ADN: el nuevo oficialismo se perfila a controlar la Asamblea con un grupo lleno de antiguos militantes de otros partidos
De las 66 curules que el movimiento Acción Democrática Nacional consiguió en la Asamblea para el periodo 2025-2029, el 42% corresponde exmilitantes de otras organizaciones políticas.

Diseño gráfico sobre la bancada que tendrá el movimiento ADN en la Asamblea 2025-2029 y su principal figura: Annabella Azin.
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PRIMICIAS / Diego Corrales
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Hasta agosto de 2023, el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) era desconocido en el país, ni siquiera existía oficialmente como organización política. Sin embargo, el debate presidencial en un contexto de crisis por el crimen del candidato Fernando Villavicencio, puso a Daniel Noboa en los ojos del electorado. En solo una semana, consiguió 14 asambleístas y allanó su camino a Carondelet.
Con Noboa en la Presidencia de la República, a la bancada oficialista se fueron sumando legisladores de otras tiendas políticas, hasta llegar a las 36 curules. Muchos de esos asambleístas que abandonaron sus tiendas políticas integraron las listas de candidatos de ADN para las elecciones legislativas 2025.
Con al auspicio de ADN, el 14 de mayo de 2025 llegan a la Asamblea Nacional 66 parlamentarios, el mismo número que el correísmo. Por lo que ambas fuerzas políticas pugnan por conseguir aliados y alcanzar la ansiada cifra de 77 curules, para formar mayoría.
Debido a la corta vida política del movimiento, apenas seis de ellos fueron previamente candidatos del oficialismo, que ahora consiguieron la reelección.
Pero 28 de los legisladores de ADN, el 42%, tiene un pasado partidista en otras organizaciones políticas: Partido Social Cristiano, Pachakutik, Unidad Popular, Revolución Ciudadana, Centro Democrático, Izquierda Democrática, AMIGO, Renovación Total, Creo y Avanza, o incluso fueron autoridades de otros gobiernos.
Por ejemplo, entre los ahora oficialistas está Éckener Recalde, quien llegó al Parlamento en 2021 por la Izquierda Democrática, pero se separó de la agrupación tras una denuncia en su contra por supuestos diezmos. En 2023, de la mano de ADN llegó a la segunda vicepresidencia del Legislativo.
Otro caso es el de la asambleísta reelecta Nathaly Morillo, persona de confianza de María Paula Romo en el gobierno de Lenin Moreno, que llegó a la Asamblea con Construye en 2023.
O el de Ferdinan Álvarez, quien llegó al Legislativo en 2021 y 2023 con la Revolución Ciudadana, pero dejó el correísmo tras un conflicto con Jorge Glas. Ambos pasaron a formar parte de las filas de ADN en el periodo pasado.
Técnicamente, la única nueva asambleísta que, aunque ha cambiado de camisetas, nunca ha cambiado de lista es la madre del presidente reelecto Daniel Noboa: Annabella Azin, quien debería presidir la sesión inaugural de este periodo legislativo, por ser la líder de la lista nacional más votada.
Azin fue diputada y asambleísta constituyente por el extinto PRIAN, partido de su esposo Álvaro Noboa, de quien fue compañera de fórmula presidencial en 2009 y 2013. Sin embargo, siempre fue candidata por la lista 7, casillero que actualmente ocupa el movimento de su hijo.
Otra novedad de la nueva bancada es que 28 de sus integrantes no tienen experiencia partidista o legislativa previa. No solo porque muchos de sus candidatos fueron primerizos en esta última contienda electoral, sino también porque ADN puso en sus listas a gente joven.
En algunos casos, incluso gente muy joven, como Dominique Serrano Molina, asambleísta por la circunscripción sur de Pichincha, que tiene apenas 19 años. Ocho miembros más de la bancada oficialista tienen 25 años o menos. Y otros ocho tienen menos de 30 años.
Esto porque los requisitos constitucionales para ser legislador en Ecuador son apenas tres: tener nacionalidad ecuatoriana, haber cumplido 18 años al momento de la inscripción de su candidatura y estar en goce de sus derechos políticos.
Esta nueva Asamblea deberá tramitar el segundo debate de una enmienda constitucional que busca, precisamente, modificar ese artículo para incluir como requisitos que los aspirantes a legisladores al menos acrediten "probidad notoria, experiencia, capacitación o formación justificada".
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