Mal uso de puertas en el Metro de Quito causó 200 fallas en su primer año de operación
La mayoría de incidentes ocurren en horas pico en el sur de la ciudad. Las autoridades piden colaboración ciudadana para evitar más demoras en el sistema de transporte.

Usuarios del Metro de Quito en hora pico de su funcionamiento, en sentido sur-norte, el 22 de mayo de 2025.
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Durante su primer año de operación, el Metro de Quito registró aproximadamente 200 incidencias relacionadas con el mal uso de las puertas de los trenes. La principal molestia que ronda a la operación del proyecto más caro en la historia de la capital.
La cifra revela un patrón de comportamiento ciudadano que está teniendo un impacto directo en la continuidad y seguridad del servicio.
Diego Mosquera, coordinador de mantenimiento del sistema, dijo que estos incidentes, en su mayoría, han ocurrido en las estaciones del tramo sur en sentido sur-norte, y principalmente durante las horas pico de la mañana.
La causa común: usuarios que obstruyen el cierre de las puertas, ya sea apoyándose sobre ellas o presionando los mecanismos de apertura y cierre.
“El sistema está diseñado para detener el tren si las puertas no cierran correctamente. Cuando esto ocurre, por seguridad, debemos retirar la unidad de circulación y enviarla a mantenimiento”
Diego Mosquera, coordinador de mantenimiento del Metro de Quito.
El procedimiento genera demoras que van desde cuatro hasta quince minutos, dependiendo del tipo de daño. Si la falla es mayor, el tren se traslada al taller donde recibe atención de la empresa CAF, fabricante de los trenes y a cargo de los mantenimientos.
Más usuarios, más novedades
La experiencia no es exclusiva de Quito. En su primer año, la línea 2 del Metro de Panamá registró cerca de 400 fallas similares. Sin embargo, el caso quiteño se vuelve preocupante por su frecuencia y localización recurrente.
La situación se agrava con un aumento sostenido de la demanda. A inicios del servicio, el Metro movilizaba alrededor de 120.000 usuarios diarios, pero en mayo se alcanzaron picos de hasta 225.000 pasajeros en un solo día. Según Mosquera, este incremento natural en la demanda también eleva el riesgo de fallas técnicas.
Además, desde el mes de abril se ha reportado un crecimiento del 10% en la cantidad de usuarios respecto a marzo, lo cual, en opinión del equipo técnico, explica el repunte de problemas en las últimas semanas.
Las alertas de seguridad y la necesidad de cultura ciudadana
Las puertas están equipadas con sensores que detectan cualquier obstrucción. Si estas no se cierran adecuadamente, se activa una alarma y el tren no puede avanzar. Este sistema de seguridad, aunque indispensable, también significa que cualquier manipulación indebida detiene la operación y afecta al resto de pasajeros.

Ante esta situación, el Metro de Quito inició una campaña educativa. Michell Jiménez, guía educativa del sistema, explicó que parte de su trabajo es crear conciencia sobre el uso correcto del sistema y las normas establecidas en el reglamento del usuario.
“Les explicamos a los usuarios que al apoyarse en las puertas o presionar botones innecesariamente, generan retrasos que afectan a todos. Algunos ya lo entienden, pero todavía hay mucho por hacer”
Michell Jiménez, guía educativa del Metro de Quito.
La voz del usuario: "La incertidumbre es una molestia diaria"
Diana, usuaria habitual del Metro, viaja todas las mañanas desde Quitumbe hasta Iñaquito para llegar a su trabajo. Aunque valora el servicio por su rapidez y comodidad en comparación con los buses tradicionales, las demoras recientes ya le han causado problemas laborales.
“El Metro sí es una gran ayuda, pero la incertidumbre de volver a atrasarme es una molestia cada mañana”,
Diana, usuaria del Metro de Quito.
Ella forma parte del grupo de usuarios que espera mejoras no solo en el aspecto técnico, sino también en el comportamiento colectivo dentro del sistema.
Desde la administración del Metro de Quito, el mensaje es claro: el sistema solo puede funcionar con la colaboración activa de los usuarios. “El Metro es de todos y el mal uso de las puertas no solo daña los trenes, sino que impide que miles de personas lleguen a tiempo a sus destinos”, concluyó Mosquera.
La empresa también anunció que, desde el 1 de junio, los usuarios deberán abrir las puertas de manera manual, durante los horarios de baja demanda o más conocidos como hora valle.
Desde las 10:00 hasta las 17:00 y desde las 20:00 hasta el cierre de las operaciones, serán los pasajeros los que deberán oprimir el botón amarillo para que se abran las puertas en estación.
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