Martes, 30 de abril de 2024

Las revelaciones de la cultura femenina del viaje

Autor:

Fátima Cárdenas

Actualizada:

16 Sep 2022 - 5:20

La cultura femenina del viaje, que surgió en los siglos XIX y XX, respondió a un cambio de mentalidad que implicó decidir entre marcharse o marchitarse.

Amelia_Earhart

Autor: Fátima Cárdenas

Actualizada:

16 Sep 2022 - 5:20

Amelia Earhart - Foto: Primera mujer que sobrevoló en solitario el Atlántico, en 1928.

La cultura femenina del viaje, que surgió en los siglos XIX y XX, respondió a un cambio de mentalidad que implicó decidir entre marcharse o marchitarse.

Esta nota está basada en el artículo 'Mujeres intrépidas: la cultura femenina del viaje', de Fernando Hidalgo Nistri, publicado en la Revista Mundo Diners, de la edición de septiembre.

Para referirse a la cultura femenina de viajar hay que reconocer que hubo varios tipos de viajeras. 

En primer lugar, están aquellas cuyas peregrinaciones fueron más allá de los destinos convencionales. De inicios del siglo XIX datan atrevidas incursiones a Oriente Medio, el Magreb, Turquía, Egipto, Persia, Afganistán, Lejano Oriente o Latinoamérica.

Algunas viajaban por un mero interés turístico. Otras se involucraron profundamente en el estudio de las culturas con las que entraron en contacto. Freya Stark, por ejemplo, se convirtió en una verdadera erudita en el mundo árabe.

Un caso similar fue el de Gertrude Bell, quien despuntó como la gran experta en Oriente Medio. Tal fue su nivel de conocimiento que formó parte de las comisiones que trazaron las fronteras de los países de la zona, tras la caída del Imperio Otomano.

Finalmente, es necesario mencionar a Agatha Christie: varias de sus novelas se inspiraron en viajes a Oriente Medio.

Viajar para aventurarse

Las viajeras del siglo XIX estaban fascinadas con la posibilidad de experimentar el riesgo. Y, además, de demostrarse a sí mismas su valía, comprobaban que podían igualar y hasta superar las hazañas de los hombres.

Se atrevieron con los glaciares, atravesaron los áridos arenales de Persia y llegaron hasta las entonces peligrosas selvas africanas.

  • Amelia Earhart fue la primera mujer que sobrevoló en solitario el Atlántico en 1928. Murió en un accidente aéreo nueve años más tarde.
  • Jean Batten, otra campeona de la aviación, se convirtió en una heroína al realizar el primer vuelo en solitario entre Nueva Zelanda e Inglaterra.
  • Gertrude Bell llegó a cruzar seis veces el desierto arábigo.
  • Ossa Johnson acaparó los titulares de la prensa porque sobrevivió a los ataques de una tribu antropófaga de Oceanía
  • La corajuda alpinista, Wanda Rutkiewicz, conquistó varios ochomiles en los Himalayas y en el Karakorum. Falleció en 1992 cuando intentaba escalar el Kanchenjunga.

Una nueva cultura de liberación

A lo largo del siglo XIX y en el siglo posterior, la cultura femenina de viajar estaba enfocada en romper el "statu quo".  Se trataba de un ejército de viajeras que ponían un alto a la represión de la que eran objeto en la era victoriana.

En lugar de las pequeñeces sociales, querían disfrutar de lo exótico y con todo aquello que removiera sus fibras más sensibles.

También buscaban libertad. Tan es así que muchas de estas viajeras emprendieron sus travesías en solitario.

Sin embargo, por muy liberador que parezca, esta cultura del viaje era un privilegio porque resultaba muy costoso en aquella época.  Por lo tanto, solo podían embarcarse las aristócratas, burguesas ricas, hijas o esposas de prominentes hombres de negocios.

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