Las seis frases célebres de Rodrigo Borja, expresidente de Ecuador
"No hay justicia social sin libertad, ni libertad sin justicia social", repetía Rodrigo Borja, quien gobernó Ecuador entre 1988 y 1992.

Rodrigo Borja, expresidente de Ecuador, en una entrevista a la AFP en su casa en Quito.
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AFP
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Redacción Primicias
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Ecuador prepara este viernes, 19 de diciembre de 2025, funerales de Estado para el último adiós al expresidente Rodrigo Borja Cevallos, a quien desde todas las vertientes políticas se lo identifica como un estadista comprometido con la democracia, cuyo legado marcó una época en el país.
Borja Cevallos falleció en Quito a los 90 años de edad debido a complicaciones en su estado de salud, aunque las causas del deceso no se han dado a conocer.
El partido Izquierda Democrática, que fundó con recursos económicos limitados y con el que llegó al poder en 1998, lo llamó un "estadista a carta cabal".
Pero también es reconocido como uno de los grandes oradores del Ecuador, que dejó en la memoria nacional discursos y frases marcadas por un llamado a respetar la democracia y la justicia social, que tanto repetía.
"Ahora le toca al pueblo"
Borja sostenía que la “trinca” económica que había gobernado el país ya había tenido su oportunidad y la había desaprovechado. De allí que la campaña electoral de 1998 se construyó sobre un mensaje poderoso y esperanzador: “ahora le toca al pueblo”, una consigna que apelaba directamente a los sectores populares y trabajadores para unir fuerzas.
El expresidente planteaba "un liderazgo que no piense en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones".
"La política es el arte de la controversia"
Al asumir el poder, el 10 de agosto de 1988, Rodrigo Borja dejó en claro su visión sobre las Fuerzas Armadas: “La política es el arte de la controversia, mientras que la milicia es el arte de la disciplina”. Tras años de cuarteles politizados y luchas de poder, se comprometió a respetar las jerarquías militares y a no exigir a los soldados nada fuera de la ley, protegiendo así la integridad de la institución frente a la influencia de la política.
"La deuda social"
Frente a la asfixiante crisis económica de finales de los 80, reseña Teleamazonas, Borja llevó ante las Naciones Unidas un dilema que resonó en todo el Continente: "O atendemos las necesidades de nuestro pueblo o atendemos los compromisos con la deuda externa".
En sus discursos, denunció el "macabro juego de las tasas de interés" y priorizó la inversión en educación y salud, a lo que él llamó "deuda social", sobre las exigencias de la banca internacional, implementando hitos como la Campaña Nacional de Alfabetización.
"La paz es un bien universalmente indivisible"
"He pregonado siempre que la paz es un bien universalmente indivisible, que debemos sentirla vulnerada dondequiera que se atente contra ella", dijo Rodrigo Borja en un discurso pronunciado ante la Asamblea General de la ONU, el 30 de septiembre de 1991.
"Que terminen los indecorosos pactos políticos"
La última vez que se lo vio en una papeleta electoral fue en 1998, cuando quiso volver a Carondelet, pero se impuso Jamil Mahuad y quedó tercero en las votaciones.
"Que alguna vez en este país terminen los indecorosos pactos políticos, las transacciones de media noche, las alianzas inconfesables entre grupos y partidos que, porque no tienen fuerza autónoma para ir solos, prefieren ir mal acompañados".
"No hay justicia social sin libertad, ni libertad sin Justicia social"
"No queríamos la justicia social a cambio de la libertad, ni la libertad sin justicia social, sino estos dos valores fundamentales... reunidos y juntos al servicio del pueblo ecuatoriano". Así lo recalcó, en su discurso en 2016, cuando la ID regresó al registro electoral.

Más sobre su legado
Borja, quien gobernó entre 1988 y 1992, enfrentó el primer levantamiento indígena del país durante su mandato y entregó títulos de propiedad de alrededor de un millón de hectáreas a comunidades indígenas.
Su gobierno logró la desmovilización del grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo. "Salieron de la clandestinidad y entregaron las armas y volvieron a la vida pacífica", contó Borja, quien además fue diputado.
También promovió una campaña de alfabetización y la entrega de desayunos escolares.
El expresidente se alejó de la vida pública para escribir una enciclopedia política, que le llevó a trabajar "14 horas" diarias, según relató.
Fue boxeador, automovilista y amante del fútbol y el tenis. Fue encarcelado durante su época universitaria por oponerse al gobierno del mandatario José María Velasco Ibarra.
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