El voluble gabinete sigue siendo un problema para el presidente, pese a la reducción del Ejecutivo
Tras la derrota electoral, el presidente Daniel Noboa reacomodó su gabinete. Sin embargo, la mayoría fueron intercambios de despachos. Los ministerios de Gobierno y Salud se han vuelto los más inestables.

Imagen referencial de una reunión del gabinete ministerial del presidente Daniel Noboa en Guayaquil, el 12 de junio de 2025.
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Los últimos ajustes que hizo el presidente Daniel Noboa en su gabinete ministerial estuvieron cargados de rotaciones de puestos, más que de bienvenidas a nuevos perfiles. Y este 'remezón' en el Ejecutivo llegó solamente tras la derrota electoral en la consulta y referendo 2025.
Zaida Rovira dejó el Ministerio de Gobierno para regresar al de Desarrollo Humano; Harold Burbano saltó de este último al de Trabajo; el exministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, regresó como titular de Agricultura; y la vicepresidenta María José Pinto duplicará funciones, haciendo las veces de ministra de Salud.
En esta reconfiguración apenas hubo cuatro figuras 'nuevas': Carolina Lozano, en la Secretaría de Riesgos; Gilda Alcívar, en el Ministerio de Educación, Deporte y Cultura; la legisladora Nataly Morillo, en el Ministerio de Gobierno, después de que el radialista Álvaro Rosero declinara el cargo que ya había aceptado, tras la polémica que desató su selección, y el exjuez constitucional Enrique Herrería, sorpresivamente nombrado como el nuevo secretario jurídico de la Presidencia.
Estos enroques de funcionarios suceden pese a que el Gobierno redujo el tamaño del Ejecutivo y fusionó y eliminó varias entidades. Entre ellas, una decena de ministerios y secretarías. Sin embargo, la falta de perfiles en Acción Democrática Nacional (ADN) ha obligado al presidente Noboa a intercambiar 'fichas' entre instituciones e incluso entre funciones del Estado.
Esa falta de cuadros ha sido la tónica desde noviembre de 2023, cuando el Mandatario llegó a Carondelet por primera ocasión. Aunque en un inicio la gran deuda del Ejecutivo fueron las carteras del área de seguridad, con el paso de los meses, las más inestables han sido las de Gobierno y Salud Pública, seguidas temporalmente por la de Energía.
Contando con la aceptación de Rosero, que no llegó a concretarse, la cartera encargada de la gobernabilidad y de la relación con las otras funciones del Estado y niveles de gobierno, Noboa ha ofrecido ese cargo a siete personas. Por lo que ese Ministerio es el reflejo de la dificultad que tiene el Mandatario para cubrir los cargos del Ejecutivo.
Otro sector crítico para el oficialismo se ha vuelto el Ministerio de Salud, con una aguda crisis sin respuestas en los hospitales públicos, sin insumos, medicinas, especialistas y hasta sin alimentos.
Los ofrecimientos del presidente Noboa de modernizar el sistema de salud languidecen sin concretarse, y pese a la creación de un comité y a los constantes intentos de ejecutar numerosas contrataciones de emergencia, nada termina por zanjar el problema.
Es así que, tras la renuncia de su quinto ministro del área, el Mandatario encargó la institución a su Vicepresidenta, una empresaria del sector textil, que previamente ocupó la Secretaría Técnica de Desnutrición Infantil.
En su primer día a cargo del área de Salud, Pinto anunció el levantamiento de un "análisis profundo" de la situación de los hospitales, centros de salud y compras de medicinas. Algo que, al parecer, las administraciones anteriores no hicieron o no reportaron al cerrar funciones.
Mientras tanto, la cartera de Energía, fusionada ahora con la de Ambiente, encontró estabilidad con Inés Manzano, desde octubre de 2024. Sin embargo, ha estado llena de polémicas, como los cuestionados contratos por la crisis eléctrica, las emergencias ambientales por derrames de petróleo, las intenciones de expandir la explotación minera, entre otros cuestionamientos a su gestión.
Además, cabe recordar que en su primer periodo, Noboa tuvo una crisis constante dentro de Carondelet, que lo llevó a una batalla legal y administrativa con su anterior vicepresidenta, Verónica Abad, y que ocasionó que la reemplace en dos ocasiones. Por lo que, en apenas dos años, el Ejecutivo ha tenido cuatro segundas mandatarias.
La única diferencia con el gabinete de este segundo periodo es que, de momento, el Jefe de Estado ha recurrido solamente a un encargo (Salud) y ha incrementado radicalmente las delegaciones a su funcionario más multifacético, José Julio Neira, que ostenta 11 cargos públicos.
Previamente, aunque Noboa tampoco podía recurrir a su nuevo movimiento para escoger perfiles, los encargos fueron la regla. Entre los 36 ministerios, secretarías y servicios del gabinete de ese entonces, hubo 17 que estuvieron no tuvieron una autoridad definitiva durante más de 160 semanas.
En medio de ese inestable contexto, el Mandatario tiene solamente siete ministros que nunca han dejado de ser autoridades en el gabinete, incluso cuando sus gestiones también han sido cuestionadas, sea por falta de transparencia o por decisiones polémicas.
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