En los dos años del gobierno de Daniel Noboa han ocurrido 15.561 asesinatos, uno cada 66 minutos
El 23 de noviembre de 2025, el presidente Daniel Noboa cumple dos años en el cargo. En este tiempo, la seguridad se ha convertido en su principal reto y las medidas tomadas se evidencian insuficientes. En este período se han cometido en Ecuador un promedio de 22 asesinatos por día.

El presidente Daniel Noboa en una ceremonia militar en Quito, el 27 de octubre de 2025.
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AFP
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El 1 de enero de 2024, mientras el país intentaba celebrar el Año Nuevo, se desató una ola criminal sin precedentes que dejó 64 asesinatos en 24 horas, convirtiéndose en el día más violento del gobierno de Daniel Noboa y el cuarto más violento de la historia del país.
En Durán (Guayas), sicarios irrumpieron en una vivienda del sector Abel Gilbert Pontón y acribillaron a cinco hombres que celebraban en la acera; las ráfagas de fusil silenciaron el festejo y dejaron una escena de terror que marcó el inicio del año en la Costa
La violencia se replicó casi simultáneamente en el norte del país. En Esmeraldas, un comando de hombres armados vestidos con uniformes similares a los de la Policía Nacional ejecutó otra masacre que dejó al menos cinco víctimas mortales.
En términos de violencia, ese 1 de enero de 2024 solo ha sido superado por el 28 de septiembre de 2021 (129 muertes), el 23 de febrero de 2021 (85 muertes) y el 12 de noviembre de 2021 (71 muertes).
Sin embargo, existe una diferencia: las tres fechas anteriores corresponden a masacres carcelarias ocurridas dentro de los muros de las prisiones; mientras que el 1 de enero de 2024, la matanza ocurrió en las calles y barrios del país.
Desde aquel violento inicio de año hasta noviembre de 2025, la tendencia no ha dado tregua.
Desde el inicio de la administración de Daniel Noboa, el 23 de noviembre de 2023 y el 31 de octubre de 2025, Ecuador ha contabilizado un total de 15.561 asesinatos. La cifra revela una realidad: la estrategia de seguridad, marcada por estados de excepción y la militarización, no ha logrado contener la violencia criminal.
Las estadísticas evidencian un país en alerta roja permanente. Durante estos dos años, el promedio de violencia es de 22 homicidios diarios. Es decir, en el Ecuador de Daniel Noboa se comete un asesinato cada 66 minutos.
Además, los datos revelan otro patrón alarmante: los días de descanso y feriado se han transformado en focos críticos de violencia.
El 10 de agosto de 2025, por ejemplo, durante el feriado por la Independencia se cometieron 58 asesinatos. La tragedia se repitió el 11 de mayo de 2025; en plena celebración del Día de la Madre, el país registró otros 50 crímenes.
Una contención efímera y la tasa disparada
Tras las cifras de enero, 2024 arrancó con lo que fue el peor inicio de año de la historia nacional, en materia de seguridad. En nueve días fueron asesinadas 247 personas.
Por eso, el 8 de enero se declaró estado de excepción en todo el país. En simultáneo, las cárceles -que habían sido el principal foco de violencia desde el Gobierno de Lenín Morerno- se volvieron a complicar. Decenas de agentes penitenciarios fueron secuestrados en las prisiones y Adolfo Macías, alias 'Fito', principal cabecilla de Los Choneros, huyó de la Cárcel Regional.
El parteaguas ocurrió el 9 de enero de 2024. Pasado el mediodía, un grupo armado, atribuido a Los Tiguerones, ingresó a la sede del canal TC Televisión, en Guayaquil, secuestró por minutos al personal de la estación y amenazaba con provocar una explosión.
Esa tarde, el Presidente firmó el decreto ejecutivo 111 y declaró la existencia de un conflicto armado interno. Ordenó la movilización militar hacia las calles y ubicó a 22 bandas criminales, a las que calificó como terroristas y como el objetivo de esa guerra.
