Imbabura pierde millones por el paro convocado por la Conaie: la leche termina como abono en los campos
Los productores de de leche, textileros y agricultores denuncian que la paralización de actividades en la provincia y el bloqueo de vías ha golpeado su economía.

En la parroquia Quichinche, cantón Otavalo, un campesino usa la producción lechera como abono para sus cultivos. 30 de septiembre de 2025
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PRIMICIAS
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Nueve días de protestas han convertido a Imbabura en el epicentro del paro convocado por la Conaie tras la eliminación del subsidio al diésel. Ganaderos, agricultores y comerciantes denuncian pérdidas diarias, mientras en otras provincias las actividades productivas continúan con relativa normalidad.
En la parroquia Quichinche, cantón Otavalo, un productor que generaba 650 litros de leche diarios ahora usa parte de esa producción para fumigar el pasto. Dice que es la única salida frente a la imposibilidad de comercializarla por el bloqueo de las vías en Imbabura.
Otros ganaderos han optado por soluciones distintas, igualmente drásticas. En algunas haciendas la leche simplemente se bota porque no hay tanqueros que la recojan ni compradores que puedan llegar hasta las fincas.
La provincia de Imbabura vive un escenario distinto al del resto del país en el contexto del paro nacional. Mientras en otras jurisdicciones la producción agropecuaria y comercial continúa con relativa normalidad, aquí la paralización ha sido constante, con bloqueos que impiden la movilidad y el comercio.
Las familias reconocen que, aunque tratan de aprovechar parte de la producción para quesos artesanales o consumo propio, la mayor cantidad termina desperdiciada.
El productor de Quichinche que habló con PRIMICIAS bajo condición de anonimato, cuenta que en lugar de desecharla totalmente, decidió utilizarla como abono líquido para el pasto, aplicándola desde un tractor. La medida es desesperada, dice, y no compensa las pérdidas económicas acumuladas durante más de una semana.
Los productores ganaderos de la zona dicen que no existe posibilidad de transportar la leche hacia las plantas procesadoras porque los vehículos tanqueros no han podido circular.
La situación no se limita a la ganadería. Agricultores y textileros también denuncian que la paralización ha golpeado su economía.
Comerciantes de Antonio Ante se enfrentaron días atrás a manifestantes para exigir la reapertura de vías, pues aseguran que las pérdidas se incrementan cada día que no logran vender.
Otro reflejo de la parálisis es la Plaza de los Ponchos, uno de los íconos turísticos y comerciales de Otavalo. Habitualmente llena de visitantes y con decenas de locales abiertos, luce completamente vacía y con las estructura de concreto abandonadas.
De acuerdo con representantes de cámaras de la producción, las pérdidas en la provincia se cuentan en millones. El sector privado insiste en que la conflictividad social afecta la confianza y pone en riesgo empleos.
Los productores coinciden en que Imbabura está pagando un costo más alto que otras provincias. “En otras partes del país producen y venden; aquí solo perdemos”, resumió un comerciante en Otavalo.
Mientras tanto, en las comunidades de Imbabura la protesta se mantiene.
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