Entre el poder y la cárcel, ¿qué pasó con los líderes del Socialismo del Siglo XXI?
En 2005 comenzaron a multiplicarse los líderes del Socialismo del Siglo XXI en América Latina y algunos alcanzaron el poder. ¿Dónde están ahora y a quién le fue mejor en la lucha contra el capitalismo?

Retratos de Evo Morales, Rafael Correa, Néstor Kirchner y Lula da Silva.
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EFE
Autor:
Alejandro Ribadeneira
Actualizada:
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Definir al Socialismo del Siglo XXI puede ser complejo. El término lo inventó el sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan cuando imaginaba que, tras el colpaso de la Unión Soviética y la orientación de China hacia el capitalismo, la izquierda debía entrar en un nuevo "Modo de Producción del Socialismo del Siglo XXI". En otras palabras, había que crear la sociedad poscapitalista del futuro. Bravo.
El Socialismo del Siglo XXI se convirtió oficialmente en tendencia el 30 de enero de 2005, en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez asumió públicamente que el camino para su país y América Latina era el socialismo, y particularmente 'ese' que postulaba Dieterich.
Desde entonces, en torno a Chávez —y los recursos petroleros de Venezuela, que parecían infinitos— comenzaron a girar ciertos políticos latinoamericanos de izquierda progesista. Algunos llegaron al poder y se adhirieron al Socialismo del Siglo XXI, doctrina basada en dos estrategias claves:
- El desarrollismo nacionalista-regional
- La creación de una economía de equivalencias, es decir, lograr que el valor de los bienes y servicios se determine por la cantidad de trabajo y esfuerzo invertido en su producción, en lugar de basarse en la oferta y la demanda del mercado.
Un cuarto de siglo después, ¿qué pasó con los líderes que impulsaron el Socialismo de Siglo XXI, también llamado progresismo —término británico del siglo XIX—? ¿Lograron vencer realmente al capitalismo? Repasemos.
Hugo Chávez, Venezuela
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Curiosamente, el propio Heinz Dieterich Steffan consideró que Hugo Chávez, por su formación netamente militar, era teóricamente débil para entender los preceptos filosóficos y económicos del socialismo. Por eso, el alemán se desmarcó rápidamente de Chávez, quien llegó al poder en 1999 y aplicó reformas políticas y sociales, pero con un estilo autoritario sostenido en la excesiva dependencia del petróleo y que no pudo superar la falta de diversificación económica.
Esto, finalmente, contribuyó a una profunda crisis económica y social en Venezuela. Pero Chávez no vio personalmente todo el desastre que derivó en la migración venezolana, pues falleció de un cáncer colorrectal el 5 de marzo de 2013, a los 53 años. Su heredero, Nicolás Maduro, sigue en el poder, pero su imagen internacional está golpeada por el fraude electoral de 2024 y por su alianza con Irán.
Un seguidor del aspirante a la reelección en Venezuela, Nicolás Maduro, sostiene carteles con la imagen de Maduro (i) y del fallecido presidente, Hugo Chávez. 25 de julio de 2024EFE Evo Morales, Bolivia
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A Dieterich tampoco le entusiasmaba mucho Evo Morales, que gobernó Bolivia del 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019, cuando renunció en medio de una profunda crisis política, la cual persiste en ese país andino. El problema de Evo: estaba profundamente aferrado a los preceptos sociales de los pueblos aborígenes y campesinos, y por eso era imposible que superara la retórica y construyera, no solo el socialismo, sino una sociedad moderna.
Actualmente, Evo Morales, con 65 años, lucha por ser otra vez candidato presidencial pese a las prohibiciones legales de postularse y a que perdió el control de su movimiento, especialmente por sus casos de presuntos abuso y estupro. No obstante, aún tiene seguidores que han causado violentas protestas e incluso muertes.
Lula, Brasil
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Luiz Inácio Lula da Silva, con 79 años, disfruta de un nuevo período de poder, luego de haber sido presidente (2003-2011) y pasar por la cárcel debido a la operación anticorrupción Lava Jato. El 18 de mayo de 2020, la Justicia brasileña declaró inocente a Lula y el dirigente sindical y socialista pudo candidatizarse y ser elegido presidente de nuevo en 2022. Ideológicamente, Lula proviene del siglo XX y no ha respaldado impulsivamente a los líderes del Socialismo del Siglo XXI.
