Cómo obtener la carta de invitación para la visa a España: guía para ecuatorianos
La carta de invitación es uno de los requisitos que los ecuatorianos que tienen familiares o amigos, nacionalizados o residentes en España, pueden presentar al momento de solicitar la visa.

Foto referencial. La carta de invitación es uno de los posibles requistos para tramitar una visa a España
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PRIMICIAS
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Los ecuatorianos siguen teniendo las puertas de Europa cerradas. Lo mismo ocurre con ciudadanos de Bolivia, República Dominicana y Cuba. Aunque Ecuador cumple con los requisitos formales para acceder a la exención de visado Schengen, la comisionada europea de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, explicó, en 2022, que mantener el requisito se explicaba por “la alta tasa de rechazo de solicitudes de visa y un preocupante uso de documentos falsos por parte de solicitantes ecuatorianos”.
Los últimos gobiernos de Ecuador han mostrado su interés por retomar el diálogo con la Unión Europa para facilitar los viajes de corta estancia, sin que haya resultados todavía.
Y, ante esa obligatoriedad de tramitar un visado para viajar a Europa, muchos ecuatorianos residentes o nacionalizados en España recurren a la "carta de invitación": un documento que sus familiares pueden entregar como uno de los requisitos para conseguir la ansiada visa. En Ecuador, BLS International es la empresa que gestiona las solicitudes en nombre de la Embajada y el Consulado General de España en Quito y Guayaquil.
En territorio español, la carta de invitación la gestiona la Policía Nacional. La cita debe pedirse en la comisaría del distrito donde el solicitante está empadronado. En los barrios con mayor presencia de migrantes en Madrid —como Vallecas, Carabanchel o Villaverde— las citas pueden tardar semanas o meses en estar disponibles.
Durante una visita a una comisaría del centro de Madrid, PRIMICIAS comprobó que el contrato de alquiler, con el detalle de los metros cuadrados de la vivienda, es uno de los requisitos clave al momento de solicitar la carta de invitación. Ese contrato permite que el agente verifique que existe espacio suficiente para alojar a los visitantes además de los residentes.
El costo oficial del trámite es de 81,87 euros, y la carta puede tardar hasta dos meses en estar lista. Por eso se recomienda hacer todo con antelación.
Muchos solicitantes optan por tramitar un acta de manifestación en una notaría, donde el costo sube a entre 150 y 200 euros. Este documento cumple una función similar, pero muy pocos notarios aceptan hacerlo. “El Colegio de Notarios recomienda no firmar este tipo de actas”, explicó el empleado de una notaría madrileña que pidió no ser identificado.
En el texto del acta, el solicitante asume obligaciones adicionales, como se lee en este modelo: “(El firmante) se responsabiliza de lo que genera el alojamiento, manutención y asistencia sanitaria, así como la existencia de gastos médicos y de repatriación asociados a un accidente o a una enfermedad repentina de la persona invitada, y en su caso, los de regreso al país de procedencia o tránsito hacia un Estado tercero en el que su admisión esté garantizada, de forma que en ningún caso pueda representar una carga pública”.
Un compromiso ante la Policía
El abogado de extranjería Diego Bonil advierte que, aunque el trámite pueda parecer sencillo, se trata de un compromiso legal con consecuencias reales.
“Pedir una carta de invitación puede parecer un gesto familiar —invitar a tu madre o a un amigo a visitarte—, pero en realidad es un proceso largo, burocrático y lleno de riesgos legales.
Diego Bonil
Según Bonil, la carta solo puede solicitarla un ciudadano español o un residente legal. Y el verdadero peso está en la declaración que se firma ante las autoridades. “Te comprometes ante la policía a que la persona invitada se va a devolver a su país”, asegura.
Si el invitado decide quedarse en España de forma irregular, el firmante puede enfrentar una sanción de entre 501 y 10.000 euros, y además quedar inhabilitado para volver a solicitar otra carta. “Hay casos donde incluso se inicia un procedimiento de expulsión para la persona invitada”, añade el abogado.
Un papel que no abre fronteras
El proceso de obtener la carta de invitación puede tardar hasta dos meses, dependiendo de la comisaría, y el pedido puede ser denegado si en el domicilio del solicitante hay personas empadronadas “en situación irregular”, explica el jurista.
Uno de los malentendidos más comunes, advierte Bonil, es creer que la carta de invitación garantiza la entrada a España. “Si te presentas en el consulado solo con una carta de invitación, eso es un denegado de manual”, afirma.
El documento solo acredita el alojamiento, pero el visado Schengen exige además billete de ida y vuelta, medios económicos suficientes y seguro médico privado.
No existen estadísticas públicas en España sobre las denegaciones de cartas de invitación, aunque los abogados de extranjería coinciden en que son frecuentes cuando el invitante o el invitado no pueden acreditar vínculos o medios suficientes.
El abogado consultado para esta nota insiste en que la carta de invitación no debería utilizarse como una estrategia migratoria.
“Si la intención es emigrar, la carta de invitación no es la mejor forma. Existen alternativas legales, como el permiso de estudiante o los regímenes de reagrupación”.
Diego Bonil
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