas 750.000 personas de todo el país, además de turistas, tratarán de acceder a la capilla ardiente que se instalará en el Westminster Hall del Parlamento. El rey Carlos III y sus hijos, Guillermo y Enrique, caminarán detrás del féretro.
Miles de personas forman una fila en la orilla sur del río Támesis, en el centro de Londres, para acceder este miércoles a la capilla ardiente de Isabel II, que se instalará en el Westminster Hall del Parlamento y que permanecerá hasta el 19 de septiembre.
El rey Carlos III y sus hijos, Guillermo -heredero al trono- y Enrique, caminarán detrás del féretro de la soberana cuando empiece la procesión desde el palacio de Buckingham hasta la sede parlamentaria.
Una multitud de ciudadanos espera su turno para despedirse de la reina, ubicados, según la ruta oficial, en las inmediaciones del Parlamento, cruzando el puente de Lambeth y por la orilla sur del Támesis.
La fila alcanzaría ocho kilómetros, más allá de la Torre de Londres.
Se calcula que unas 750.000 personas llegadas de todo el país, además de turistas, tratarán de acceder a la capilla, que estará abierta hasta el lunes cuando se trasladará al féretro a la vecina abadía de Westminster, para celebrar un funeral de Estado.
El Ministerio de Cultura alertó que quienes quieran dar su último adiós a la soberana deberán soportar filas "muy largas", que implicarán "muchas horas" de pie, con "muy pocas oportunidades de sentarse", y que requerirá "posiblemente pasar la noche".
La reina yacerá en un catafalco cubierto con el estandarte real en el edificio más antiguo del complejo del Parlamento, velada por guardias y miembros de la familia real.
Los visitantes pasarán controles de seguridad como los de los aeropuertos y las restricciones limitan llevar pertenencias en un solo bolso pequeño.
Las estrictas reglas impiden guardar sitio a otras personas o hacer cola en nombre de otros, ya que se repartirán unas pulseras amarillas en la fila que deberá llevar todo aquel que desee entrar en la capilla ardiente.
Ropa adecuada para el variable tiempo de Londres, comida y bebida, móviles bien cargados y medicación básica son algunas de las cosas que el Gobierno recomienda llevar para esta peregrinación.
En el trayecto hallarán urinarios portátiles y algunos restaurantes alargarán su horario para alimentar a las masas.
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