Ecuador es el país que suma más asesinatos de narcos balcánicos en Sudamérica, con el 36% de los crímenes
Desde 2017, siete hombres vinculados a las mafias de los Balcanes han sido asesinados en Ecuador, el mayor número registrado en toda Sudamérica. 400 personas de ese origen permanecen en el país.

Los albaneses Drixtan Rexhepi, Dritan Gijka, Adriatik Tresa en una foto composición. Son algunos de los rostros de los 'carteles balcánicos' operando en Ecuador
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PRIMICIAS
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Redacción primicias
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En los últimos 15 años, al menos 19 ciudadanos originarios de los Balcanes Occidentales, y vinculados al narcotráfico, han sido asesinados en Sudamérica, según un informe de la Iniciativa Global Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI-TOC) con sede en Ginebra. Siete de esas muertes ocurrieron en Ecuador, todas en la provincia de Guayas, en tres cantones del área metropolitana de Guayaquil.
De hecho, Ecuador registra el mayor número de estos asesinatos en toda América del Sur, lo que representa el 36,84% del total regional de los ataques y lo que ubica a Guayaquil como uno de los principales puntos de operación en el continente para los emisarios del crimen organizado balcánico.
La cifra es el síntoma de una red profunda y compleja, que opera en el país bajo la figura de la mafia albanesa y de redes balcánicas del narcotráfico (con ciudadanos de Albania, Serbia, Kosovo, Montenegro y Croacia vinculados al narco, entre los asesinados en Guayaquil, Samborondón y Daule).
Estas mafias balcánicas han afianzado una estructura criminal transcontinental, aprovechando la posición estratégica de Ecuador -entre Colombia y Perú, los dos mayores productores de cocaína- y su acceso portuario al mercado europeo, de acuerdo al informe Redes de Cocaína, Vínculos entre los Balcanes Occidentales y Sudamérica de la GI-TOC.
El estudio de la Iniciativa Global revela cómo estas redes de los Balcanes -que anualmente blanquean unos USD 3.500 millones a través del sistema financiero de Ecuador- operan en el país gracias a la figura de mensajeros, emisarios y empresarios.
Estos son los tres rostros del narco balcánico:
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El mensajero o el agente independiente
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Los "mensajeros" son independientes y pueden trabajar con múltiples organizaciones. Dritan Rexhepi, ciudadano albanés, representa un caso paradigmático, según la GI-TOC. Convirtió a pequeños traficantes ecuatorianos en poderosos intermediarios de los grupos criminales de los Balcanes, que dependían de las bandas locales para obtener cocaína a un precio favorable y para la logística de su transporte hacia Europa. Escapó de cárceles en Albania, Italia y Bélgica, y se refugió en Ecuador en 2012. Fue detenido en Guayaquil en 2014 por tráfico de cocaína, pero desde la cárcel tejió alianzas con bandas locales, operó como agente independiente, como uno de los líderes e intermediario de la red albanesa Kompania Bello, y organizó envíos desde su celda. En 2021 se fugó nuevamente, de su arresto domiciliario en Guayaquil. Fue recapturado en Turquía en 2023 y extraditado a Albania en enero de 2025.
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El emisario, coordinador y garante en territorio
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Los grupos balcánicos cuentan con emisarios que operan a su nombre. Suelen casarse con mujeres locales. En Ecuador, este tipo de representantes actúa como garantes para que la segunda mitad del pago comprometido a las bandas ecuatorianas se pague apenas la droga llegue a Europa. La ausencia de antecedentes penales es un criterio clave para la selección de los emisarios, pero se han dado casos en los que han desobedecido órdenes, han surgido problemas con envíos o se han presentado desacuerdos debido a la gran cantidad de dinero que manejan. Milan Milovać, conocido como Cigla, croata asesinado en Guayaquil a fines de 2020, era emisario del capo serbio-montenegrino Darko Šarić. Pero comenzó a actuar independientemente, lo que sus superiores consideraron una traición.
