En sus Marcas Listos Fuego
La vitrina de los humillados
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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¡Carajo! Es que resulta inevitable carajear ante tanto caradura que pulula como enjambre de moscas sobre la desvergüenza y la desmemoria. Y sin cariño y sin respeto, hoy les entregaré un espejo a los villanos, para ver si se logran ver de cuerpo entero.
Jorge Glas es fotografiado de naranja, enflaquecido, desencajado, en la nueva e inacabada Cárcel del Encuentro. Sí, es un trofeo.
Y no, no está bien que lo sea. Porque misericordia no podemos tener por un criminal, pero sí respeto hacia su humanidad. Glas debe purgar sus culpas, pero no por ello nos vamos a regocijar en su dolor. ¿Por qué? Porque eso nos convierte en correístas.
¿Pero de qué hablo? Pues lo hablo claro, de frente y sin miedo. ¿Listos?
¿Cómo se atreven a indignarse los correístas de la imagen de Jorge Glas humillado cuando ellos son los maestros, pioneros, jeques, emires y reyes de la humillación al prójimo? Es que escucharlos hablar de “humanidad” es como escuchar a Hitler hablar de igualdad racial. ¿No les duele la cara?
Es que son unos conchudos y mojigatos, ¿o es que ya se olvidaron que, durante 10 años, humillaron (en televisión nacional) a múltiples opositores políticos, activistas e incluso miembros de las fuerzas del orden?
Durante 10 años exhibieron a opositores políticos encadenados frente a las cámaras. Y hoy se atreven a ser mansos borreguitos.
A Galo Lara lo extraditaron de Panamá con un innovador espectáculo público. Al llegar a Quito, Lara bajó del avión policial esposado, con grilletes y vestido con el uniforme naranja de preso. Agentes de policía le obligaron a ponerse el traje naranja “como ofrenda política” para mostrar lo que le pasa a quien se atreve a denunciar la corrupción de Correa. ¿Ya se olvidaron?
Lara fue exhibido ante la prensa encadenado. Estas imágenes fueron difundidas por el Ministerio del Interior, de las que se jactaba José Serrano. Luego fue encarcelado por un delito que no cometió y declarado inocente, pero tras pasar más de 10 años en prisión, lugar donde también estuvo su pareja, Carolina Llanos, a quien le hicieron abortar. ¿Ya se olvidaron de eso? Miserables.
A Fernando Balda, tras secuestrarlo pagando a sicarios colombianos con dinero público, lo deportaron de Bogotá por “injuriar al régimen”. Su retorno forzado también fue publicitado: el Ministro del Interior, José Serrano, anunció orgulloso que Balda ya estaba tras las rejas en la Penitenciaría del Litoral cumpliendo su pena.
Una vez en Quito, Balda fue presentado como “prófugo capturado”, encadenado y con chaleco antibalas, reforzando la imagen de criminal peligroso. Además, sobre Balda pesó otro proceso por “atentar contra la seguridad del Estado”.
¿Ya te olvidaste de eso, Serrano, que hoy portas traje naranja porque en esta vida los matasanos siempre beben en cuchara de palo de su propia medicina?
Ya se olvidaron que Guadalupe Llori fue encarcelada por el correísmo y que el mismo Correa en cadena nacional la llamó “peor que la Mama Lucha, tan tontísima que no se puede hablar con ella”, ridiculizando su capacidad intelectual (aunque bueno, en esa parte coincido con Correa).
Pero recordemos la imagen de Llori esposada y custodiada en 2007 como símbolo temprano de la persecución a dirigentes opositores indígenas, exhibidos como criminales.
Y si quieren, sigo enlistando a todos los presos políticos encadenados, de naranja y humillados en televisión nacional: Mery Zamora, Pepe Acacho, Los 10 de Luluncoto, y un millón de etcéteras.
Pero sigo, porque no me callo. Porque quienes tenemos memoria no nos podemos morder la lengua.
Tras el 30S, el gobierno de Correa emprendió una “cacería” judicial masiva contra uniformados a quienes acusó de golpe de Estado. En ese proceso, varios oficiales fueron degradados públicamente y presentados como traidores. Aquí la lista:
1. Coronel César Carrión – Director del Hospital de Policía durante el 30S, fue acusado insólitamente de intentar asesinar a Correa (se alegó que habría cerrado intencionalmente la puerta del hospital para retenerlo). Durante el proceso sufrió humillaciones públicas: cuando su hija menor lo abrazó llorando tras una diligencia, Alexis Mera se burló del dolor de una niña.
2. Mayor Fidel Araujo – fue detenido pocos días después del 30S y se convirtió en el primer procesado de esa crisis, acusado de incitación a la rebelión. Araujo enfrentó un vía crucis judicial y mediático: en cada sabatina Correa lo mencionaba como el militar opositor que quiso “mandarlo a matar”.
3. Coronel Rolando Tapia – Exjefe de la Escolta Legislativa, acusado de “permitir” la entrada de manifestantes a la Asamblea el 30S. Tapia fue detenido en 2010 y sometido a un juicio militarizado. En una sabatina, Correa mostró imágenes de Tapia custodiado y humillado.
4. Policías obligados a desfilar: muchos otros fueron obligados a desfilar, encadenados y de naranja, frente a sus tropas. ¿Se acuerdan? ¿O de esto también se olvidaron?
Es que gente, publicitar a un preso como medio de humillación pública, no es un invento de Noboa, es un invento de Correa y de su clan, al igual que lo hizo el chavismo con Leopoldo López.
Durante 10 años utilizaron el dolor de los presos como trofeo político, dejando claro que quien se mete con la dignidad del correísmo vivirá un infierno.
Y si antes era monstruoso, hoy no tiene por qué dejar de serlo, pues, reitero, hasta un criminal de alto vuelo como Glas tiene derecho a ser tratado con humanidad, con la humanidad que él desconoció a sus detractores.
Humillar a Glas nos convierte en Glas. ¿Ya se vieron en el espejo?
Por eso yo apoyo a todos los ciudadanos de conciencia limpia que se indignan ante el dolor ajeno y la humillación de un preso. Ustedes tienen todo el derecho a levantar la voz.
Pero los correístas y aquellos que los idolatran, cierren la boca por favor, que no soporto el hedor.