Ya sabía el mundo que Daniel Ortega, el dictador de Nicaragua, es un tirano corrupto que quiere quedarse para siempre en el poder a punta de fraudes electorales.
En las elecciones de 2021 metió a la cárcel, con los pretextos más grotescos, a todos los candidatos opositores. Lo que nadie esperaba es que, en su delirio, este socialista del Siglo XXI ordenara el cierre de la Academia de la Lengua, en la tierra de Rubén Darío.
Jorge Ortiz analiza en esta nueva video columna las implicaciones para la cultura y la sociedad nicaragüenses del cierre de la Academia.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
Firmas
La aporofobia es una de las peores enemigas de la paz
El gobierno debería aliviar la situación de las personas pobres no solo por cuestiones morales, sino para proteger al país de otros conflictos.
Firmas
El rostro de una niña indígena
Pienso en las niñas que se convirtieron en mujeres luchadoras: Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Nemonte Nenquimo. No hay paz sin justicia social.