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Empresarios con negocios fachada y contactos políticos
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Las mafias balcánicas operan con ayuda de compatriotas que aparentan negocios legales, convertidas en empresas fachada para el narcotráfico y el lavado de activos. Entre ellos se cuenta a Adriatik Tresa, albanés naturalizado ecuatoriano, que llegó a Ecuador en 2011 y abrió empresas en el sector farmacéutico y la carpintería. Fue asesinado en 2020 por falsos policías que fingieron un allanamiento en su casa de Guayaquil, debido a su presunta participación en crímenes de otros albaneses. Mientras que Drita Gjika, albanés que residió por casi una década en Ecuador, lideró una red que exportaba cuatro toneladas de cocaína al mes a Europa, usando empresas frutícolas ecuatorianas. Él fundó 12 empresas junto a Rubén Cherres, asesinado en 2023 y vinculado con Danilo Carrera, cuñado del expresidente Guillermo Lasso. Gjika fue capturado el 26 de mayo de 2025 en los Emiratos Árabes Unidos.
Desembarco silencioso tras TLC con Europa
Los grupos balcánicos dependen de las bandas criminales ecuatorianas (a menudo organizaciones rivales como Los Lobos, Choneros y Tiguerones) para acopiar, transportar y proteger los cargamentos de droga en su ruta a los puertos marítimos de Ecuador.
Las redes europeas ofrecen mejores condiciones que mexicanos o colombianos al subcontratar servicios de encadenamiento logístico -o incluso incorporan a socios ecuatorianos a sus “proyectos”-, y esto genera pugnas locales sobre quién garantiza el "servicio" a los europeos, lo que ha contribuido a pugnas sangrientas y al aumento de la violencia en Ecuador, según GI-TOC.
Estas mafias no buscan control territorial y mantienen una política de no confrontación por lo que la mayoría de asesinatos de ciudadanos de ese origen en Ecuador se atribuyen a disputas internas entre los propios grupos balcánicos, más que a conflictos con actores ecuatorianos. “Los criminales balcánicos suelen recurrir a sicarios locales para eliminar a sus socios problemáticos”.
El Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO) emitió el 17 de junio de 2025 un nuevo boletín informativo sobre estas redes balcánicas, que ingresaron al mercado internacional de drogas hace 20 años y que "actualmente dominan el tráfico internacional de cocaína".
Los crímenes de ciudadanos balcánicos relacionados al narcotráfico en Ecuador iniciaron en 2017, cuando se incrementaron las exportaciones no petroleras de Ecuador, especialmente de banano, tras la entrada en vigencia del tratado de comercio con la Unión Europea, anota OECO.
“Entre 2012 a 2024 ingresaron 5.536 personas desde los Balcanes a Ecuador. El 80% fueron hombres de entre 20 y 40 años. Con un saldo migratorio positivo, se estima que 400 personas de dicho origen permanecen en el país”, agrega el informe.
Una caracterización del OECO:
- Los grupos con fines criminales conocidos como la ‘mafia albanesa’ o los ‘cárteles balcánicos’ surgieron en los 80 tras la crisis económica y la corrupción en los Balcanes (Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia y Montenegro). Son redes descentralizadas de clanes familiares o étnicos, con una identidad grupal.
- Los liderazgos son horizontales con la ‘hermandad’ y la solidaridad como la norma. Cada clan se compone de 3 a 15 miembros, que representan a su unidad criminal en una red más amplia.
- Aunque no buscan control territorial y participan con grupos criminales ecuatorianos en el mercado del narcotráfico, el Observatorio registra que redes balcánicas se aliaron con ‘Los Choneros’ en la cárcel de Latacunga, “intensificando la disputa por el control del transporte de cocaína”.
- Estas mafias construyeron vínculos con diplomáticos albaneses, policías y jueces ecuatorianos para obtener beneficios carcelarios y favores judiciales. “La élite política local y empresarial ha invertido en empresas bananeras y apoyado empresas fachada de ciudadanos albaneses”, apunta Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.
- Las alianzas de cuello gris de estas redes europeas incluyen la utilización de funcionarios públicos para emitir documentos falsos (pasaportes, documentos de viaje o propiedad). También sobornan a fuerzas del orden, financian campañas políticas, “son cercanos a altos funcionarios de gobierno y, junto con empresarios, operan sistemáticamente para el lavado de activos, a cambio de beneficios económicos y licitaciones con el Estado”.
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