Los resultados electorales en la consulta y referéndum ponen a prueba el futuro del Gobierno y de ADN
El revés en la consulta popular no llevó a una crisis de gabinete, como tal. Los cambios son puntuales, el presidente Daniel Noboa nombró tres nuevos ministros y recicló a otros cuatro.

Imagen referencial de la última cita pública del gabinete de ministros del presidente Daniel Noboa, en Tena, el 17 de julio de 2025.
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La frenética propuesta de reformas constitucionales y consulta popular del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, no funcionó y el futuro de su proyecto político es una incógnita. Las cuatro preguntas que llegaron a las urnas le significaron un revés electoral y político, que evidencia un descontento en la mayoría de la población.
Esto deja al oficialismo frente a un escenario complejo, ya que pese a controlar el Ejecutivo y Legislativo, no ha podido cumplir sus promesas y se refugiaba en la falta de "herramientas" legales para justificar las continuas crisis, especialmente de seguridad y salud.
Y, como sucede cada vez que los gobiernos enfrentan un remezón, el anuncio de un nuevo rumbo, ajustes y cambios de representantes provocó expectativas en la ciudadanía, que aunque le había dado dos victorias presidenciales a Noboa, decidió frenar su consulta y referendo del 16 de noviembre.
Pero ese cambio no llegó. La Secretaría de Comunicación de la Presidencia mantiene la misma línea de mutismo sobre las acciones de las autoridades y este 18 de noviembre de 2025 se quedó sin vocera. Mientras que el Primer Mandatario viajó en silencio a Estados Unidos, sin informar sobre su cometido. Y el único anuncio oficial fue sobre un reacomodo del gabinete ministerial.
Zaida Rovira dejó el Ministerio de Gobierno para regresar al de Desarrollo Humano; Harold Burbano saltó del este último al de Trabajo; el exministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, regresa como titular de Agricultura; y la vicepresidenta María José Pinto hará las veces de ministra de Salud.
Hay tres figuras 'nuevas': el radialista Álvaro Rosero, en el Ministerio de Gobierno; Carolina Lozano, en la Secretaría de Riesgos; y Gilda Alcívar, en el Ministerio de Educación, Deporte y Cultura. Quedan por confirmar los próximos gobernadores y el presidente del Directorio del IESS, tras la salida del cuestionado Edgar Lama.
Estos enroques y la demora o negativa a presentar los perfiles de los nuevos fichajes dejan en evidencia una vez más la falta de cuadros que sufre el oficialismo. Desde sus inicios, en noviembre de 2023, el presidente Noboa tuvo problemas para completar los principales cargos del Ejecutivo y en ese arranque varios quedaron encargados, a la espera o en manos de funcionarios de otros gobiernos.
Esta carencia de figuras y también de personas de confianza ha hecho que el Mandatario recurra a delegaciones múltiples, como los once cargos que acumula José Julio Neira, inicialmente secretario de Integridad Pública.
Y bajo el argumento del secreto plan de eficiencia, que tampoco se dio a conocer como el antiguo plan fénix, el presidente Noboa recurrió a una 'reducción' del Ejecutivo, en la que eliminó y fusionó entidades, para pasar de 29 a 17 ministerios y secretarías.
Sin embargo, esto no ha facilitado la tarea de encontrar con funcionarios expertos en cada área. Por ejemplo, la delegación del Ministerio de Salud a la Segunda Mandataria se da después de cinco intentos fallidos, durante dos años de rotación de ministros y una creciente crisis en el sector.
Esto es además el reflejo de la situación del novel movimiento político Acción Democrática Nacional (ADN), que tuvo que recurrir a los camisetazos e incluso a adolescentes para completar las listas para las elecciones legislativas de febrero pasado. Y cuya bancada ha cometido errores legislativos que le han costado al Gobierno la inconstitucionalidad de leyes clave.
Esa carencia de cuadros políticos se ratificó cuando el Mandatario anunció que, en el caso de su propuesta de Asamblea Constituyente triunfara, recurriría a algunos asambleístas para terciar en esas nuevas elecciones, incluida su madre, Annabella Azin, que ha sido su principal capital electoral.
Además, Noboa se dedicó a lanzar invitaciones públicas a abogados, exjueces, exfiscales, militares en servicio pasivo y hasta comunicadores. Pero, con la negativa en la consulta popular, le ahorró a ADN la tarea de buscar aceleradamente nuevos candidatos para auspiciar.
No obstante, este escenario y la dificultad que tiene el Gobierno para encontrar nuevos funcionarios y militantes apuntan a una crítica debilidad del oficialismo, sea por su juventud o por la falta de una cantera de formación de figuras políticas.
Así, Noboa y su proyecto político se enfrentan a retos inmediatos de gestión, ejecutiva y legislativa, de gobernabilidad y de cumplir con las promesas que le hicieron en dos ocasiones al electorado. Y a mediano plazo, si no hay otra convocatoria a consulta o referendo, la prueba de fuego para la lista 7 serán las seccionales de 2027, donde se escogerán más de 5.600 autoridades locales.
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