Por ejemplo, actualmente Brasil no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela. Además, presionó para que las FARC colombianas no participasen en las reunión del Foro de Sao Paulo. Y, aunque es amistoso con Rafael Correa, no apoya la teoría del fraude con tintas mágicas en Ecuador.
Asimismo, Brasil no se ha convertido en un país socialista, pese a que de todos modos Lula impulsa al BRICS (foro de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) como alternativa al capitalista G7, algo que molesta profundamente a Donald Trump.
El presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, en la ceremonia de anuncio de renovación de patrocinio del Gobierno Federal con el Comité Paralímpico Brasileño, 22 de mayo de 2025.EFE Rafael Correa, Ecuador
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Luego de 10 años en el poder (2007-2017), el líder de Revolución Ciudadana vive en calidad de prófugo de la justicia ecuatoriana en Bélgica, desde donde teledirige su movimiento y lucha por retener la enorme influencia que alcanzó en la política y la sociedad, que habla de algo llamado 'correísmo'.
Desde su salida del poder, varios de sus allegados han enfrentado procesos judiciales por corrupción y no logró que sus delfines ganen alguna elección presidencial, aunque RC ha logrado maniobrar desde la Asamblea Nacional y gobiernos locales. Poco a poco, su estrella se apaga y comienza a ser visto más como un referente para nostálgicos que como un político en activo.
También es evidente que Ecuador no se transformó en un país socialista, y de esto Dieterich (en 2011) echa la culpa al propio Correa, por rodearse de gente que no estaba dispuesta a dar ese paso. Por ejemplo, según cuenta Dieterich en aquella época, Correa estaba de acuerdo en formar un equipo de investigación internacional para identificar los valores de la economía ecuatoriana, como primer paso hacia la economía socialista. Eso nunca se concretó. La razón: esto supuestamente fue boicoteado por "el típico yuppie universitario liberal, colocado equivocadamente en un puesto estratégico del aparato de poder", como se refirió Dieterich al Ministro de Planificación, Fander Falconí.
Néstor Kirchner y esposa, Argentina
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Militante del peronismo e ideológicamente ubicado en la socialdemocracia, Kirchner gobernó entre 2003 y 2007. Se lo asocia con el Socialismo del Siglo XXI por las fuertes relaciones que estableció con Hugo Chávez y otras personlidades de la tendencia. Por eso, fue el Secretario general de la Unasur, pero murió intempestivamente en 2010 por un paro cardiorrespiratorio.
Su esposa Cristina Fernández gobernó entre 2007 y 2015, y la sucedió su partidario Alberto Fernández. Claro que Cristina se hizo elegir como vicepresidenta. Eso no evitó que comenzaran a brotar denuncias de corrupción contra los Kirchner, y la estatua que se erigió en honor a Néstor en la sede de la Unasur en Quito fue retirada.
En 2024, la irrupción del ultraliberal Javier Milei cambió el panorama político de Argentina y Cristina Fernández debió afrontar un juicio por corrupción. La sentencia: ir a la cárcel. Aunque sus partidarios amenazan con impedir esta orden judicial.
La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en un acto en Buenos Aires en 2023.EFE José 'Pepe' Mujica, Uruguay
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Guerrillero en los años 60 como parte de los Tupamaros, dejó de creer en la violencia política y se volvió demócrata. Gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, y le dio un rostro humano al Socialismo del Siglo XXI, que por ese entonces ya no contaba con los petrodólares de la primera década del siglo. Y eso le gustaba a Mujica, que predicaba contra el consumismo: "El peor problema para el capitalismo sería que dejáramos de comprar o compráramos muy poco. Y esto ha generado la cultura consumista que nos envuelve", escribió Mujica, antes de morir este año.
Mujica, que de joven fue un izquierdista guevarista, impulsó un gobierno 'woke' en lo social con la legalización de la marihuana, el aborto y el matrimonio igualitario, así como la implementación del Plan Juntos para la vivienda social. Pero Mujica, pese a esta cercanía con el progresismo cultural, estuvo lejos de vencer al capitalismo, no logró controlar la inflación y se fue del poder con el mayor déficit fiscal desde 2002.
No obstante, es el líder más respetado internacionalmente de los socialistas del siglo XXI, sobre todo porque predicó con el ejemplo: no se enriqueció en el poder y vivió con austeridad.
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