El descontento hacia el Gobierno ecuatoriano arrasó en 16 provincias y terminó con la racha electoral de ADN
El descontento con la gestión del Gobierno pudo incluso más que el rechazo generalizado y creciente a los partidos y asambleístas. La única excepción fue Tungurahua, convertido en un nuevo bastión oficialista.

El presidente Daniel Noboa acompañó a su esposa, Lavinia Valbonesi, a votar el 16 de noviembre de 2025, en Guayaquil.
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EFE
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Después de la sorpresiva incursión política de Daniel Noboa en 2023, el mapa partidista ecuatoriano empezó a pintarse de morado, a una velocidad inusual. Pero no se trataba del respaldo a un proyecto político, sino a una opción que se presentó como una tercera vía, entre el correísmo y el resto.
El Mandatario dijo en sus dos posesiones que venía para romper los ciclos de la política y que su estilo resultaba "indescifrable" para la oposición. Inicialmente así fue, su juventud le favoreció para llegar a las nuevas generaciones de votantes, dominó las redes sociales, su vestimenta 'cool' y gafas oscuras (a las que sumó tatuajes) sacudieron el escenario partidista.
Pero ahora, casi dos años después de haber llegado al poder, los ecuatorianos demostraron que la popularidad presidencial y que el multitudinario apoyo del que el Gobierno se jactaba en sus videos y eventos no eran del todo reales. O, al menos, fueron fugaces.
El 16 de noviembre de 2025 la evidencia fue innegable y aplastante. La gestión del Ejecutivo no superó su evaluación en las urnas y lo que el presidente Noboa esperaba que fuera una celebración, se convirtió en un silencio incómodo.
La derrota en las cuatro preguntas de la consulta popular y referéndum 2025 frenaron las intenciones del Ejecutivo de incrementar el uso de la fuerza y de seguir moldeando el marco partidista, legislativo y jurídico del país.
La pregunta de enganche, la primera de la papeleta, fracasó, pese a que ofrecía una idealizada presencia militar de Estados Unidos en Ecuador, para luchar contra el crimen organizado y conseguir reducir los índices de violencia.
A excepción de Tungurahua, 23 provincias le dijeron al Mandatario que rechazaban esas intenciones de instalar bases extranjeras en sus territorios. Manabí y Santa Elena, donde Noboa había mantenido visitas con la secretaria de Seguridad Nacional estadunidense, Kristi Noem, estuvieron entre las que más se opusieron.
El mismo escenario se repitió en la otra pregunta vital para los planes a largo plazo del Gobierno: la convocatoria a una Asamblea Constituyente, para reemplazar la Constitución de Montecristi. Esto bajo el capcioso argumento de que su texto beneficia a los delincuentes.
Pero el discurso no surtió efecto y el planteamiento terminó alejando al Presidente del aún fuerte voto anticorreísta, que rechaza la posibilidad de otra Carta Política coyuntural o a medida.
Las otras dos preguntas tuvieron desenlaces menos tajantes, que reflejaron el malestar de la ciudadanía con los partidos políticos y sus representantes en la Asamblea Nacional, incluido el oficialismo, que desde hace seis meses controla la Función Legislativa.
La intención de eliminar el Fondo Partidario Permanente, que reciben de manera anual ciertas organizaciones políticas nacionales, solo convenció a la mayoría de votantes en cuatro provincias: Tungurahua, Loja, Pastaza y Galápagos.
Y la propuesta de reducir a menos de la mitad el número de legisladores fue la que tuvo el resultado más apretado, aunque con más de 600.000 votos de diferencia. Esto debido a que Tungurahua, Loja, Galápagos, Zamora, Chimborazo, Pastaza, Napo y Pichincha respaldaron mayoritariamente el 'Sí'.
Con este nuevo mapa electoral, Sucumbíos se consolida como la principal provincia de oposición al oficialismo. El 'No' venció con resultados entre el 66% y 73%. Es la circunscripción en la que Noboa siempre ha conseguido votaciones bajas. Especialmente en sus consultas y referendos.
En esta ocasión le dio la peor votación en tres de las cuatro preguntas, seguida de cerca por Manabí, considerado todavía el último bastión del correísmo. La única propuesta en la que intercambiaron lugares fue sobre la reducción de legisladores.
En esa lista de provincias, con una visión negativa del Gobierno, están también Imbabura (epicentro del último paro), Orellana, Cotopaxi, Santa Elena y Los Ríos. Sin embargo, ni siquiera en las elecciones generales el Mandatario ha obtenido la mayor votación en estas circunscripciones. Solo lo consiguió en Santa Elena en la primera vuelta de 2023, con el 33%.
A la vez, esta votación revela que Tungurahua se consolida como el único bastión de ADN, que ha ido creciendo en respaldo electoral a Noboa desde 2023. Le dio la mayor votación en las primeras vueltas de 2023 y 2025 y en las consultas y referendos de 2024 y 2025. Esta ocasión, el respaldo al Gobierno bordeó entre el 52% y 64%.
Le siguen en apoyo Pastaza y Loja, donde ganó el 'Sí' en dos preguntas y perdió por poco en otras dos, donde ha ido ganando terreno desde 2023.
La buena racha electoral se diluye
Los resultados negativos de la consulta popular y referéndum 2025 obligan ahora a Acción Democrática Nacional (ADN) a revisar sus actuaciones, sus discursos y, principalmente, a sus representantes.
La votación pone contra las cuerdas a un Gobierno que ha utilizado como principales herramientas la propaganda, la fuerza pública y los vacíos o enredos legales. La consulta llegó justamente como una respuesta a los obstáculos que el Ejecutivo no pudo solucionar de esa forma.
Pero la ciudadanía frenó esas intenciones, pese al optimismo del presidente Noboa y sus funcionarios, que se vieron triunfantes debido a la racha electoral que venía creciendo desde su incursión en el tablero electoral nacional, en agosto de 2023.
En esa primera contienda nacional, Noboa consiguió vencer sorpresivamente en siete provincias, después del asesinato de Fernando Villavicencio y un tropezado debate presidencial entre los demás candidatos que le dio un empujón.
En ese entonces su mayor votación fue de 36% en Tungurahua, un logro para un candidato debutante. En la segunda vuelta captó el voto anticorreísta y llegó al poder en noviembre de 2023. Ya desde la tarima del poder, logró aprobar nueve de 11 preguntas de consulta y referendo de 2024.
Fue una victoria agridulce, donde arrasó en las preguntas de seguridad con respaldos de entre el 72% y el 83%. Especialmente en Tungurahua y Galápagos. Pero sus propuestas económicas se quedaron, con negativas que alcanzaron hasta el 82%, con los porcentajes más altos en Sucumbíos, Manabí y Orellana.
Pero ese resbalón se olvidó rápidamente después de la primera vuelta de 2025, donde Noboa se ratificó como primera opción para ocupar la Presidencia, nuevamente en una elección marcada por el correísmo y anticorreísmo, que concentraron los resultados.
En un casi empate en primera vuelta, Noboa venció a Luisa González en 14 provincias y en ocho de ellas consiguió entre el 52% y 61% de votos. En la segunda vuelta el remate fue holgado, pese a las denuncias del correísmo de un supuesto fraude electoral que nunca tuvo argumentos sólidos.
Esa racha electoral incluso le ayudó a conseguir una numerosa bancada en la Asamblea Nacional, que al sumar aliados logró el control absoluto de la Función Legislativa. Esta derrota electoral podría marcar el futuro de la agrupación la siguiente vez que llegue a las urnas.
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