Ecuador quedó envuelto en una tormenta diplomática. El asalto de sus fuerzas de seguridad a la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas ha generado rechazo internacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador rompió relaciones diplomáticas con Ecuador, al igual que Nicaragua. El secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró "alarmado" por el impactante operativo, sin antecedentes cercanos en el mundo.
Gobiernos de izquierda de la región, como los de Brasil, Colombia, Venezuela y Chile, al igual que algunos de derecha, como los de Argentina, Uruguay y Perú, condenaron el asalto que culminó con la detención por la fuerza de Glas, requerido por la justicia de su país por cargos de corrupción.
La Organización de los Estados Americanos calificó las acciones de Ecuador como "improcedentes" y expresó "solidaridad" con la delegación mexicana.
La Unión Europea también condenó el asalto el domingo, y destacó que "la protección de la integridad de las misiones diplomáticas y de su personal es fundamental para preservar la estabilidad y el orden internacional".
