Así se rompió la relación entre Daniel Noboa y Pabel Muñoz ¿Dos años de amor y odio?
El Presidente y el Alcalde de Quito pasaron de la camaradería legislativa a una seguidilla de choques por deudas, seguridad, el servicio de agua potable, obras y ahora las Fiestas de Quito. Sus expresiones públicas revelan cómo se tensó una relación clave para la Capital.

Presidente Daniel Noboa junto al alcalde Pabel Muñoz en la tradicional Serenata Quiteña por las fiestas de fundación de la capital, 5 de diciembre de 2024.
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La relación entre el presidente Daniel Noboa y el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, es una historia que comenzó con cercanía y terminó marcada por reproches políticos, disputas administrativas y acusaciones de falta de coordinación. Esta especie de relación amor–odio se ha recrudecido de cara a las fiestas de fundación de Quito.
Ambos coincidieron como asambleístas y compartían espacios públicos con naturalidad, proyectando afinidad. Ese vínculo se mantuvo durante los primeros meses de gestión de Daniel Noboa en Carondelet.
En diciembre de 2023 estuvieron juntos en un recorrido por el Metro de Quito, en el que Daniel Noboa se comprometió públicamente a respaldar la ampliación de la obra hacia el norte. “Tenemos que hacerlo llegar hasta Calderón. El Metro de Quito sin una parada en Calderón está incompleto.”, dijo.
Era una amistad poco habitual, tomando en cuenta que el presidente es parte de Acción Democrática Nacional (ADN) y el alcalde de la capital a la Revolución Ciudadana (RC), dos 'familias' en disputa política e ideológica.
Pero la proximidad no tardó en sufrir grietas. El distanciamiento empezó oficialmente el 6 de abril de 2024, cuando Luisa González -derrotada en las urnas por Noboa- declaró a su movimiento, en "oposición frontal al Gobierno".
González pidió la renuncia al Presidente de la República por la detención del ex vicepresidente Jorge Glas en un asalto a la Embajada de México en Quito. Pabel Muñoz también estuvo presente en esa alocución como figura histórica del correísmo.
A pesar de eso, el 5 de diciembre de 2024, durante la tradicional Serenata Quiteña en Carondelet. Muñoz visitó el Palacio en el marco de las Fiestas de Quito y ambos departieron amistosamente.

Fue la última vez que se mostraron públicamente alineados. Sin embargo, el gesto fue efímero y, con el inicio de 2025, se confirmó su ruptura.
El inicio del fin de la relación
A inicios de 2025, Muñoz denunció retrasos en las transferencias del Gobierno hacia el Municipio de Quito y acusó que estos atrasos afectaban la planificación de obras clave.
En marzo de 2025 profundizaron las diferencias. La ministra Inés Manzano sugirió un supuesto sabotaje al sistema de agua potable Papallacta. "Pabel Muñoz, dígale a la gente que está haciendo sabotaje, que también sabemos de dónde son, que por favor eso no pueden hacer", dijo y la respuesta de Muñoz no tardó en llegar.
El contexto de esas declaraciones era un derrame de petróleo ocurrido días antes en Esmeraldas, que causó daño ambiental al agua de esa provincia.
El alcalde exigió que cualquier información sobre riesgos sea entregada directamente a la Fiscalía: “Si la ministra conoce información sensible, debe ponerla en conocimiento de la Fiscalía.”
El conflicto se intensificó con la retención de 14 trolebuses eléctricos por parte de la Aduana (Senae), lo que el alcalde calificó como un perjuicio directo para la movilidad de la ciudad. Finalmente las unidades fueron liberadas de aduana y puestas en operación.

En marzo, el alcalde insistió en que el Gobierno debía más de USD 120 millones a Quito, señalando que con esos recursos se podrían adquirir más unidades eléctricas.
El quiebre mayor se produjo en julio de 2025 con la rotura de la tubería del sistema Mica–Quito Sur, que dejó sin agua a seis parroquias del sur de la capital, afectando a alrededor de 400.000 personas. El Gobierno desplegó ayuda por su cuenta, mientras el Municipio ejecutó su propio plan de contingencia-
No hubo ninguna coordinación entre entidades y desde el Ejecutivo, la ministra de Ambiente, María Luisa Cruz, cuestionó supuestas fallas municipales.

A ello se sumaron discrepancias sobre el modelo de control de velocidad en Quito y la instalación de nuevos radares. Desde el Gobierno se cuestionaron contratos municipales y su ejecución, mientras el Municipio defendió sus procesos. La tensión aumentó con observaciones de Sercop a contrataciones municipales.
En septiembre de 2025, en pleno ingreso de los estudiantes a un nuevo año lectivo, hubo una nueva disputa entre Alcaldía y Gobierno, sobre la asignación de la tasa de seguridad que entrega a la Policía Nacional.
El ministro Reimberg cuestionó la gestión del alcalde y descargó contra el uso de los fondos públicos. El alcalde respondió: “¡Verifiquen otra cosa! No voy a permitir un monitoreo del Gobierno Nacional."
La consulta popular y un mensaje político al Gobierno
Tras el referéndum de noviembre de 2025, Muñoz interpretó el 'No' en varias preguntas como un rechazo a propuestas del Gobierno.

Esos comentarios tendrían su respuesta, el Gobierno, a través del Servicio de Contratación Pública (Sercop) fijó la mira en el municipio capitalino.
Esto dio paso al episodio más reciente, en pleno inicio de las Fiestas de Fundación de Quito. El Sercop paralizó varios procesos de contratación por supuestas falencias, lo que detuvo conciertos, ferias y eventos programados para las fiestas.
El organismo argumentó: “La ley es mandatoria, no selectiva ni con dedicatoria.” Muñoz lo calificó como un bloqueo político: “Si pretenden opacar a esta ciudad, responderemos con más alegría y más fuerza”
El lunes 24 de noviembre de 2025, el alcalde incluso advirtió que podría no saludar al Presidente en la Serenata Quiteña de 2025, asegurando que no hay obras estatales en la ciudad. También dispuso a la Secretaría de Cultura que, de no existir una respuesta del Sercop, se suspendan de manera inmediata todas esas actividades.

Así, la relación entre Noboa y Muñoz, que inició con gestos públicos de cooperación y promesas de trabajo conjunto, terminó en una confrontación constante.
Disputas por el agua, las transferencias económicas, la gestión de emergencias, las obras estratégicas y las festividades de la capital muestran cómo una alianza institucional se transformó en uno de los conflictos políticos más visibles del país.
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