El efecto fue inmediato. En los siguientes días a la declaratoria hubo 93 asesinatos, la reducción fue del 63% y la contención de la violencia se profundizó al siguiente mes. En febrero hubo 389 crímenes, convirtiéndose en el mes más pacífico desde abril de 2022.
Sin embargo, la reducción no pudo convertirse en tendencia. En marzo de 2024, las muertes violentas empezaron a subir nuevamente, al punto que en mayo de 2025 hubo 934 muertes violentas. Ese ha sido el mes más violento de la historia de Ecuador.
Con el incremento que se registró desde marzo de 2024, ese año cerró con una tasa de 38,8 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, una reducción frente al récord histórico de 47,25 registrado en 2023, lo que fue destacado por el régimen de Noboa.
Sin embargo, la cifra de 2024 seguía siendo alarmante: se consolidó como el segundo año más violento en la historia del país.
Para 2025, la situación se volvió crítica. Entre enero y octubre se registraron 7.553 homicidios intencionales, lo que arroja un promedio de 25 asesinatos diarios. Si esta tendencia se mantiene en el cierre del año, Ecuador alcanzaría las 9.069 muertes y una tasa de 50,01 por cada 100.000 habitantes.
Este escenario convertiría al 2025 en el año más sangriento de la historia nacional y posicionaría a Ecuador como el país más violento de Latinoamérica, una región que ya es considerada la más insegura del mundo.
El perfil de las víctimas
Según los datos detallados de los homicidios intencionales cometidos durante el gobierno de Daniel Noboa, se determina que la violencia tiene un epicentro geográfico, sobre todo, en la Costa.
Al analizar la distribución por provincias, Guayas encabeza la lista con 7.109 muertes violentas, lo que representa el 45,7% del total de crímenes cometidos durante los últimos dos años. Le sigue Manabí, que registra 2.059 víctimas; aunque la diferencia es notable frente al primer lugar, esta provincia concentra el 13,2% de los casos a escala nacional.
En cuanto al género de las víctimas, la guerra narcodelictiva golpea mayoritariamente a los hombres. Las estadísticas muestran que 14.253 varones fueron asesinados, abarcando el 91,6% de la totalidad de los homicidios en este período. Las mujeres representan representan el 7,9% de las muertes, con 1.231 casos.
Además, se evidencia que la población joven es el blanco principal de los sicarios. El grupo etario más castigado es el de adultos jóvenes de entre 25 y 34 años, con 5.482 víctimas, lo que constituye el 35,2% del total de asesinatos. El segundo segmento es el de 18 a 24 años, con 3.452 crímenes, representando el 22,2%.
La violencia tampoco discrimina a la niñez y adolescencia, dejando una estela de 940 menores de edad asesinados durante este periodo. El grupo de adolescentes de 12 a 17 años es el más golpeado en este segmento vulnerable, con 853 víctimas. También se cometieron 87 crímenes contra niños de menos de 11 años.
El tipo de arma utilizada en las muertes violentas confirma la proliferación del tráfico ilegal de armas. Las pistolas son, por mucho, el instrumento más empleado para matar: fueron utilizadas en 9.846 crímenes, es decir, en el 63,3% de los hechos.
Al revisar la nacionalidad, la inmensa mayoría de los fallecidos son ecuatorianos. Las víctimas de nacionalidad ecuatoriana suman 14.254, lo que representa el 91,6% del universo de crímenes analizados durante el período señalado. Los ciudadanos de nacionalidad venezolana ocupan el segundo lugar con 305 asesinatos; una cifra que equivale al 2% del total.
Finalmente, las motivaciones detrás de estas muertes apuntan a la violencia selectiva y la disputa de mercados ilegales. La categoría clasificada como amenaza, que suele vincularse a muertes por encargo o advertencias previas, lidera los registros con 9.332 casos, abarcando el 60% de los homicidios.
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